En los años 80 dos automóviles televisivos -con el permiso del parlanchín Kitt, más conocido como el coche fantástico- causaban furor y marcaron tendencia. Los dos lucían una franja a modo de relámpago, una blanca y el otro roja.
En el caso del primero, nos referimos al Ford Torino rojo “tomate con rayas”, que lo llamaba maliciosamente Hutch, el compañero de Starsky en la mítica serie policíaca protagonizada por esa singular pareja de policías... Pero, ésa será otra parada en nuestro catódico viaje por el tiempo.
Hoy nos interesamos por el segundo modelo de coche, más bien furgoneta, la GMC Vandura G-15 (año 1983): negra como la noche y atravesada por una gran raya en zig-zag roja. Ése era el vehículo en el que se desplazaban (y en ocasiones era su domicilio e incluso el taller donde preparaban sus artilugios) el Equipo A.
Los padres permitían su visión porque nadie salía herido de tales catástrofes
Recuerdo que esta serie made in uesei traía locos a la chiquillería entre los que se encontraba mi hermano pequeño. Era una serie violenta, con mucha acción y unas historias en las que siempre gira sobre el mismo tema: caciques que acampan a sus anchas, chicas de buen ver y mejor corazón que necesitan ayuda, y un grupo de prófugos (por un delito que no cometieron) que se la ofrecen...¡Gratis!
A pesar de su violencia, los padres permitían su visión ya que los malos por muchas explosiones, disparos y vuelcos de coche a cámara lenta siempre salían indemnes de tales catástrofes.
Yo, como chica, prefería otro tipo de series y ésta en especial me producía cierta lástima. ¿El motivo? Su protagonista no era otro que mi adorado George Peppard. Aquí en esta serie era Hannibal con su puro en la boca, repartiendo estopa con sus guantes de cuero negro, o con la metralleta en ristre me producían cierta desilusión. No podía concebir que el mismo actor que me enamoró en el cine con Desayuno con diamantes o Con él llegó el escándalo, o cómo el detective Banacek en televisión eran la misma persona.
98 episodios
El equipo A se estrenó en enero de 1983 en la cadena NBC y estuvo en antena hasta marzo de 1987. Sus creadores eran Stephen J. Cannell (el que aparecía al final de los créditos escribiendo en una vieja máquina de escribir underwood) y Frank Lupo.
En sus 98 episodios y a lo largo de cinco temporadas esta serie que hablaba de unos veteranos de Vietnam perseguidos por un delito de robo que no cometieron durante aquella guerra, gozó de un enorme éxito entre la audiencia.
Sus protagonistas eran el ya mencionado George Peppard, Dwight Schultz, Dirk Bennedict y Mr. T. Este último inmensamente alto, grueso, con el pelo cortado a lo cherokee, pantalón de peto y con un cuello repleto de collares de oro haciendo juego con los anillos que cubrían sus dedos, era el ídolo de los niños. Una prueba de ello es que en USA emplearon su imagen y sus consejos para huir de los peligros de la calle y de la lucha contra las drogas.
Recuerdo que los títulos de crédito iban siempre acompañados de esta cantinela: “En 1972, cuatro de los mejores hombres del ejército estadounidense que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy, todavía buscados por el Gobierno, sobreviven como mercenarios”.
Sus inventos
Una cosa que sí me hacía gracia era el personaje interpretado por Dwight Schultz: el loco Murdock. Un experto piloto que se hacía el loco y que en cada episodio el resto del equipo tenían que buscarse alguna treta para sacarlo del establecimiento en el que se encontraba recluido... Eso y el terrible miedo a volar de Mr. T y cómo se las ingeniaban para dormirlo cuando tenían una misión de altos vuelos (una vez incluso emplearon un dardo tranquilizador para elefantes).
Mucho antes de que McGyver sorprendiera a propios y extraños con sus inventos, los del Equipo A fueron pioneros en ello. Para muestra un botón: empleando una tubería ancha, cinta americana y un cesto de coles lo convertían en un lanza grana... perdón coles.
No quiero olvidarme del teniente Templeton Peck (Dirk Bennedict). Era el “guaperas del grupo” y gracias a sus encantos (era todo un liante profesional) se encargaba de proveer al equipo de material difícil de conseguir... Y casi siempre lo conseguía. En el doblaje en España se le conoció con el alias de Fénix (como genio).
Como nota curiosa les diré que en el primer episodio de la serie -titulado “El pueblo de San Río Blanco”- el actor que interpretaba este personaje era Tim Dunigan (Cheers, Sensación de vivir, Se ha escrito un crimen); pero solo apareció en ese ya que a partir del siguiente se incorporó el actor que todos conocemos.
Durante la primera temporada contaron con Amy (Melinda Culea), una intrépida periodista que ayuda al equipo en momentos de apuro. En el bando contrario no quiero olvidarme del coronel de la Policía Militar Derryck Lynch (William Lucking) y del coronel Roderick Decker (Lance LeGault), dos cabezotas que se turnaron en tratar de dar caza y captura al Equipo A; pero sin conseguir su anhelado fruto.
La aparición de Ana Obregón
Por último no podemos olvidar la aportación de nuestra querida Ana Obregón a esta serie. Fue durante su etapa americana -la misma en la que, según cuenta cocinó una paella para Steven Spielberg- en el episodio titulado El día del juicio correspondiente a la cuarta temporada. Allí interpretó el personaje de Marta. Como curiosidad les contaré que la propia Obregón fue la encargada de doblarse así misma cuando ése episodio se emitió en España.
Por último les contaremos que parece ser que el buen ambiente que destilaba la serie era muy distinta a la que vivían los actores. Al parecer se llevaban como el perro y el gato. Y es que como decían al final de El hombre que mató a Liberty Valance “ante la historia y la leyenda de un personaje... quedémonos con lo segundo”