La verdad sobre las mujeres en 'Gladiator II', la secuela de Ridley Scott: ¿existieron las gladiadoras?
- La secuela de Ridley Scott que protagoniza Paul Mescal plantea la posibilidad de que las mujeres también lucharan en el Coliseo.
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Desde que salieron a la luz las primeras imágenes de Gladiator II, las expectativas estaban por las nubes y ahora que la película se acaba de estrenarse en cines, los espectadores podrán comprobar si las expectativas estaban a la altura e incluso admirar algunas de las secuencias más épicas del año.
Entre ellas destaca una escena en la que vemos que, al igual que ocurrió con los hombres, también las mujeres tuvieron cabida como gladiadoras en el Coliseo. Un hecho que, a diferencia de otros que se narran en el filme, sí que está muy conectado con la realidad.
Ambientada años después de presenciar la muerte del admirado héroe Máximo a manos de su tío, Gladiator II cuenta cómo Lucio (Paul Mescal) se ve forzado a entrar en el Coliseo tras ser testigo de la conquista de su hogar por parte de los tiránicos emperadores que dirigen Roma con puño de hierro. Con un corazón desbordante de furia y el futuro del imperio en juego, Lucio debe rememorar su pasado en busca de la fuerza y el honor que devuelva al pueblo la gloria perdida de Roma.
Además de ver a Paul Mescal y Pedro Pascal enfrentándose en la arena, a Denzel Washington como el pérfido Macrinus y a los desquiciados emperadores Geta () y Caracalla (), también se podrá apreciar una mayor presencia y trayectoria de los personajes femeninos en pantalla.
Destaca, en particular, el desarrollo de Lucila (Connie Nielsen), que brilla mucho más en esta secuela, pero muchos espectadores se fijarán también en el hecho de que haya mujeres en el Coliseo. Algo que sí que está conectado con lo que ocurrió en realidad en la Antigua Roma.
Las mujeres gladiadoras
Aunque no tuvieron el mismo papel que el de los hombres, sí que existieron las mujeres gladiadoras en la Antigua Roma. Según The History Channel, en aquella época hubo mujeres que entrenaban para luchar como gladiadoras y que, además, pertenecían a distintas clases sociales.
Normalmente, no luchaban contra otros hombres, sino que accedían al Coliseo para combatir contra otras mujeres o animales, y mientras que las mujeres de las clases más bajas eran introducidas en este mundo por sus amos, las mujeres de las clases más altas lo hacían buscando un poco de emoción y rebelión.
Sin embargo, no se las tomaba tan en serio como a los hombres y, de hecho, en The History Channel se explica también que la mayoría de las gladiadoras eran consideradas un entretenimiento en lugar de una verdadera amenaza. No obstante, y a pesar de esto, las gladiadoras seguían siendo veneradas por su fuerza, y los romanos incluso fomentaban este desarrollo de destreza física como una especie de preparación para el parto.
Es cierto que no aparecen tan frecuentemente en los libros de historia como los hombres, pero sí que existieron, aunque terminaron desapareciendo, al igual que ocurrió con su versión masculina.
En el año 200 d. C., el emperador romano Septimio Severo decretó que se les prohibiera a todas las mujeres luchar como gladiadoras, razonándolo de una manera un tanto curiosa. Después de escuchar algunos chistes horribles dirigidos a ellas, Severo temió que esto terminara siendo una falta de respeto generalizada hacia las mujeres en general y, aprovechando que los gladiadores ya estaban en declive, se les terminó prohibiendo la entrada en el Coliseo.