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La nueva película del universo Breaking Bad ha generado división de opiniones entre el público. Seis años después de la emisión del último episodio nadie sabía qué ocurría con Jesse Pinkman. Tras la muerte de Walter White se alejaba en un coche robado entre gritos y la serie no aclaraba hacia dónde se dirigía ni qué sucedía con uno de los personajes principales. Así lo preferían muchos de los seguidores de una de las series más famosas de la historia, pero el dinero es el dinero.

De esta manera, el director Vince Gilligan es quien ha optado por contar el desenlace del protagonista encarnado por Aaron Paul, quien ha concedido una entrevista a EL ESPAÑOL: "Era algo que se iba cociendo en la cabeza de Vince". Pensaba que era una historia que debía contarse. "Desde que el show acabó había una pregunta: ¿Qué pasó con Jesse Pinkman? Y aquí estamos, contando su historia", explica Paul, quien por fin ha podido zanjar las preguntas diarias que recibía de miles de fans.

La película, la cual está disponible en la plataforma Netflix y dura dos horas, cuenta cómo Pinkman se deshace del coche robado y huye definitivamente para abandonar de una vez por todas su pasado y volver a empezar una nueva vida lejos de las drogas. Canadá es el lugar idóneo. "Es la última frontera; el lugar más bonito, pintoresco, pacífico y silencioso. Es todo lo que Jesse Pinkman necesita en su vida. Tranquilidad", confiesa a este periódico.

A su vez, para Aaron Paul volver a interpretar a Jesse Pinkman "ha sido como decirle «hola» a un viejo amigo". No obstante, cuenta que esta película es el punto y final del personaje: "Le dije adiós a este chico [Jesse Pinkman] hace mucho pero aquí estamos. Creo que ahora tiene su adiós apropiado".

Entrevista a Aaron Paul

Por suerte, pese a los equipos de rodaje y la movilidad de actores y personal que ha generado la grabación de El camino, todo se mantuvo en secreto y nadie se percató de una secuela de Breaking Bad —el primer tráiler salió en agosto y para octubre la película ya está estrenada—. "No quisimos revelar nada. Nadie sabía que estábamos rodando la película", comenta Paul.

"No hay un final feliz"

El camino vuelve a poner sobre la mesa un eterno debate que ya se vio con Breaking Bad o con otra de las joyas de Netflix, Narcos. La droga o el narcotráfico, negocios que arruinan familias y barrios enteros, son a veces blanqueados por los productores que ensalzan la imagen de unos villanos que manejan estupefacientes —en este caso cocinan metanfetamina—.

Aaron Paul, sin embargo, defiende que el universo Breaking Bad nunca ha lavado la cara al narcotráfico o la drogadicción. "No creo que este show otorgue glamour al mundo de la droga. Muestra lo crudo y la realidad sobre qué pueden hacer las drogas a la vida de las personas. No hay un final feliz aquí”, zanja.

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