Viridiana, de Luis Buñuel.

Viridiana, de Luis Buñuel.

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Las películas que provocaron la ira de la Iglesia

Fueron acusadas de blasfemia e intentaron prohibirse. Algunas se convirtieron en clásicos. Un repaso a las películas que no verás en la tele esta Semana Santa.

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Semana Santa siempre ha sido una época muy cinematográfica. Entre procesiones, vírgenes y pasos, las cadenas siempre han sacado la artillería con clásicos como Rey de reyes, La historia más grande jamás contada, Los diez mandamientos o películas animadas como El príncipe de Egipto. Cine bíblico y religioso que siempre ha curtido a Hollywood. Pero la Iglesia no siempre ha estado de acuerdo con el cine que se hacía, sino que muchas películas despertaron su ira y llegaron a censurarlas públicamente, pedir su prohibición o el secuestro de sus copias. Esta es una lista de alguna de las obras que cabrearon a la Iglesia y que casi ninguna cadena programará estos días.

'Viridiana' (1961)

Fotograma de Viridiana.

Fotograma de Viridiana.

Nuestra única Palma de Oro en Cannes y un filme que nadie sabe cómo pudo burlar a la censura de Franco. Viajó al festival más prestigioso del mundo, pero fue allí donde todo estalló, el Vaticano publicó un editorial en L’Osservatore un día después de su proyección en el certamen atacando a la obra de Buñuel. La reacción de Franco no se hizo esperar, no podía tener a la Iglesia en contra así que prohibió el filme y ordenó que se quemaran todas las copias.

Pero el arte sobrevivió. Una copia pudo salir por la frontera de Francia y el productor consiguió que el filme lograra la nacionalidad mexicana para poder estrenarla por todo el mundo. En España se estrenó 16 años después, en 1977, pero hasta 1982 no se le ‘devolvió’ la nacionalidad española a Viridiana.

‘Teorema’ (1968) y 'El evangelio según San Mateo' (1964)

Pasolini dando indicaciones a Enrique Irazoqui.

Pasolini dando indicaciones a Enrique Irazoqui.

Uno tiene para elegir con Pasolini. Sus películas eran tan provocadoras, tan iconoclastas y tan revolucionarias que era raro que no hubiera un escándalo. Ocurrió con El evangelio según san Mateo, que fue acusada de blasfemia por la Iglesia sin verla. Les bastaba con que el director se autoproclamara comunista y ateo. Por si fuera poco Jesús estaba interpretado por Enrique Irazoqui, un sindicalista español que luchó contra el fascismo, y llevaba una irónica dedicatoria al Papa Juan XXIII.

La polémica se quedó en eso, pero no fue hasta 50 años después cuando desde el Vaticano se perdonó a Pasolini. Fue el actual Papa, Francisco, el que reconoció medio siglo después a El evangelio según San Mateo como una de las mejores películas sobre Jesucristo de la historia.

Cuatro años después, en 1968, la Iglesia volvió a atacar otra película suya como Teorema fue declarada inmoral por la institución. Aquel joven que pervertía a una familia burguesa italiana volvió a provocar la polémica, que persiguió a su creador después de muerto. En 1994 se formó escándalo cuando la cadena pública italiana decidió cortar escenas de su Decamerón, justo aquellas que eran más controvertidas con la Iglesia, entre ellas todas las que tenían que ver con el sexo y las relaciones entre un personaje y varias monjas del convento.

'Jesucristo Superstar' (1973)

Jesucristo Superstar.

Jesucristo Superstar.

Pensar ahora que Jesucristo Superstar supuso un terremoto para la Iglesia parece una locura. Es uno de los clásicos de Semana Santa, pero desde su llegada a Broadway no gustó un musical pop sobre la vida de Jesucristo. Con la adaptación cinematográfica la cosa fue a más, y hubo grupos radicales que quedaban en las salas y rajaban los carteles. Algunos miembros del elenco de la versión teatral contaron que incluso llegaron a recibir amenazas.

'La vida de Brian' (1979)

Imagen de 'La vida de Brian'

Imagen de 'La vida de Brian'

Los Monthy Python nunca tuvieron ningún miedo a las críticas ni la censura, y hace un par de años uno de sus miembros, Michael Palin, confesó que creía que actualmente "probablemente no podríamos hacerla”. “Creo que el sentido del humor ha cambiado un poco. La hicimos en el momento oportuno, logramos ser irreverentes y un poco idiotas al mismo tiempo", explicó. La obra más emblemático y popular del grupo ocasionó protestas entre los ultraconservadores y llegó a prohibirse su estreno en países como Irlanda o Noruega. Altos cargos de la iglesia británica y de EEUU cargaron contra ella por blasfema y por hacer chistes sobre Jesucristo.

'La última tentación de Cristo' (1988)

Willem Dafoe en La última tentación de Cristo.

Willem Dafoe en La última tentación de Cristo.

La que liaron Martin Scorsese y Paul Schrader, guionista del filme, todavía se recuerda. Juan Pablo II dijo que era una blasfemia, fue prohibida durante años en países como Turquía, México, Chile o Argentina; en EEUU hubo protestas en todos las salas donde se proyectaba, y en París, un grupo radical incendió un cine donde se proyectaba provocando 14 heridos. En España la cosa fue más tranquila, pero como recuerda la prensa, se reforzó la seguridad por posibles altercados y era normal ver a mujeres rezando el ave maría en la entrada de las salas donde se proyectaba.

'Dogma' (1999)

El Jesucristo Colega de Dogma no sentó muy bien a la Iglesia.

El Jesucristo Colega de Dogma no sentó muy bien a la Iglesia.

Kevin Smith estaba en el culmen de su popularidad e irreverencia y saltó al vació con este filme sobre dos ángeles vengativos llena de bromas sobre la Iglesia. Un Jesucristo Colega, chistes sobre la religión, violencia y gags subidos de tono fueron suficientes para que el estreno de la película viniera precedido de una campaña para hundir al filme. La Liga Católica criticó a los productores, Miramax, por producir semejante obra, por lo que Disney, que también formaba parte de la película, se desvinculó de ella y exigió no estar presente en los títulos de crédito. Fue tal la repercusión que muchos países retrasaron la fecha de estreno para escapar del lío. El estreno tuvo de invitados de honor a cientos de manifestantes protestando en la puerta de las salas y Kevin Smith llegó a recibir 300.000 cartas de odio de católicos enfurecidos.