Jason Momoa en See.

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¡Las primeras series de Apple TV+ por fin han llegado! Y son malísimas

'The morning show' llega diez años tarde, y su gran superproducción 'See' es una ficción postapocalíptica en la que nada se entiende ni tiene sentido.

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Empieza la avalancha de series. Por si no eran suficientes toda la producción de Netflix, HBO, Amazon, Movistar y todos los canales de España y EEUU, ahora llegan Apple y Disney con todo su arsenal. Si alguien creía que había una burbuja esto no ha hecho nada más que empezar, porque a partir de ahora empezará a ser imposible ver todo lo que ponen a disposición.

Ojo, nada en contra de que haya mucha ficción, al revés. Cuanto más se produzca más posibilidades de encontrar nuevos talentos, otras narrativas y series diferentes, porque últimamente todo lo que llega es la copia de la copia. El problema es que filtrar va a ser cada vez más difícil, y que encima, las muy prometedoras series de Apple no han podido entrar con peor pie. Si estas eran las dos primeras balas para enganchar a la gente a su producción propia vamos mal, porque son bastante malas.

Comencemos con la menos mala, la única que podría tener un pase: The morning show. Una serie que hubiera sido moderna, inteligente y hasta mordaz… hace diez años. Tengo la sensación de que hemos viajado al pasado porque no entiendo su existencia en 2019 y después de series sobre el periodismo tan potentes como The newsroom o Studio 60. Sí, las dos son de Aaron Sorkin, pero que miren cómo se hace antes de vender esta serie como la gran apuesta de la compañía.

The morning show.

The morning show.

The morning show es el título de un programa como el de Ana Rosa Quintana, pero en vez de contar con la española tenemos a Jennifer Aniston como reina de las mañanas. Ella es lo mejor de la serie, la única que tiene carisma y magnetismo para que cuando aparece no quiera irme a ver un episodio de otra serie. Esta reina de las mañanas compartía su título con un rey al que da vida Steve Carell, despedido de manera fulminante por acusaciones de acoso en plena época del Mee Too.

Lo del Me Too, al menos en los primeros compases, es una excusa de libro, porque aquí no hay retrato del acoso y del machismo en las presentadoras de televisión, aunque sí hay ese paternalismo patriarcal en la figura de los jefazos de la cadena, dos caricaturas que no pasan de un curso de guion de verano de tres semanas. The morning show es una serie en la que todo está subrayado, todo. No se anda con sutilezas, no quiere ser fina, sino que te enteres bien de qué va la cosa. Y la gente grita, mucho, todos están al borde del desequilibrio. No de una forma interesante como las pijazas de la primera temporada de Big Little Lies, sino que te preguntas cómo alguien puede aguantar a estos personajes.

¿Dirían que estas personas son ciegas?

¿Dirían que estas personas son ciegas?

La palma se la lleva Reese Witherspoom con un personaje histérico e insoportable que debe ser la feminista que ponga a todos en su sitio, pero cuya presentación es tan loca y delirante que no creo que nadie sienta empatía por ella. Y eso que Witherspoon es especialista en esos personajes a los que uno tiene asco y pena a la vez, como su Tracy Flick de Election, pero aquí su personaje no tiene ni un doblez, es la humilde trabajadora que cree en el periodismo. Una serie que ni molesta ni engancha, y que podría entenderse como un producto para llenar catálogo, pero no como cabeza de león de la llegada de Apple TV+.

Y diréis, si esta es la buena cómo es la mala, pues una mamarrachería, eso es lo que es See, un producto carísimo y de producción de lujo que no entiendes cómo alguien ha dado luz verde. Todo es delirante y tan autoconsciente de que quiere ser la serie que ocupe el lugar de Juego de Tronos que da hasta cosita. Hay violencia, sexo, grandes decorados y efectos… y ya, porque no hay nada interesante en el guion de esta ficción postapocalíptica que toma decisiones como si un guionista hubiera metido varias opciones en un saco y elegido una al azar sin tener en cuenta si es coherente o no.

Jason Momoa en See.

Jason Momoa en See.

Vayamos por partes, See, tras unos títulos de crédito que son lo mejor del show, plantea un mundo en el que por arte de 'birli birloque' la humanidad se ha quedado ciega y extinguido hasta quedar en menos de dos millones. 400 años después la gente ha vuelto a una especie de edad de piedra. Viven en tribus, visten pieles, llevan lanzas… ¿por qué? No lo sé. Tampoco sé por qué si son ciegos pelean como expertos luchadores de lucha libre, o por qué a veces andan como si vieran y otras veces tienen que tocar todo y preguntar cuánta gente hay en el lugar.

Para poner un toque místico / religioso se han creado unas nuevas religiones que consideran que cualquiera que hable de la visión es un hereje. ¿Por qué se han extinguido todas las antiguas religiones? Tampoco lo sé. Tampoco les importa. Todos hablan como si fueran aprendices de Paulo Coelho feat Joda. No entiendo por qué el protagonista -con el peor nombre posible, Baba Voss- baila una ‘haka’ antes de pelear en un momento de taparse los ojos con las manos para no ver el espectáculo.

See pide al espectador un salto al vacío cada cinco minutos, y a cambio no ofrece nada, sólo momentos de vergüenza ajena y sensación de deja vu. Sólo me asaltan preguntas: ¿cómo matan a los animales y crean su ropa si son ciegos?, ¿de verdad no hay casi ningún resto de las ciudades?, ¿cómo es posible que hubiera un puente y NADIE lo supiera? Lo mismo todo se resuelve en esta temporada, pero no creo que llegue a descubrirlo.