Lo recuerdo como si fuera ayer. Estaba nervioso. Tenía tantas ganas que no supe controlar el tiempo y llegué mucho antes de la hora a la que había quedado. Las manos me sudaban y no sabía si iba a dar la talla, si diría las cosas como estaban en mi cabeza. Cuando entré a aquella sala empecé a temblar. Hacía mucho tiempo que llevaba esperando este momento después de los numerosos mensajes que le dejé. Pero este lunes sucedió: por fin conocí a Gundín.

Era uno de los encuentros más esperados. Ni Mariló Montero tenía ese poder sobre mí. El director de informativos de TVE, un área que no pasa por sus mejores momentos, se enfrentaba por primera vez a las preguntas de los periodistas. Él también estaba nervioso. Se le habían acumulado numerosas polémicas después de todo un año en el trono y a lo mejor alguna respuesta se le escurría en medio del discurso.

Pusimos una palabra clave para saber cuándo debíamos parar el flirteo: manipulación. La situación se nos fue de las manos y finalmente tuvimos que pronunciar la temida palabra. “Soy el primer empeñado en que no se produzca manipulación”, comentó Gundín. “Los telediarios no los hago yo solo. ¿De verdad alguien se puede creer que se puede manipular a los trabajadores como títeres?, preguntó, muy seguro de que no habría respuesta.

Pero me debió mentir. Era mi primera vez y me mintió. Y según salí de aquella habitación comenzaron a llegarme rumores de que nuestra relación no había sido del todo sincera. El Consejo de Informativos, que no son cuatro frikis molestos con ganas de hacer ruido, sino que representan a la redacción, cuentan cómo los informativos no han sido del todo honestos con los espectadores con ciertas informaciones.

“No se han recogido los aspectos más controvertidos del nuevo candidato del PP en Cataluña a la Generalitat”, comentan desde el Consejo. Pero no perdieron tiempo en nombrar a Juan Carlos Monedero el constructor “del argumentando político del chavismo” desde uno de sus informativos. Al frente de esta pieza estaba Alicia Gracia, ex presentadora de Intereconomía y uno de los últimos fichajes de TVE para poder hacer frente a las elecciones.

Gundín se negó a llamar a estos nuevos contratados ‘redacción paralela’. “Hablar de redacción paralela cuando se trata de 11 trabajadores frente a una plantilla de 800 personas no es algo de lo que me pueda sentir orgulloso”, comentó. Sin embargo, estos 11 trabajadores pueden hacer un flaco favor a la credibilidad de los informativos cuando están dispuestos a ponerse al frente de las piezas más críticas con la izquierda sin escrúpulos.

“Sólo hay que ver los telediarios de los últimos meses, donde han desaparecido algunas firmas veteranas y expertas y han aparecido multitud de nuevos nombres de profesionales en formación”, han comentado desde el Consejo de Informativos. Gundín, ¿has puesto a becarios a hacer el trabajo de profesionales de toda la vida porque ellos son bastante más moldeables? Me ha decepcionado. 

Creía que había sido sincero conmigo. Era nuestra primera vez juntos y sentí que podía comenzar una bonita y estrecha relación. Dijo que era vergonzoso y esto de aparecer ante los medios no se le daba bien. No quería titulares. Pero ahora siento que lo único quería era salir de este trámite anual y casi obligatorio de comparecer ante los medios lo más rápido posible para volver a hacer su trabajo: ofrecer unos informativos al servicio del Partido Popular.