'Barbie’ ha dejado al mundo sin rosa: cómo la película ha agotado las existencias de pintura
Sarah Greenwood, diseñadora de producción de la película, ha contado cómo ha llevado el universo de la muñeca a la pantalla.
Barbie ha agotado las existencias del color rosa. Y todo ha sido por su directora Greta Gerwig, que no quería depender excesivamente de los efectos visuales generados por ordenador.
La cineasta insistió en que se usaran escenarios reales para el rodaje de la película sobre la muñeca de Mattel, tratando de lograr así una "artificialidad auténtica", pero esto acabó saliendo muy caro.
De hecho, Sarah Greenwood, diseñadora de producción de la película, ha revelado que se llegó a usar tanta pintura rosa para los decorados que el color se agotó a nivel global.
Aunque la película se centre en una colección de muñecas mundialmente conocida por su superficialidad, Gerwig quería darle a la película una sensación de autenticidad, y eligió seguir adelante usando escenarios reales y fondos pintados a mano. De esta forma, la directora se aseguró haber creado "el universo alternativo de Barbie Land", según explicó a Architectural Digest.
En esta misma entrevista, y en la que también participaban la decoradora de escenarios Katie Spencer y la directora Greta Gerwig, el grupo explicó que se propusieron "capturar lo que era tan ridículamente divertido" sobre el mundo de Barbie y, en particular su casa -también conocida como Dreamhouse-.
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"Todo tenía que ser táctil, porque los juguetes son, sobre todo, cosas que tocas", añadió Gerwig, que también tenía claro que había que eliminar la presencia en pantalla de puertas y paredes, dándole a la película un aspecto similar al que tiene el juego infantil y mejorándolo al mismo tiempo.
"Quería que los rosas fueran muy brillantes y que todo se sintiera como 'demasiado'", explicó también Gerwig, añadiendo que "la 'infancia' es primordial" y que quería evocar la sensación que le "hizo amar a Barbie" cuando era una niña.
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"¿Por qué bajar las escaleras cuando puedes deslizarte a tu piscina? ¿Por qué subir las escaleras cuando puedes subir a un ascensor que combina con tu vestido?", se preguntó Gerwig.
Para lograr ese capricho, el mundo de Barbie necesitaba convertirse en lo que se recuerda del juguete y la única manera de lograrlo era creando un mundo de accesorios, decorados, ropa y cosas rosas que se incluyeran en el marco de la película.
Fue ahí cuando Greenwood supo que necesitaba pintar todo de ese tono tan característico de rosa, incluso hasta dejar al mundo sin él. "El mundo se quedó sin rosa", dijo la diseñadora de producción.
Sin embargo, antes de agotar la pintura rosa, Greenwood, Gerwig y el equipo construyeron el set, inspirándose en la Casa Kaufmann de Palm Springs, la mansión victoriana Queen Anne de San Francisco, las pinturas de Wayne Thiebaud, y películas como La gran aventura de Pee-Wee o Un americano en París.
Poco después de esta conversación, Los Angeles Times le preguntó sobre este tema a Lauren Proud, vicepresidenta de marketing global de la compañía Rosco, que confirmó lo sucedido: "Nos limpiaron de pintura. Hubo escasez y les dimos todo lo que pudimos", agregó.