Alice Rohrwacher en la presentación del filme en Cannes.

Alice Rohrwacher en la presentación del filme en Cannes. EFE

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Cannes necesita que una mujer gane la Palma de Oro

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Se acabó lo que se daba. La Sección Oficial del Festival de Cannes ha presentado todas sus películas y es hora de que el jurado elija el título que se consagrará con la ansiada Palma de Oro. Lo que parecía un año descafeinado se ha revelado como uno de los más sólidos en mucho tiempo. Excepto un par de filmes, la calidad media ha sido altísima, con unos cuantos que perfectamente podrían llevarse el premio sin que nadie rechistara.

El presidente del festival Thierry Fremaux sale reforzado de su apuesta, que a priori muchos censuraron por falta de estrellas de Hollywood. Cate Blanchett y compañía tienen una decisión difícil por delante, escoger entre varias obras que definirán este 2018. Lo que todo el mundo espera, y desea, es que Cannes rompa por fin su maldición machista y de su Palma de Oro a una película dirigida por una mujer. En 71 ediciones sólo una, Jane Campion por El piano, lo ha logrado.

En un año en el que el discurso por la igualdad ha centrado varias de las jornadas del certamen, sería una paradoja que no se culminara haciendo historia. Además, este año el jurado está formado en su mayoría por mujeres, lo que hace que la prensa se decante porque este será el año que ocurra, por fin. Ya en 2017 se quedaron cerca dándole a Sofia Coppola la mención a la Mejor dirección. Esta vez toca dar el paso definitivo.

La directora italiana es la favorita por Lazzaro Felice.

La directora italiana es la favorita por Lazzaro Felice. EFE

Si quisiera, el jurado tenía la opción perfecta en la película italiana Lazzaro Felice, la auténtica revolución de este Cannes. La directora Alice Rohrwarcher ya ganó el Gran Premio del Jurado por su anterior obra, El país de las maravillas. Con su nuevo filme ha convencido a todos y desde su proyección se convirtió en la gran favorita. La película lo tiene todo: una mirada personal y auténtica que bebe del neorrealismo italiano, una temática política y un ataque al capitalismo; y está dirigido por una mujer que ha destacado por su calidad en medio de una Sección Oficial llena de hombres.

Rohrwarcher es uno de los nombres a seguir, y premiarla ahora sería un tanto importante para Cannes, que se la asegurarían para el resto de ediciones. Además ha conseguido el equilibrio de enamorar a los dos tipos de críticas, la más sesuda y la más mainstream. Todos han caído rendidos a las maravillas de Lazzaro Felice.

Ahora mismo sólo otro nombre puede hacerle sombra y es el de otra mujer: Nadine Labaki. Su elección como Palma de Oro sería mucho más cuestionada, puesto que su filme Cafarnaúm ha horrorizado a un sector de la crítica que la acusan de sentimentaloide, manipuladora e incluso de pornografía emocional. El resto han caído rendidos a esta fábula política contemporánea que se centra en un niño que se rebela contra la vida que se le ha impuesto. Se dice que Cate Blanchett lloró a moco tendido en el pase para el jurado y ha calado hondo entre casi todo el mundo. Ha sido, además, la película más perseguida por los agentes internacionales. En EEUU Sony Classics ya la ha comprado con vistas al Oscar y ha pagado más de un millón de dólares por sus derechos.

Nadine Labaki es la otra favorita.

Nadine Labaki es la otra favorita. EFE

Entre los directores con ganas de dar la sorpresa está el coreano Lee Chang-Dong con Burning, Jafar Panahi con Three faces. Dos directores sin Palma de Oro y con películas que han gustado. Lo bueno de esta edición es que hay muchas opciones para que el jurado no sea abucheado como paso hace dos años, ya que Kore-Eda también podría llevarse el premio gordo sin que nadie rechistara.

Menos posibilidades tiene Jean-Luc Godard, cuya propuesta es tan radical que parece imposible que consiga el consenso de los que deciden. En las apuestas también han caído Pawel Pawlikowski (que parece más indicado para un premio como Mejor dirección por componer la propuesta estética más perfecta de la Sección Oficial en Cold War) o Jia Zhangke, que siempre cumple, aunque su Ash is the purest white puede irse con un premio menor o con el de Mejor actriz.

Ha sido un Cannes de interpretaciones femeninas. Nadie podría poner un pero a un premio para las protagonistas de Three faces o Cold War, pero en cuanto a mejores actores sólo se oye un nombre, el de Marcello Fonte, protagonista absoluto de Dogman, el filme de Mateo Garrone que gustó a la crítica pero que parece tapado por la otra presencia italiana, la de Lazzaro Felice. Muchas películas de calidad y sólo una Palma de Oro. Ahora el jurado tiene la última palabra, hacer historia con un premio a una mujer o dejar pasar la oportunidad otro año.