Parecía una sección inocente. Pilar Rubio tiene una nueva misión en El hormiguero. Cada semana, la colaboradora debe aprender una nueva técnica estudiándose a fondo los tutorales de youtube. Esta semana, debía aprender globoflexia. 

Rubio tenía que enseñar a Pablo Motos y a Jordi Évole a hacer figuras con globos. La tarea era sencilla: hinchar un globo y hacer un perro. Hasta ahí, la sección de Pilar Rubio iba a la perfección y sin problemas.

El problema llegó cuando se le anunció a la colaboradora su misión de cara a la próxima semana. El reto: aprender beatbox (sonidos musicales con la boca). Comenzaron entonces las bromas entre Motos y Évole. “Imagina que viene Sergio Ramos de un partido y te cuenta lo que ha pasado y tú haciendo rítmicos”., dice el presentador de Salvados

Pilar Rubio no contestó al comentario y siguió haciendo formas con los globos. “¿Si te habla de que el entrenador le ha dicho? ¿Cómo se llama el entrenador del Real Madrid? Es que como ha tenido tantos”, continuó Évole entre bromas con Motos. 

La cara de Rubio ya era un poema en aquellos momentos. “Bueno, vamos a hablar de otra cosa. ¡Oye, hacedme caso!”, recriminó a los dos. En ese momento terminaba la sección de la colaboradora. Se despedía de los espectadores, pero no le dijo ni un adiós a Évole.