Cuando supimos que Mónica Naranjo no sería jurado en la cuarta edición de Tu cara me suena, muchos nos llevamos las manos a la cabeza. La cantante entró en el programa el primer día allá por 2011 cuando parecía que iba a ser un fracaso y pronto se convirtió en un gran éxito gracias en parte también a su trabajo.
Naranjo creció en el programa, y mucho, y se convirtió en una pieza indispensable. Mientras por su lado (y el de Carlos Latre y Ángel Llácer) pasaban nombres como Carolina Cerezuela, Marta Sánchez, María del Monte o Carolina Ferre, ella se apoltronó en su asiento y ninguno queríamos que se moviera. E incluso intentó compaginarlo con una nueva faceta como presentadora, algo que no cuajó.
Pero llegó una oferta de Pequeños gigantes y con ella una oportunidad de seguir creciendo en la televisión, y Mónica Naranjo decidió tomar un nuevo rumbo. El programa se enfrentaba al reto de sustituirla por un nombre a la altura, algo que a priori parecía muy complicado.
Lolita, la sustituta perfecta
Cuando Antena 3 anunció que el lugar de Marta Sánchez y Mónica Naranjo en el programa lo ocuparían Shaila Dúrcal y Lolita, muchos fuimos los escépticos. Y en el caso de la hija de Rocío Dúrcal, no nos equivocamos.
Lolita aporta algo que no habíamos visto hasta ahora: su experiencia personal
Pero sí lo hicimos con Lolita. La cantante y actriz es espectáculo puro y aúna las dos características claves de Tu cara me suena: música (a través de sus conocimientos) y humor. Sus tablas en la pequeña pantalla se notan. Además de haber sido invitada en cientos de formatos, también ha presentado otros como Sabor a Lolas junto a su madre o Grandiosas en Telecinco.
Pero, además, aporta algo propio que no habíamos visto hasta ahora: su experiencia personal. Ser hija de Lola Flores da para mucho. Lolita ha conocido a muchos de los artistas imitados, y a los que no los torea con gracia. Y ha conseguido que sus "anécdotas" se conviertan en algo que cada viernes esperamos ver en Tu cara me suena, sin llegar a aburrir a pesar del continuo uso que se hace de ellas.
Lolita ha conseguido que no echemos de menos a Mónica Naranjo por un lado, y por otro que no tengamos en cuenta lo poco que aporta Shaila Dúrcal al jurado. Desde aquí lanzo una idea para la próxima edición: si "la Naranjo" queda libre de Mediaset, verla sentada junto a Lolita puede ser una unión brutal, aunque sea para que se tiren de los pelos pegándose por ser la más protagonista.