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No hay Festival de Cannes sin polémica. Al Festival más importante del mundo, y especialmente a su presidente Thierry Frémaux, les gusta que se hable de ellos, aunque sea para mal. Hace dos años fue la discusión sobre los tacones en la alfombra roja, el pasado la presencia de Netflix, y este año varios asuntos espinosos han saltado a La Croisette y han dejado en segundo plano una Sección Oficial que se presenta caliente.

Quizás el más esperado -con permiso de Godard, que presenta su nueva película y alimenta la duda sobre si acudirá o no- sea Spike Lee, que regresa a Cannes, donde no competía por la Palma de Oro desde 1991, y también a su cine más político y combativo. La película se llama BlacKkKlansman, y la protagoniza Topher Grace y Adam Driver (que hace doblete con El hombre que mató a Don Quijote). El argumento parece hecho a medida para el realizador de Haz lo que debas, ya que se adentra en el mundo del Ku Klux Klan gracias a la historia real del agente Ron Stallworth, que en 1979 se infiltró en la nueva “delegación” en Colorado Springs. La peculiaridad: que era negro.

La rueda de prensa de Lee será la más esperada de la edición, especialmente en el contexto de las políticas racistas de Donald Trump y el auge de la extrema derecha y los grupos xenófobos en EEUU y el resto del mundo. La única persona que podía haber luchado el puesto de ‘rueda de prensa más esperada’ es Lars Von Trier, que regresa al mismo festival que le nombró ‘Persona non grata’ en 2011 cuando en la presentación de Melancholia dijo sentirse cercano a Hitler y su exterminio de los judíos. Estaba claro que era una boutade del danés, pero Frémaux consiguió su polémica y le vetó de Cannes. Ahora han hecho las paces, pero The house that Jack built va fuera de concurso por propia decisión del director y se ahorra pasar por la sala de prensa y poder liarla otra vez.

Fotograma de la película de Lars Von Trier.

A 50 años del Mayo del 68, los derechos de los trabajadores se verán representados por el director francés Stéphen Brizé, que ya habló sobre la crisis en La ley del mercado, y que ahora contará la lucha de un empleado despedido junto a 1.000 trabajadores de una fábrica en En guerre. Vincent Lindon intentará llevarse otra Palma por su protagonista de uno de los filmes franceses más esperados. El que compite por primera vez por el premio gordo es Pawel Pawlikowski, que después del Oscar con Ida, regresa con Cold War, un drama en la Polonia de la Guerra Fría que será su confirmación como uno de los realizadores más prometedores del cine europeo.

Cine español

La sección oficial contará con dos películas españolas, aunque ninguna está dirigida por un español. La inauguración correrá a cargo de Todos lo saben, la película rodada aquí por el doble ganador del Oscar, Asghar Farhadi, y que llevará a la alfombra roja a Javier Bardem, Penélope Cruz, Bárbara Lennie, Ricardo Darín e Inma Cuesta. Un filme hablado en nuestra lengua que repite el logro conseguido por La mala educación, de Pedro Almodóvar, en 2004.

La clausura también será una producción española -al menos de momento-. El hombre que mató a Don Quijote, más conocido como el proyecto maldito de Terry Gilliam, verá la luz gracias a la participación de Gerardo Herrero en la producción. El filme más esperado del Monthy Python que puede verse otra vez cancelado por la demanda de su productor para impedir que clausure el certamen.

Fotograma de Carmen y Lola.

Los directores españoles este año se han tenido que conformar con La quincena de los realizadores. Allí estará otra vez Jaime Rosales, afiliado a Cannes y que con Petra presenta su filme más asequible sin renunciar a su apuesta autoral. La sorpresa de la selección la dio Carmen y Lola. Primero porque su realizadora, Arantxa Echevarría, ha conseguido levantar su ópera prima con casi 50 años. Segundo por su temática, el amor entre dos jóvenes gitanas. Un filme del que se hablará mucho y bien en La croisette y durante el año de premios del cine español, que ha vuelto a encontrar en una directora novel la sorpresa del año.

Todo esto si Netflix no revienta de nuevo el certamen. Variety publicaba a pocas horas del comienzo del certamen que la plataforma se plantea adquirir los derechos de Todos lo saben en los territorios donde no tenga el estreno en salas planeado, lo que sería el mayor revés posible a la exclusión que les ha puesto Frémaux y los distribuidores españoles.

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