Crítica: 'Por un mañana mejor', una mirada retrofuturista al fracaso del sueño americano

Crítica: 'Por un mañana mejor', una mirada retrofuturista al fracaso del sueño americano

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Crítica: 'Por un mañana mejor', una mirada retrofuturista al fracaso del sueño americano

Billy Crudup vende pisos en multipropiedad en la Luna en la nueva serie de ciencia ficción de Apple TV+. 

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"La publicidad se basa en una cosa: la felicidad". Esta frase de Don Draper es una de las lecciones de marketing que nos dejó Mad Men; una que parece haber aprendido Jack, el protagonista de Por un mañana mejor, que vende multipropiedades en la Luna como un escape a los problemas terrenales y una oportunidad para ser feliz. Al menos, la ilusión de poder serlo.

La nueva serie de ciencia ficción de Apple TV+ está ambientada en un mundo retrofuturista en el que los camareros son robots y la gente conduce coches de los años 50 sin ruedas que viajan suspendidos sobre el asfalto. Unos Estados Unidos que combinan el estilo de vida de la época con tecnología de la era espacial, pero como era imaginada en el pasado: la televisión sigue siendo en blanco y negro y no hay telefonía móvil.

En esta sociedad evolucionada no hay racismo, pero las amas de casa siguen desempeñando los roles previos al feminismo de Betty Friedan. La humanidad ha conquistado la Luna, pero solo es una alternativa de lujo para ricos y famosos. Mientras tanto, el resto sólo puede mirar al cielo y soñar con una vida mejor. Ahí es donde entra, Jack, el personaje que interpreta Billy Crudup.

'Por un mañana mejor' | Tráiler | Apple TV+

Como Don Draper, Jack también se dedica a vender sueños, la idea de un "mañana mejor". La serie sigue a un grupo de vendedores liderados por él, que viajan de ciudad en ciudad para ofrecerle a sus clientes un nuevo sueño americano. Su folleto simboliza una puerta a un mundo mejor, un lugar al que podrán escapar y dejar atrás sus problemas terrenales, ya sean deudas, un trabajo desmoralizante o una vida matrimonial infeliz. Todo por un módico precio mensual. Hasta los vendedores sueñan con la idea de firmar su propio contrato de compra. 

Pero las grietas de ese mundo optimista y luminoso aparecen pronto en el primer episodio, cuando una idílica secuencia que deja ver cómo la tecnología ha hecho más fácil la vida en los suburbios de vallas blancas termina de forma siniestra, con esa extrañeza que emerge de lo cotidiano tan propia de David Lynch. 

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El espectador rápidamente sentirá que los sueños que está vendiendo Jack están hechos de humo. Sus ganas de seguir viendo más episodios (que solo duran 30 minutos) dependerá del interés que tengan en descubrir cuál es su motivación, cómo llegó allí y cómo va a derrumbarse todo, porque desde el principio intuimos que todo va a acabar tan mal como un cohete lunar que explota en el despegue.

No solo su negocio está basado en una mentira, también su vida. Y él no es el único personaje que miente. Por diferentes razones y niveles de impacto en las vidas de otros, todos los personajes mienten a alguien más o a sí mismos. Y todos parecen creer, como Jack, que de tanto repetir la mentira esta quiza pueda convertirse, por un golpe de suerte, en verdad. Al fin y al cabo "¿Qué es la vida sin un sueño que la haga más llevadera?". 

Los tres primeros episodios de 'Por un mañana mejor' ya se pueden ver en Apple TV+.