La lucha diaria de un reportero autonómico

La lucha diaria de un reportero autonómico

Televisión

La lucha diaria de un reportero autonómico

11 noviembre, 2014 20:57

"En televisión vales lo que vale tu último vídeo". No es la frase de ningún profesor de periodismo intentando acojonar a sus alumnos el primer día de clase, aunque no es muy distinta a la que me dijeron a mí con dieciocho años. Es el consejo que me dio una compañera con muchos años de experiencia. Y no le faltaba razón.

La televisión es como una jungla. Mejor dicho, la mayoría de las televisiones son como una jungla: debes tener la exclusiva, la mejor historia, la más espectacular, la más singular, la que más conmueva al espectador. Esto es relativamente fácil hacerlo en grandes capitales donde los sucesos están a la orden del día y hay una gran ventana cultural que permite que el periodista de televisión pueda entregar una pieza más o menos ‘potente’ a sus jefes. Pero la cosa cambia cuando salimos de Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia o Bilbao.

La actualidad pura y dura se esfuma y los periodistas crean casi de la nada. Es la lucha diaria de un periodista de una autonómica. Generar contenido, imaginar y buscarle la vuelta de tuerca para que tu último vídeo no tenga nada que envidiarle al de una cadena nacional.

Extremadura no llega al millón cien mil habitantes. Pocas veces la veis a nivel nacional exceptuando momentos puntuales (y ya marcados en la agenda) como el Festival de Mérida en julio y agosto, la recolección de las cerezas del Jerte en mayo, o las exportaciones de nuestro jamón al mercado asiático al inicio de la campaña. No os podéis ni hacer una idea de lo complicado que es "hacer tele" en una región con una densidad de población 200 veces menor que la de Madrid.

No os podéis ni hacer una idea de lo complicado que es "hacer tele" en una región con una densidad de población 200 veces menor que la de Madrid.

Todo es tranquilo. No hay estridencias. Nadie se queja de nada. Nunca pasa nada. Hacer entretenimiento en Extremadura es difícil, pero se hace. Y con nota. Pero el caso de Extremadura no es el único, es extrapolable a Castilla La Mancha, Murcia o Aragón, que tienen el mismo denominador común: población escasa y desperdigada.

¿Que cómo se hace? Echando horas, muchas horas, leyendo prensa, escuchando radio, siendo creativo, escuchando a tu madre, a tu vecino, poniendo la oreja cuando vas a comprar el pan… Todo puede ser una noticia, una pieza o un directo. Escuchamos sobre todo a los más sabios, a nuestros mayores. También a los más jóvenes, a los emprendedores. Ponemos en valor el factor humano, las preocupaciones, las intrahistorias personales. Un periodista en una autonómica tiene que saber escuchar, hacer de psicólogo (de sus invitados y de él mismo) y ser su propio guionista.

Rascar cualquier tipo de temas

Gracias a Dios no tenemos casos como el de Marta del Castillo, pero sí tenemos la capacidad de buscar y "rascar" cualquier tipo de temas, sobre todo ágiles y frescos. Lo mismo puedes estar encendiendo un brasero de picón y contando sus ventajas e inconvenientes en Piornal, pueblo más alto de la región, y al día siguiente hablar del Día Internacional de las biblioteca, de las adicciones de los más jóvenes al móvil, de la berrea o de cómo se inseminan a las mejores marranas para que salga el mejor jamón del mundo.

Todo tiene cabida en una cadena autonómica, pero hay que saber hacerlo. Y sí, aunque muchas veces salgamos en los zappings y se hagan bromas sobre nuestros reportajes, algún que otro lapsus o un rótulo más o menos discutible, no nos importa (y nos lo tomamos muy bien), aunque poca gente piensa en los miles de kilómetros que llevamos a nuestras espaldas en un coche de producción, los días que comemos en bares de carretera lejos de nuestra familia o el esfuerzo intelectual que conllevan cada una de esas piezas.

Un canal autonómico sirve para seguir promocionando cultura, mostrando costumbres, reforzar el sentimiento patrio y, sobre todo, para contar historias reales, cercanas, cotidianas y diferentes. Y además de todo ello, hacerlo con una sonrisa para sacar otra en el espectador que tal y como está el patio no es tarea fácil. Nosotros removemos cielo y tierra a diario, sobre todo por teléfono (aquí no se estila en exceso el mail debido a la gran mayoría de población rural) para contar historias.

Muchos compañeros que venían de fuera se quedaban pasmados cuando les aplaudían al llegar a un pueblo o te invitaban a comer a sus casas

Muchos compañeros que venían de fuera se quedaban pasmados cuando les aplaudían al llegar a un pueblo, cuando te invitaban a comer a sus casas, cuando te piden ayuda para solucionar un problema que nada tiene que ver contigo… Otra cosa no, pero en las regiones con menos población y menos explotadas televisivamente hablando, la gente es mucho más agradecida, cercana y sana. La gente normal, la "gente de pueblo" (en su sentido más positivo) es extraordinaria. Mejor incluso que la del anuncio de Aquarius. Y esto lo digo desde la experiencia de trabajar en un programa diario en el que recorro Extremadura de arriba a abajo.

Compañeros y amigos periodistas de mi generación están en Madrid, en televisiones nacionales, entrevistando a "gente bien vestida" como diría mi abuela. Yo me siento orgullosísimo de poder preguntar y repreguntar en mi tierra y en una autonómica a gente auténtica sobre problemas reales. Trabajar a nivel regional es duro pero reconforta al final del día. Más aun si se trabaja en equipo y con ganas. Trabajar en un tele regional hace que quieras más a tu tierra de lo que nunca llegué a imaginar. Y eso, se transmite.

*César Muñoz es periodista y reportero en 'Conexión Extremadura' y 'Reporterox', de Canal Extremadura.