Las mujeres no lo han tenido fácil a lo largo de la historia. Han tenido que luchar mucho para conseguir el papel que tienen hoy en día, y esas batallas han tenido muchas aristas. TVE ha querido retratar esa evolución junto a Bambú Producciones a través de Seis hermanas, el nuevo serial que la cadena pública emitirá desde este jueves a partir de las 17:25 horas y que se preestrena este miércoles en prime time.
Cada una de las seis hermanas representa uno de los ámbitos en que las mujeres han tenido que batallar para lograr su puesto en la sociedad, tal como reconoce Antonio Hernández, director de la serie. "En 1913 no tenían alma, no tenían derecho a una cuenta corriente, no podían tener una relación elegida ni podían cambiar de domicilio. No tenían nada. La batalla que tienen que luchar como familia y como personajes es en todos los ámbitos".
Ramón Campos, creador y productor ejecutivo de Seis hermanas, afirma que lo bonito de este drama es que las seis protagonistas adoran a su padre, el hombre de sus vidas. "Lo llevan entre algodones y es el referente en sus vidas", asegura. "Curiosamente, la desaparición de la figura paterna es la que permite que todas ellas puedan salir a flote. Cada una de sus ansias, cada una de sus ilusiones de repente aparece. De alguna forma van a ir descubriendo que la falta del padre les ha hecho sufrir muchísimo pero también les ha dado la vida".
Las seis batallas de la mujer
Celia Freijeiro explica para este portal la batalla de la mujer que su personaje, Adela Silva, encarna en Seis hermanas. Ella es la hermana mayor y le toca lidiar con las historias de las demás también, pero tiene una concreta en el mundo profesional.
Adela ocupará un lugar que no le corresponde en ese momento. "Se hace cargo de una fábrica, de negocios, que para eso necesitan al señor Salvador Montaner", asegura la actriz. Pero le llega todo de rebote. "No lo hace como lo hace Diana, que cree que las mujeres pueden hacer otras cosas y ocupar otros lugares", afirma sobre su hermana interpretada por Marta Larralde. "Adela no se lo plantea, pero necesita salir adelante y necesita avanzar y la sociedad no se lo permite".
Precisamente Diana es la que tiene una mentalidad más cercana al siglo XXI y lucha por que las mujeres tengan el poder y puedan decidir. "Tiene que sacar la familia adelante, traer el dinero a casa, hacerse cargo de todo. Y demuestra que las mujeres también pueden tomar decisiones y tienen una inteligencia, un ingenio", asegura Marta Larralde. "Pueden hacerlo y están tan preparadas como un hombre. Esa va a ser la batalla de Diana: demostrar al mundo que las mujeres pueden hacerlo muy bien".
La desaparición de la figura paterna es la que permite que las 'Seis hermanas' puedan salir a flote
Candela Serrat también cree que su personaje, Celia, quiere un papel decisivo para la mujer, pero de una manera distinta a la de Diana. "Celia es mucho más reflexiva, tiene sed de conocimiento", afirma "Cree que el paso previo es el estudio, el conocimiento, la sabiduría. Quiere estudiar en un mundo en el que las mujeres no debían estudiar porque su mundo eran sus maridos, estar en casa y cuidar de sus hijos".
La lucha de Blanca será en el ámbito amoroso, y es aquí donde surge la idea de casarse por amor o en una boda concertada. "Ella tiene que casarse con Rodolfo Loygorri, el matrimonio está pactado desde hace mucho tiempo", afirma Mariona Tena, la actriz que la interpreta. "Va a luchar con todas sus fuerzas para que esa boda siga adelante. Pero aparece Cristóbal y empiezan a surgir en su corazón sentimientos nuevos que ella jamás había experimentado. No sabe cómo describirlos o si están relacionados con el amor. No sabe lo que es el amor. Es muy inocente en eso".
Francisca, a quien interpreta María Castro, quiere ser artista, algo que no estaba bien visto en aquella sociedad para las mujeres. "Como a mucha gente del mundo de la farándula, cuando le dicen a sus padres que quieren ser guionistas les dicen 'ay, Dios mío'", reconoce Ramón Campos. "A ella le pasa un poco lo mismo. Cuando le dijo a su padre que quería ser cantante le dijo que cantase en casa y ya está".
Por último, Elisa tendrá que lidiar con un concepto de la época: la puesta de largo. "La lucha que tiene es bastante clara: una lucha de sociedad contra prejuicios", afirma Carla Díaz. "Ella se siente una mujer y de hecho lo es pero no puede serlo hasta que no pase por una fiesta social y se presente ante la sociedad. A partir de ahí es una mujer. Por circunstancias sociales y económicas esa fiesta no se puede celebrar y ella está desesperada. No es nadie. Hasta que no pasas por esa fiesta no eres nadie, eres la niña".