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Netflix ya tiene nuevo fenómeno, aunque esta vez no es ha pillado por sorpresa. Se trata de Valeria, la adaptación de las novelas de Elísabet Benavent que llegó a la plataforma hace menos de dos semanas y que desde entonces se ha mostrado imbatible en el ránking de las más populares que muestra la aplicación cuando entras. Sólo ha perdido el número uno frente al documenta de Michael Jordan, lo que demuestra que esta serie que sigue las aventuras de cuatro amigas en Madrid interesa y mucho.

A quién más curiosidad les despertaba era a los fans de las novelas originales. La saga de Valeria lleva vendida más de 1,2 millones de copias y se convirtió en un pelotazo editorial que comenzó autopublicado en internet en 2013 y convirtió a su autora en un referente de decenas de autora que vieron que ellas también podían contar sus historias. Han sido ellas, precisamente, las que se han visto decepcionadas con esta adaptación. La propia autora, que ha estado como consultora creativa de la serie, ya avanzaba que esto era una versión libre y nuevo, pero no ha sido suficiente para calmar las iras de las fans cabreadas. Los motivos son los cambios en la trama y los personajes. Algunos lógicos, como que en vez de sms se manden audios de Whatsapp, pero otros han molestado especialmente.

La infidelidad de 'Valeria'

En la serie vemos cómo la protagonista, Valeria, acaba cayendo en los brazos de Víctor. Lo hace poco a poco, y vemos cómo su matrimonio con Adri no funciona, pero su marido es un hombre atento, que la escucha, y que rema para que todo salga bien, algo que choca con cómo ocurren las cosas en los libros. Allí, es Adri el que es infiel a Valeria con su joven ayudante, y ella lo descubre, por lo que al final cede casi como venganza ante este hecho. Un giro que muchas fans han criticado porque creen que el personaje no tiene motivos suficientes para actuar así y que rompe la esencia de los libros. Esa santificación de Adri también ha molestado, ya que en las novelas tiene muchos gestos feos hacia su mujer.

Valeria y Víctór, tensión sexual.

¿Valeria trabajando?

En la serie vemos a Valeria intentando levantar su primera novela. Ganó un concurso literario y el premio escribir esa primera obra en la que está tan atascada y que rechazan de la editorial. Por eso vemos que siempre hace referencia a su situación económica y acaba cogiendo un trabajo a media jornada en un museo que no quiere, pero que cree que debe hacer para poder mantenerse -aunque viva en una casa en pleno Malasaña que nadie sabe cómo paga-.

Nada que ver con la novela, en la que Valeria se encuentra también en una crisis creativa, pero para escribir su segunda obra tras una primera de éxito. El dinero ganado con ella es lo que hace que se mantenga y que no tenga que trabajar sino dedicarse a buscar la inspiración. Este cambio también ha cabreado a las fans, que creen que el personaje literario no hubiera actuado así.

Nerea es lesbiana

Uno de los cambios argumentales más importantes es el que tiene que ver con Nerea, una de las amigas de la protagonista. En la serie la descubrimos como una mujer que vive con sus padres lejos del centro de Madrid y a ellos no les ha confesado todavía que es lesbiana. Su trabajo con una asociación feminista le harán descubrir otras amigas y tener el valor para contárselo a su familia.

Nerea, uno de los personajes que más ha cambiado en Valeria.

Nada que ver con lo que ocurre en los libros, donde Nerea es heterosexual y está obsesionada con encontrar un marido ideal y donde además tiene una relación con el jefe de su amiga Marta. La propia autora ha comentado que esta decisión fue propuesta por las guionistas y que ella le pareció bien como forma de actualizar esas tramas de hace siete años.

Cuerpos canónicos

Otra de las amigas de Valeria, Carmen, ha sufrido uno de los cambios más chocantes, ya que ha pasado de ser una chica que rompía con el canon de cuerpos perfectos y disfrutaba y estaba contenta con su cuerpo ‘curvy’. Aquí eso se rompe y se perpetúa el cliché con cuatro amigas perfectas

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