Hace algunas semanas, los compañeros de la revista Vanity Fair, en su edición digital, hicieron un prodigioso ejercicio de remember televisivo, mezclado con unas dosis de reporterismo de investigación de tal magnitud que Gloria Serra está pidiendo a gritos su fichaje. Por un lado, recordaron uno de los hitos televisivos de Telecinco convertido en viral en esta era de youtubers, millenials y gente chorra haciendo el ídem en internet: la reportera impasible y las fans histéricas de Take That. Una maravilla inenarrable capaz de aunar en apenas unos segundos estupidez adolescente, hartazgo profesional y sufrimiento paterno.

Lo glorioso de este reportaje no era tanto la narración no oficial de lo sucedido, sino la secuela que publicaron días después. Vanity Fair localizó a la reportera y la fan 20 años después. Y las juntó. Un reencuentro único. No tengo claro si a la misma altura que el de los actores de Friends o el de Pajares y Esteso, pero histórico en cualquier caso. Volver a saber de ellas, conocer de primera mano cómo han vivido sus vidas después de aquella mañana en Barajas y descubrir cuánta terapia pagada por la Seguridad Social hizo falta para borrar los traumas dejados. El que quiera, que se lea el texto, que uno es de citar y compartir. Pero solo avanzaré que ella, la reportera, no es otra de Machús. Sí, la de Parada. La del paquete de Parada. Pobrecita mia, qué carrerón....

Vanity Fair consiguió reunir a la reportera impasible y la fan histérica de Take That

¿Y si los chicos de Vanity Fair se decidieran a repescar a gente locatis de la televisión que nos dejó impactadisimos a todos y recupera sus memorias? ¿Y si ellos no pueden y entonces Gloria Serra deja de alarmar a todos los españoles con sus timos, estafas, robos, delincuentes organizados, mafias extorsionadores y maleantes varios que nos acechan bajo cada tapa de alcantarilla y se calza un Equipo de investigación verdaderamente interesante? ¿No sería fascinante señalarle el verdadero camino a Telecinco para rellenar su casting de Supervivientes y no las famosos de medio pelo que meten?

Porque si, todos mas o menos tenemos claro donde andan metidos el centenar largo de habitantes de la casa que han pasado por Guadalix, nos importa entre poco y nada las carreras de los triunfitos, vocitos y numerounitos que han parido lo stalents shows nacionales y la familia de frikis que vio nacer Crónicas Marcianas pues no dejan de ser productos televisivos convencionales, de usar y tirar. Lo verdaderamente importante, la madre del cordero del asunto, es reubicar a aquellos dioses del zapping, robaescenas espontáneos que hoy serian ídolos nacionales pero que llegaron antes de tiempo...

En un alarde de generosidad, aquí tienen un Top 5 de gente rara que vimos en televisión y que deberíamos recuperar rumbo a una isla desierta

* Cesáreo, el chicharra: Más conocido como el hombre del mechero. Fue nuestro primer yonki televisivo real, mucho antes que Callejeros encontrará el caladero donde pescar imágenes impactantes . Un huevazo, un encendedor y una mujer, Sole. Eso bastó para catapultarlo a la fama en 1994, una época donde lo viral se asociaba con enfermedades y no con vídeos de gatitos. Su recorrido televisivo fue efímero. La leyenda urbana dice que murió de sobredosis tras gastarse el dinero cobrado por intervenir en Al Ataque, de Alfonso Arús.

* La socorrista tóxica: De un yonki pre-youtube a una 'colgada' convertida en el primer vine masivo cuando no existia ni Whatsapp ni Vine. "La he liao parda" sigue siendo una muletilla vigente ocho años después de saltar a la fama tras intoxicar a una toda una urbanización mezclando químicos en la piscina comunitaria. Su testimonio a cámara, medio drogada por los vapores, medio aterrorizada por las consecuencias de su hazaña, corriendo por todos los programas de zapping, una especie televisiva extinguida. Pero de su célebre creadora, apenas se sabe nada hoy en dia. Los gloriosos guionistas de Sé lo que hicisteis... tuvieron a bien llevarla a plató un par de veces, pero desde entonces, anda desaparecida. Nada más. ¿Trabajará en algún Aquopolis? ¿Será la Walter White española? 

* Carlitos, el esmirriado: La televisión de los 90 dejó para la posteridad algunos de los programas más horteras que se recuerdan. Como la época. Fueron la base de los dating shows actuales. Desde Su media naranja a Contacto con tacto o Lo que necesitas es amor. Pero el culmen de todos ellos fue Luna de miel. Entre madrinas, padrinos, novias y suegras, en el Maremagnum de la cursilería que manejaba con maestría Mayra Gomez Kemp destacaba un personajillo enclenque, esmirriado o famélico que se usaba como si fuera el Anti-Chollo del Un, dos, tres... responsa otra vez. Es decir, un castigo para el equipo que lo tuviera en sus filas. Su nombre: Carlitos. Con cara de niño grande, actitud corporal que potenciaba su extrema delgadez y sabiéndose objeto de parodia del programa, Carlitos tuvo una presencia televisiva pareja a su peso: volátil. 

* Las señoras de Lo Sabe, No lo Sabe: Son quizá el ultimo fenómeno televisivo encontrado en plena calle, si descontamos los estudiantes zopencos de El Intermedio. Piedad concursaba con Juanra Bonet por las calles de Valencia cuando tropezó con su amiga María. Lo que las cámaras del programa grabaron con ese encuentro forma parte de la antología "Señoras que..." que tanto furor causó en redes sociales a principios de la década. Señoras que te fríen un huevo si te quedas con hambre, que se ponen bolsas de plástico del Súper en la cabeza si llueve, que te preguntan si eres el hijo de la Jacinta... Esas señoras eran María y Piedad. Ni concurso ni leches. Lo Sabe No lo sabe se convirtió en un patio de vecinas retransmitido en televisión. La espontaneidad y marujismo de ambas las hizo regresar en una edición especial para concursar de manera conjunta. María, Piedad, si leéis esto, manifestaos de vuelta.

* Paqui Peña: O 'la fea del tomate'. O el catalán loco de patillas salvajes. La primera década del nuevo milenio tuvo momentos muy locos en Telecinco. A Vasile le dio por lanzar reporteros "singulares" por la geografía nacional. Y lo logró. Cada reportaje o conexión en directo era la constatación definitiva para todo estudiante de Periodismo de que, o te hacías pasar por idiota delante de las cámaras, o jamás saldrías de becario. Pero el azar, y la CNMC, lo cambiaron todo. Los nuevos códigos reguladores obligaron a bajar el nivel de intensidad. Y todos esos reporteros cayeron en el olvido. Sus nombres, sus reportajes, sus voces...

¿Todos? No. Jamás podremos borrar de nuestra mente a aquella Paqui Peña de Está pasando desplomándose en vivo y en directo, por obligación (Mandarina quality trademark) sobre un castillo de arena king size ante la mirada asesina de su creador. El impacto de la secuencia fue tal que Paqui, convertida en cachondeo nacional, pasó años de purgatorio en diferentes subprogramas de cadenas autonómicas con ese papel de reportera peligrosa/kamikaze. Dignifiquemos su recuerdo ¿Para cuando un Gran Hermano VIP con Paqui Peña?

¿Qué, Vanity Fair? ¿Te atreves con estos? Supervivientes os espera....