El ascenso de Sergio Martín, la parte más polémica de la nueva TVE
Sergio Martín gusta (y mucho) a la nueva directiva de TVE. Por eso, después de cuatro años al frente de La noche en 24 horas y de convertirse en un refente dentro del nuevo rumbo que ha tomado la pública, ha llegado la hora de su ascenso. El periodista deja atrás su etapa en el Canal 24 Horas para pasar al canal principal de TVE al frente de Los desayunos.
Martín no era muy conocido por el gran pública hasta que el giro de timón de TVE en 2012 le abrió las puertas. El cambio de Gobierno propició un baile de nombres sin precedentes. La llegada de Julio Somoano a TVE vino con varios nombramientos dentro del ente, incluida la salida de Xabier Fortes del 24 Horas y el aterrizaje de Sergio Martín.
Se convertía en ese mismo instante en el director del canal informativo y en el conductor de La noche. Desde ese mismo instante, el cambio de colaboradores y el tono que levaba impreso la información fueron razones suficientes para estar en el punto de mira constante.
El punto más álgido y que más controversia trajo consigo fue el primer encuentro de Sergio Martín con Pablo Iglesias en diciembre de 2014. Un viernes por la noche, el conductor le daba la enhorabuena al político por la excarcelación de los presos de ETA, lo que trajo consigo numerosas peticiones para que se provocara su cese.
Después de que TVE defendiese a su cara, el propio Mariano Rajoy defendió al periodista por los pasillos de La Moncloa durante la copa de Navidad. "“La clave es no dimitir”, le dijo el Preidente del Gobierno. "Lecciones de democracia de muchos antidemócratas", señalaba El Confidencial por aquellas fechas.
Tras el aluvión de críticas a través de las redes sociales, Sergio Martín abandonaba Twitter, una red social que usaba mucho hasta aquel momento. Alejado durante meses de los comentarios anónimos, el presentador regresaba al frente de La noche sin hacer mención a lo que estaba ocurriendo y dejó atrás su crisis con las redes.
Martín dice adiós al Canal 24 Horas para hacer frente a una nueva etapa. Un ascenso que coloca al periodista, todavía más si cabe, en el centro de la diana. Y es que a partir de ahora tendrá que lidiar día a día con mandatarios de todos los partidos y tendrá que demostrar si su neutralidad es tan cierta como defiende o termina dando la razón a aquellos que siempre han criticado su rápido ascenso.