GH VIP 4 cierra sus puertas. El reality de Telecinco elige este jueves a su ganador después de tres meses de convivencia. Una edición que ha dejado claro que el término VIP es subjetivo. Pero una edición que ha vuelto a demostrar que sólo tienes que ser VIP para el público objetivo de Telecinco para que todo el engranaje funcione.
Este año, GH VIP 4 aterrizaba en la parrilla después de una edición de GH 16 muy potente. Telecinco no dejaba tiempo para que el espectador asimilase que arrancaba un nuevo programa de televisión. Mismo decorado y mismas reglas. Sin embargo, GH VIP ha vivido más fuera que dentro.
Esta edición, por sí sola, ha sido mucho más pobre en contenidos que GH VIP 3. Muchos de concursantes no han terminado de arrancar (o de funcionar) como se esperaba y han tenido que intervenir demasiados factores externos para levantar las audiencias que han manchado la imagen del reality de una forma, por otro lado, totalmente lícita.
Los factores externos
La familia Matamoros ha acaparado todos los titulares. Fuera y dentro de aquella casa. Sálvame se ha nutrido del enfrentamiento familiar y lo que ocurría dentro de GH VIP sólo ha servido para dar contenidos al resto de programas de Telecinco. Dentro, sin embargo, era muy poco emocionante para los amantes del reality.
Y en Telecinco lo sabían. Por eso comenzaron a pinchar a los participantes con factores antes desconocidos. Entraron ex concursantes de GH VIP 3 (entre ellos, una captadora de audiencia como Belén Estaban), personas con las que los participantes habían tenido problemas fuera de la casa o familiares que despertasen los instintos más primarios del concurso.
Las nominaciones tradicionales dentro del confesionario dejaron de funcionar. Por eso volvieron a utilizar las nominaciones a la cara que tan bien funcionaron en GH 16. Los concursantes ponen sus cartas sobre la mesa y sacan todos los trapos sucios. Una nominación con una sonrisa en la cara es una traición igualmente y así surgen las primeras alianzas y los primeros enfrentamientos. Factores externos volvían a tener que encender la chispa esta edición.
Hace unas semanas, la casa de Guadalix de la Sierra abría sus puertas por primera vez a la prensa para realizar una ronda de preguntas en directo antes de que los concursantes abandonasen el programa. Entraban dentro de la casa preguntas del exterior, dudas del público y, por lo tanto, se sembraba la desconfianza en la cabeza de unas personas que llevan tres meses encerrados en una casa.
Su mayor enemigo: ‘GH VIP 3’
GH VIP 4 tenía sobre la espalda una sombra muy alargada llamada GH VIP 3. La edición del año pasado arrasó en Telecinco en forma y contenido. La casa se llenó de lo más VIP de cada casa y consiguió revitalizar el formato sin necesidad de pinchar desde el exterior. GH VIP 3 tuvo el casting perfecto. Algo que, consecuentemente, es muy difícil de superar y siempre existirán las comparaciones.
Las audiencias, como se esperaba, no han podido ser las mismas. GH VIP 3 cerró con un 29,8% de cuota de pantalla y rozó los 4 millones de espectadores de media. Este año, las galas han mantenido un 23,4% de cuota y tiene una media de casi 2,9 millones de espectadores. Una bajada notable de espectadores pero lejos de poder describirse como un fracaso.
GH VIP es un 3x1 para Telecinco. El programa ha ocupado tres prime times en la cadena gracias al debate (17,4% de media) y a los especiales de los martes (19% de media). Sin tener en cuenta los resúmenes de Divinity (2,4% de media), los datos que ofrece el reality en sus conexiones en directo en late night o las audiencias que su contenido aporta al resto de programas de la cadena.