Los tres disgustos que han provocado la ausencia de Barbie Túricos

Los tres disgustos que han provocado la ausencia de Barbie Túricos

Televisión

Los tres disgustos que han provocado la ausencia de Barbie Túricos

27 enero, 2017 11:49

Quizá alguno de ustedes se esté preguntando dónde está mi colega, amiga y compañera Barbie Túricos. Su ausencia en esta web que nos da cobijo siempre es notoria, y por ello me veo en la tesitura de explicarles que, lamentablemente, a Barbie la hemos tenido que internar. Ahora mismo guarda reposo en un bonito y remoto balneario sintiéndose la Alice Gould de sus propios renglones torcidos. La pobre no ha podido soportar la semanita de sobresaltos que le viene dando el cátodo, como gusta de referirse a la tele, y ha rozado el patatús.

No es para menos. Barbie es una mujer fuerte, maleada por la vida y acostumbrada a los disgustos. Pero cuando vienen todos tan de seguidos, y encima se los provocan sus divas, la pobre colapsa.

Esta ha sido, sin duda, una semana horribilis para Barbie. Ana Rosa, Alaska, la Griso... Las mujeres que marcan su paso se han lanzado a lo loco y sin freno a liarla parda contra todo lo que le gusta. De arriba a abajo, de un extremo a otro, no han dejado títere con Carmena y marica con pluma.

Susanna Griso ha renegado de a) las revistas y suplementos del corazón, y b) de los tratamientos de estética para estrellas mediáticas. Primera en la frente para Barbie, y encima doble. La pobre Susanna concedió una entrevista a LOC, el suplemento de cotilleos y chismes del diario El Mundo. Susi se lió. Se pensaba que hablaba para El Cultural, claro. Ella quería hablar de cosas profundas y terminó convertida en polémica por sus retoques. Ni corta ni perezosa, respondió muy ofendida en Papel, un tercer suplemento del citado periódico (para que todo quede en casa). Primero, por hablar de morros cuando aquí estábamos para hablar de cosas serias. Y después, por llevar a titulares una estúpida cuestión estética.

Si Susanna Griso dice que no se ha operado ni se ha estirado, pues no se ha operado y punto

Si Susanna Griso dice que no se ha operado ni se ha estirado, pues no se ha operado y punto. Porque el rigor y el saber hablar es lo que tienen, que te permiten negar la operación pero no la infiltración, y porque entre el lifting, el botox y el hialurónico existe un mundo de tratamientos que permiten trazar una meridiana linea entre una cosa y otra. Pero Barbie, que es mucho más prosaica, no distingue con tanta facilidad. Churras, merinas y lojeñas, qué más da. Ella lee a Susi decir que no se ha tocado ni medio pómulo y sintomatiza. Cierra los ojos y sueña que le pasa lo mismo. Que se pone tan guapa y tan lozana como Susi.

¿Consecuencia? Diecisiete arrugas nuevas por fruncir el ceño a lo bestia, un tic nervioso en el parpado izquierdo y un brote sicotico como si fuera Estela Reynolds. Un drama. Estamos a lunes...

Barbie, fibrilando por Ana Rosa

Llega el jueves. Y como se ha enfadado con Susi, Barbie se ha pasado a Ann Rose. Más predecible. Más ligera. Como una mayonesa de bote. Pero hete ahí que AR se salta el guion y, en lugar de leer su cúe, improvisa. Tener a un pobre becario escribiendo textos en una pantallita desde las 5 de la mañana para que la jefa haga lo que se le ponga.... ¿Y qué se le pone? Opinar del destete de Rita Maestre. "Es como si hay una manifestación en contra de los gays en su hábitat”. Chim pum.

Barbie, en coma. Fibrilando. On the floor. Twitter, desatado. La comunidad gay, on fire. Y Ann Rose se va a publicidad y regresa para rematar con un "Se me ha malinterpretado", y cita a la Real Academia para leer el significado de hábitat: “Ambiente particularmente adecuado a los gustos y necesidades personales de alguien”.

Barbie no se aclara. Ya no sabe si es un ser humano o un pingüino de Madagascar, con habitat propio. Teme que si la sacan de su céntrico dúplex, que logicamente es un sitio particularmente hecho a su gusto y necesidades, se marchite, se mustie y se muera, como un ficus en el Sahara. Tiene que encontrar su hábitat. Su guetto. Como Elvis. Como el Príncipe gitano. Lo ha dicho Ann Rose. Busca tu habitat. Y sin operarte ni el apéndice, como Susi. Para enloquecer.

Por si fuera poco, el fin de semana le ha pillado con el pie cambiado y con su venerada Alaska, la unica diva que nunca falla, también con un ataque de verborrea inexplicable. La vocalista de Fangoria, junto a su compañero Nacho Canut, tiene opinión para todo. Para los preferentistas y los hipotecados, para los podemitas y, ay, para los eurofans bareístas. Es lo que tiene estar de promo, que hay que arremeter contra lo que está de moda para ganar presencia mediática. Olvi, la diva ochentera postmoderna, se ha desmarcado calificando de "paletada" la propuesta de Barei.

Y Barbie, que le gusta Eurovision y la lengua de Galdós, ha cortocircuitado. ¿Debería apoyar a España o enfrentarse a Barei? ¿"Say Yay" o "Di que sí, chocho"? No sabe qué hacer. Está indecisa. Descentrada. Sin referentes. Susi, Ann Rose y Olvi, sus tres divas, en lugar de normalizar la cirugía estética, la convivencia normal entre personas o incluso el festival de Eurovisión, se las han dado de transgresoras, modernas.