Rodar una serie como Buscando el norte en Berlín, en la que se siguen las andanzas de varios emigrantes españoles, ha traído al recuerdo de su protagonista Antonio Velázquez aquel momento en el que decidió dejar su Granada natal por Madrid. 

Nada fue fácil. Nada es sencillo para cualquier joven que quiere probar suerte en el mundo de la interpretación. Él lo sabe bien. Hasta tres trabajos compaginó para sobrevivir en la despiadada capital. Hoy, varios años después, el granadino se desnuda como nunca antes en una de sus entrevistas más personales y sinceras. 

Abierto, emocionante, cercano. Sin problemas para hablar sin tapujos de su pasado, su presente o su futuro. Orgulloso de aquellos que le ayudaron a llegar hasta aquí. 

¿Cómo está siendo la experiencia en Berlín?

Maravillosa. Rodar en esta ciudad es increíble, aunque también tenemos las llamadas 'inclemencias'. En Berlín hay muy pocas horas de luz, así que las jornadas de ocho horas de trabajo se reducen a esas ocho horas de luz y empezamos muy temprano. Además tenemos que ir adaptando todo sobre la marcha, si llueve o nieva vamos adaptándonos a cada situación. No es como en Madrid, que se pueden mover los planes de rodaje. En Berlín es la guerra. Por esa parte me gusta, porque puedes adaptarlo, todo suma, le da un valor a la producción que pocas veces podemos hacerlo. En Madrid todo se ajusta todo más al guión.

Berlín es la guerra. Hay que adaptar el plan de rodaje si llueve o nieva

¿Habéis tenido que cambiar alguna vez el plan de rodaje?

Sí. Hace poco cayó una nevada en la que pensé que no volvía a España. Y justo a los pocos días ya no había nieve. Rodamos en un lago que estaba congelado. Había una trama muy bonita con Terele Pávez, estábamos rodando y parecía un croma.

¿Qué tal llevas el alemán?

Pues... no lo llevo (risas). Voy como mi personaje, que es el que menos alemán sabe. Los que más saben son los personajes que más llevan. También la parte cómica de lo que le pasa Álex es por eso. Espero que si hay una segunda temporada, aprenderlo.

¿Y a ti te pasan situaciones cómicas?

Sin ir más lejos, llevo dos días duchándome con agua fría en el hotel porque me da corte bajar a decírselo a la recepcionista. Y mi inglés que tampoco es muy bueno. De hecho, he desmontado yo el termostato del baño porque no soy capaz de explicárselo.

¿En qué te pareces a Álex?

En nada. No soy tan quejica cómo él. Álex rompe su zona de confort. Y yo creo que es algo que nos pasa a todos, que vemos que hay otro mundo. Cuando una puerta se cierra, dicen que se abre una ventana. Pero a veces nos pasamos tanto tiempo mirando la puerta cerrada, que no nos damos cuenta.

¿Tienes gente que haya vivido la experiencia de marcharse fuera?

Creo que todos tenemos amigos o familia que lo han hecho. No es lo mismo irse de Granada a Madrid, como fue mi caso, pero al final vives algunas situaciones complicadas. En ese sentido no ha sido difícil meterse en el personaje. Lo más difícil ha sido hacer hincapié en el tono de la serie, unificarlo. Aquí querían que no fuera chiste tras chiste.

Estáis entre el drama y la comedia... 

Sí, todo se mueve en lo dramático. Nosotros lo llevamos a la comedia. Es cierto que ahora con la tecnología ahora es mucho más llevadero. Ahora con wifi puedes llamar a tu madre en cualquier momento para desahogarte, aunque no tengas dinero.

Recuerdo estar cenando una lata de atún y medio limón y mentir a mi madre

¿Recuerdas alguna situación complicada cuando tú llegaste a Madrid?

He tenido bastantes. Ahora que ha pasado el tiempo, a veces hablo con mi madre y salen cosas de cuando yo llegué a Madrid. Recuerdo una situación súper triste, estar sentado en la cama con una lata de atún y medio limón para cenar, y llamar a mi madre y decirle que todo estaba fenomenal y mentirle. Mi escuela era carísima, pagar el piso, todos los gastos. Madrid es una ciudad en ese sentido un poco despiadada. Entonces llegas, eres joven, tu familia tampoco te puede ayudar a todo...

Y en mi caso tuve tres pilares en mi vida que han sido y son mi madre y mis dos hermanas. Cuando murió mi padre tenía 20 años y en ese momento decidí tirar la toalla. Fueron ellas las que me dijeron que tenía que tirar para adelante. No me podían ayudar económicamente, pero su apoyo psicológico fue fundamental para que continuara.

¿Qué hacías para sobrevivir?

Tenía tres trabajos. Estaba en el Teatro Real de figurante, a mediodía servía menús en Nuevos Ministerios, en un restaurante que se llamaba City, y por la noche ponía copas en el bar Fulanita de Tal. Reunía como para ser mileurista con tres trabajos, imagínate.

¿Qué sentías cada vez que hacías un casting y te decían que no?

Yo cuando llegué a Madrid de Granada tenía un acento increíble. Así que imagina cuando me presenté al primer casting... (no ce niño, aprende a hablar)'. Estudié dicción con varios foniátras privados, me lo tuve que currar mucho. Esto no lo había contado nunca. Es curioso porque luego trabajé en Arrayán, que es una serie andaluza y se extrañaban porque no parecía que fuera de Granada. O cuando hice Paquirri, tuvimos que buscar un acento andaluz neutro.

Tuve que estudiar dicción porque cuando llegué a Madrid 

¿Pensaste en tirar la toalla en esos años duros?

Por mi familia, sí. Cuando te ves en una situación así, piensas mil cosas. De pronto  te conviertes en el hombre de la familia y no sabes qué hacer. Pero ahí estuvieron ellas.

¿Qué es lo que más echas de menos cuando trabajas fuera de casa?

Lo peor de rodar fuera... para mí es la comida. En eso soy muy español. Cuando vuelvo a Madrid y llego a la Latina, el sol,  las cañitas... En el catering se come bien. Lo mejor es todo lo que te ofrece Berlín. Es un personaje más en la serie.

Pensé en tirar la toalla. Pero mi madre y mis hermanas fueron mi apoyo

¿Qué te ha sorprendido de Berlín?

Cuando llegué era todo oscuro y pensé en Blade Runner. Lo están haciendo muy bien con eso de ahorrar. Y luego está el tema de la reconstrucción de la ciudad. Impacta.

¿Y la noche...?

También impacta (risas). Hay un sitio que se llama el Kit Kat que es... muy divertido (Es bar en el que hay que desnudarse para poder entrar). Hay que investigar. Es una ciudad muy undergrounnd. En ropa encuentras cosas increíbles.

¿Vivirías en Berlín?

No. Está muy bien para trabajar. Es una ciudad que me gusta, pero sólo para rodar. Pero para vivir, no. Primero el idioma y luego es que yo soy del sur.

¿Te has planteado 'emigrar' a Londres o Estados Unidos?

He trabajado en México dos años. Cuatro Lunas tuvo allí mucho éxito, hubo propuestas, pero por el momento no he pensado en marcharme.

Buscando el norte se estrena esta noche en Antena 3 a partir de las 22:45 horas.