Gran Hermano regresa el próximo domingo a Telecinco con el estreno de su decimosexta edición. Tras 15 años, cualquier arranque es complicado porque siempre puede ser el último, pero Zeppelin y Mediaset han demostrado saber darle los giros necesarios para poder sobrevivir durante tantos años.

Sin embargo, en esta ocasión hay algo distinto: la sombra de Gran Hermano VIP. La base del formato se ha vuelto a testar diez años después con famosos como protagonistas, y se ha conseguido con ello un gran éxito de audiencia.

Las comparaciones son odiosas, pero tener un programa tan similar con el que mirarse puede ser perjudicial para el formato original, sobre todo en sus primeras semanas. Los anónimos llaman menos hasta que se les conoce, aunque después pueden dar más juego incluso que las celebrities.

La sombra de 'GH VIP' podría hacer tambalearse un flojo inicio de la edición de anónimos

El problema será precisamente ese arranque. Si la gente no ve el mismo atractivo que vio en la edición que ganó Belén Esteban, el peligro está en que puedan bajarse del carro antes de tiempo. Y más cuando después de ese GH VIP han llegado muy juntos otros dos formatos con famosos: Supervivientes y Pasaporte a la isla.

Para contrarrestar este efecto, Zeppelin ha preparado una edición de secretos que se explotarán muy probablemente sólo en el arranque del programa. Será su especial forma de luchar contra este handicap que supuso un éxito tan atronador como el de la tercera edición de GH VIP, algo que no se vivió con las dos anteriores emitidas hace una década.

Zeppelin ha demostrado que sabe reaccionar cuando Gran Hermano más lo necesita. Tras el fiasco de la octava edición, la novena supuso un aire fresco al formato que lo revitalizó. Lo mismo ocurrió tras la duodécima ocasión en que se abrieron las puertas de la casa, logrando con el 12+1 que volviera a brillar como siempre. GH15 también revivió el bajón de GH14, pero ahora el reto es distinto y mucho más complicado.