Ese placer culpable llamado Francisco Nicolás

Ya estoy de vuelta. He sabido por este mismo “site” que algunas chochos casi se tiran por la ventana la semana pasada al ver que me tomaba unos días libres para meditar. Entiendo, amigas, que lo vuestro carezca de sentido sin paladear lento el veneno de mi pluma. Vamos, que para imitar tenéis que tener cerca el modelo si no, hiperventiláis. ¡Todas tranquilas! Ya estoy aquí de nuevo para enseñaros, enseñarte, cómo se hace.

¡Qué alegrías más grandes me da el Gran Hermano VIP! Si ya creía que lo había visto todo con los llantos de Rappel, la inquina de la Bollo, el mobiliario “rubio `platino” de Rosa Benito… ¡Zas! otra vez para adentro Francisco Nicolás. ¡Ni el CNI ha podido con él! ¡Ni el abogado de la Infanta! ¡Ni Corinna “amigaentrañabledelRey”! ¡Ni la OTAN ha podido parar la reentré de este pequeño aprendiz de encantador de serpientes!

¿Alguna de vosotras sabía qué era el CNI antes de conocer a Francisco Nicolás?

Tengo que reconocer que con este chico me pasa igual que cuando me tiro un pedo en la cama y me tapo con la sábana para disfrutar del hedor. Tengo con Francisco Nicolás esa relación de placer culpable. El amor a lo prohibido. El dolor que lleva al orgasmo más salvaje. ¿Qué es un poco repipi? Sí. ¿Que seguramente la mitad de lo que cuente sea mentira? Chica, pues seguro que también… pero lo dicho, me engancha. Cuando sale por la tele me quedo pegada como una lapa a la roca… Como el peinado en funciones a la cabeza de la Ministra Fátima Bánez. Como Mon Santiso al recuerdo de Ana Rosa. Pegada como Luis Rollán a la foto de su amiga presa.

¿Hay algo más maravilloso (ser) que las peroratas hilarantes de este personaje de ciencia ficción? Por favor, ¿alguna de vosotras sabía qué era el CNI antes de conocer a Francisco Nicolás? Este tipo ha hecho más por la visibilidad de las estructuras del Estado que todos los ministros juntos. Esas historias de viajes en coche oficial. Esas cenas con Presidentes de todo lo presidible… ¡Es como un serial! ¡Ríete tú de Falcon Crest! A su lado la anécdota de Ana Obregón y la paella para Steven Spielberg se queda a la altura del betún. Con todo esto, es normal que la audiencia (sabia como cuando compran el single de Ylenia en el iTunes) haya decidido repescarlo para resucitar el concurso.

Una ranción de fantasía política

Los retos a los que se enfrenta en su vuelta no son pequeños. A ver si de una vez por todas se le pasa el cabreo continuo en el que vive a Carlos Lozano. Especialmente cuando sabe que están en directo, el que fuera presentador de Operación Triunfo se encabrita como una mona con el culo untado en guindilla. Chica, ¡qué agresividad!

Para el año que viene yo propongo un Gran Hermano de politiqueo

A ver si “Little Nicky” anda listo y cuando detecte la llegada de la ira lozanil interrumpe con alguna historia del palo “el otro día iba con Esperanza Aguirre y aparqué el coche en la mediana de la M-50” o “todavía me acuerdo de cuando le dije a Jose (María Aznar) en una cena que se quitara el bigote, que María Teresa ya estaba comprometida”. Cosas así super-divertidas, a tope de flow. ¿Quién va a querer escuchar al ex triunfito llamar golfa al personal pudiendo deleitarse con una ración de fantasía política? Puritito excremento VIP.

Para el año que viene yo propongo un Gran Hermano de politiqueo: Francisco Nicolás, bien de concejales de urbanismo, los presidentes de dos o tres diputaciones, el cuñado constructor de algún ex alcalde de Marbella, un par de marchantes de arte de los que exponen en ARCO, el marido de alguna hija de reyes y un arquitecto trincón con varios proyectos megalómanos en su portfolio. ¿Te imaginas? Eso sí que iba a ser too much. ¡No iban a dejar ni el cobre de los enchufes! ¡Viva España! ¡Viva el vino!

Lo que más me ha gustado de esta vuelta del pequeño Nicolás ha sido lo poco que ha tardado en salir. Nena, ya que tienes que entrar pues lo haces para salir al rato e irte a declarar a cualquier juzgado de España. ¡Eso es ser VIP y no la hija de Matamoros! A ver a cuántos juicios han invitado a esa gente. ¿Le habrá contado Francisco al juez la previsión de Rappel para el veredicto? ¿Habrá comentado con su señoría la salida de Rosa Benito? ¿Habrán hablado de los pechotes de “las cuñis”? ¡Qué glamour! ¡Que se haga justicia!