Televisión Española volvió a actuar este jueves, 12 de enero, como servicio público. No desde ninguno de sus canales convencionales en abierto, sino desde su propia web, RTVE.es.
La esperada final del #Eurocasting, que otorgó una plaza a Leklein para optar a representar a España en Eurovisión 2017, consiguió con su buen hacer que los más adeptos al certamen olvidaran momentáneamente la campaña orquestada en Twitter que exigía responsabilidades a TVE por sus resultados en el Festival bajo la etiqueta #FedeYToñiFueraDeEurovisión.
El pasado mes de mayo, tras el decepcionante puesto de Barei en el certamen europeo, los telespectadores cargaron contra la directora del área de programas de entretenimiento de TVE, Toñi Prieto, y contra el subdirector de festivales de RTVE, Federico Llano, por los modestos resultados obtenidos durante los últimos años, exigiendo una bocanada de aire fresco.
Se cuece ese demandado cambio. Así lo cantaba de manera casi premonitoria Rosa López en su Europe's Living A Celebration en 2002, que logró conseguir para España un meritorio séptimo puesto en el Festival gracias a una apuesta de TVE por los nuevos talentos y con miras claras a ganar el certamen europeo. Llegan "nuevos tiempos" motivados por "la necesidad".
Eurovisión es el gran éxito de la web del ente público. Todo gracias a la magnifica concepción de su equipo multimedia capaz de aunar las nuevas tecnologías con un contenido de calidad que ofrece una conexión de manera directa con RTVE a un sector demandante de este contenido. La respuesta de este logro es la decisión de TVE de dar una oportunidad a su team de tener una plaza en la gran final de Objetivo Eurovisión.
El impecable trabajo del equipo web del ente público liderado por César Vallejo, Irene Mahía y Paloma G. Quirós y su atractiva propuesta han cumplido las exigencias de los más adeptos al formato. Con unos medios y un presupuesto más que limitado, la que podría ser bautizada como "la nueva generación eurovisiva" ha conseguido lo impensable para una emisión atada a ser visualizada en soporte web: suplir muchas de las carencias de la grotesca gala de preselección que La 1 ofreció el pasado febrero de 2016 bajo la producción de Viento y Agua Films.
Con un sonido digno y envolvente, más que envidiable y deseable para varias superproducciones musicales emitidas en televisión tradicional; un modesto escenario acicalado con un visual juego de luces que dotaron de actitud a las tres propuestas que se jugaban su pase a la final; y una producción y realización que no jugó demasiadas malas pasadas a los espectadores; RTVE.es cumplió con su promesa: renovar y dotar de aires nuevos un evento que pide a gritos un soplo de aire fresco.
#EurocastingFinal ha demostrado con sus cambios y sus ansias de superación que la televisión pública es de todos. También de los eurofans y, gracias a Dios, no solo una vez al año.
Su código eurovisivo, el gran hándicap de esta producción, ha sido también su mayor virtud. Su lenguaje y sus chistes, llenos de referencias al Festival, podrían ser tachados por muchos de convertir la gala en un evento no inclusivo para todos los públicos en un servicio considerado como tal. Tampoco era su pretensión. El #Eurocasting es tan solo un regalo para los eurofans con una final ha sido toda una celebración para un movimiento que cada vez que cuenta con más adeptos en España y que TVE no había conseguido adoctrinar y adoptar hasta ahora.
Ahora la pelota está en el departamento de entretenimiento y de festivales de TVE. Estos tienen como misión superar el listón marcado por sus compañeros del área digital que han logrado con un ínfimo presupuesto y un proceso lleno de limitaciones devolver a los eurofans españoles las ganas de creer en su televisión pública.