Hay días en los que mi mando a distancia me inquieta. Los números del mando a distancia me miran y me preguntan: ¿eres de mamá o de papá? Nunca llueve al gusto de todos pero todos quieren que llueva. Ahora, sin embargo, hace calor y eso me pone las cosas más fáciles. Y es que Antena 3 dio carpetazo a su temporada esta semana y, de pronto, ha desaparecido de la faz de los canales.
Antena 3 es un motor de creatividad constante y ha impulsado los proyectos más arriesgados en ficción y entretenimiento de los últimos años. Otra cosa son los datos de audiencia. Pero la cadena ha puesto todo su empeño para conseguir una mejor marca de la televisión española y sus contenidos.
Este año ha estrenado Vis a vis, una serie rompedora, sexualmente hablando y categoricamente apostillando. Antena 3 sabe dar en el clavo de la ficción y ha obligado a que los demás se pongan las pilas si querían aspirar a algo. Bienvenidos al Lolita fue el último experimento tonto que probaron en la cadena. A partir de aquel momento supieron que para crear marca no podía haber ninguna mancha en el camino. Que ni la mora lo borraría.
Antena 3 ha abierto camino. Nos enseñó que en España se pueden hacer series de romanos, adaptaciones literarias sin intención de durar 10 temporadas y que el éxito de una ficción radica en su planteamiento inicial, no en el aprender a caminar. Y ha sabido contagiar a su hermana pequeña. Refugiados era un producto arriesgado sin intención de romper audiómetros y con el mínimo objetivo de demostrar que si uno quiere, puede.
El entretenimiento sigue siendo una de las flaquezas de Antena 3 cuando los audímetros son los que examinan. Ni Pekín Express, ni Al rincón de pensar, ni Los viernes al show, ni En tierra hostil han logrado derribar a la competencia. Sin embargo, hay que seguir valorando la capacidad productiva de una cadena que emite hasta dos ficciones y dos concursos en su tarde.
Han sido 9 meses de intentos dentro de Antena 3. Un embarazo largo que ha compartido escena con una de las mejores temporadas televisivas de la historia. Una gestación que ha dado para a… la nada. Y es que Antena 3 se ha olvidado por completo de los espectadores en estos meses de verano. Terminadas sus temporadas de Vis a vis y Allí abajo o finiquitado el paseo de Pekín Express, la cadena se ha centrado en programar series americanas en prime time e irse a echar la siesta hasta septiembre.
Una cadena como Antena 3, motivada por el riesgo ante una competencia que siempre apuesta por el valor seguro e interno del reality no puede dormirse en los laureles de esta forma durante más de dos meses. Antena 3 debe despertar y seguir apostando por su televisión. En septiembre, sino, todo será volver a empezar desde cero. Y eso es algo que la audiencia no perdona.