Churras y merinas
Tendemos a la comparación. A la enemistad y a la confrontación. Antena 3 y Telecinco. laSexta y Cuatro. Divinity y Nova. Y así, una larga lista de enemigos públicos. Y ellos entran al trapo. Entran en esa guerra de comparaciones de la que pocos espectadores son conscientes. Pero la burbuja en la que viven les hace pensar que un titular en prensa es su sino del día.
Entren en Twitter y vean su time line. Seguramente, cuando estén viendo una serie de televisión, todos los comentarios que aparecen en su lista piensen lo mismo que usted opina. Y tendemos a creer que es lo que piensa el mundo. Tendemos a pensar que tenemos la verdad universal en nuestras manos. Pero no nos damos cuenta de que sólo seguimos a los que piensan como nosotros. En política. En economía. En televisión. Y nos intoxicamos a nosotros mismos.
El otro día salí a cenar con unos amigos y, entre los invitados, había varios no-periodistas. Un milagro. Miraban raro cuando hablábamos del vestido transparente de Cristina Pedroche. De la fashion week de Sálvame o de que el programa ha tenido que partirse en dos para evitar una demanda. Vivimos en esa burbuja en la que pensamos que lo mínimo es lo máximo.
Y así es como surgen promos como las que Telecinco y Antena 3 se han mandado los unos a los otros en estos días. Sus burbujas abren heridas. “Hay quienes corren para moverse, para cansarse”, comentaba Telecinco en su último anuncio. “En Antena 3 seguimos apostando por la calidad, por el respeto”, respondió la otra.
Las dos tienen la culpa, por supuesto. Una por tirar la piedra y otra por responder. Si la segunda no se hubiese levantado a protestar, los anuncios no hubiesen salido en ningún medio y pocos (muy pocos) espectadores se hubiesen dado cuenta del mensaje de la competencia. Pero claro, la burbuja. Unos se creen Sherlock y el resto es Moriarty.
Y esto, aunque no nos lo creamos, es mezclar churras con merinas. Claro que son competencia y que, por lo tanto, tienen que destacar las debilidades del otro. Pero con las fortalezas de uno mismo. Me siento en el sofá y puedo ver Sálvame y laSexta Columna. Churras y merinas. Es la democracia de la televisión. Cada uno hace su televisión. Y esta eterna comparación de contenidos es lo que ha matado a muchos programas que intentaron ser lo que no son.
Ambas, en sus respectivas últimas promos han mostrado a su archienemigo tropezando y cayendo. Y que el otro tropiece no es bueno para la industria. La convivencia es buena. El zapping es bueno.