De cómo Blanca Portillo dejó de ser conocida en la calle como Carlota ('7 vidas')
Hablamos con la actriz que protagoniza la nueva serie de Telecinco, 'Sé quién eres'.
10 abril, 2017 13:45El papel de Carlota en 7 vidas marcó un antes y un después en la vida de Blanca Portillo. De ser una actriz desconocida para el gran público, la madrileña comenzó a protagonizar una serie que alcanzó los 6 millones de espectadores. Y como pocos la habían visto en trabajos anteriores, el nombre de Carlota pesó demasiado sobre su cabeza.
Blanca Portillo ya es Blanca Portillo. Pasó mucho tiempo pero lo consiguió. Se fue de 7 vidas por iniciativa propia y se marchó de España durante un tiempo. En 2007 trabajó en varios episodios de Cuéntame, pero no fue hasta 2009 cuando la actriz rompió por completo con su imagen risueña con el papel de Rosa Ballester en Acusados. Y así fue como el público empezó a valorar a la actriz y dejó a un lado a sus personajes.
Ahora, con una filmografía mucho más potente a su espalda, Blanca Portillo es el plato fuerte de cualquier trabajo en el que está presente. El último es Sé quién eres. La actriz se vuelve a meter en la piel de una jefa estirada y de pocos sentimientos de cara a la galería para mantener estable a su familia. Ahora es Alicia Castro, el que dice que es el papel más importante de su carrera.
Lo será por tiempo limitado. Y es que en este caso se trata de una serie de 16 episodios que Telecinco emitirá de forma consecutiva y sin parones. Una alegría para eso de que los personajes calen demasiado en la memoria de los espectadores. Para hablar sobre cómo ha evolucionado desde aquella Carlota de melena rubia en BLUPER hablamos con Blanca Portillo.
Has vivido por y para la televisión desde hace muchos años. ¿Cómo has vivido desde dentro la evolución de la pequeña pantalla en estos últimos años?
Es algo que tal vez no haya empezado aquí, introduciendo guiones que igual en el cine no hubieran aguantado igual. La posibilidad de desarrollar personajes más tiempo. De recurrir a actores de un nivel altísimo. Eso empieza a hacer que la televisión tenga un valor diferente y creo que eso está llegando aquí. Hay un cambio mental. Con la televisión podemos contar historias como con el cine o el teatro. Eso está haciendo que el espectador sea más exigente.
También hay que tener en cuenta el mundo de las redes, ya que dan acceso inmediato a cualquier serie y cualquier capítulo de cualquier país. Sé quién eres bebe de todo eso que está pasando en el mundo con la televisión.
¿Ha cambiado la televisión o ha cambiado el espectador?
Las dos cosas. Es algo paralelo. Va a la vez. Cambia la sociedad, cambian las historias y cambia el espectador también.
¿Qué te empujó a meterte en este proyecto?
Me lo ofrecen en Telecinco. A ellos les llega este proyecto y Pau Freixas estaba encantado con la idea. A mí lo que me llegan son los dos primeros guiones. Normalmente si un guión no te gusta demasiado piensas en que si hay un buen equipo, director y actores se mejorará. A mí lo que me importa es que nada más leerlo me interese. Soy lectora compulsiva de libros y novelas. Me tiene que enganchar a la primera. No quiero confiar en que luego cuando llegue cambiará.
Tiene que haber un buen material de primeras. Y estaba tan bien construido. Y por otra parte me tiene que interesar el personaje que me ofrecen pero me tienen que gustar todos los demás porque lo importante es que cuentes una buena historia. Me pasó con Acusados y me ha pasado por esta.
¿Todo esto ha sido el condicionan para que hayas dado este salto de fe sin saber cómo va a ser el final?
Eso es. Pau tiene un historial como para no querer trabajar con él. Los guiones estaban tan bien construidos. Normalmente creemos que un actor lee sólo lo que dice su personaje. Yo lo leo entero y veo que es interesante. Yo soy una pieza de este engranaje.
Vuelves a ser jueza. ¿Te pone eso de marcar la ley?
El mundo dela ley me obsesiona, pero me mola. Yo creo que hay una enorme diferencia entre ley y justicia y hago personajes que representan la justicia pero que hacen su interpretación. ¿Quién dice qué es justo y qué no? Como en la vida misma, las cosas van apareciendo por algo. Me gusta la idea de que me asocien a personajes que se debaten entre lo que es legalmente malo y lo que es justo y bueno.
¿Una jueza tiene que ser siempre estirada?
No necesariamente. De hecho en la serie aparecen otras juezas y otros jueces distintos. El carácter de Alicia es es. Es muy particular. Tiene una inteligencia increíble y una capacidad analítica brutal. A veces no habla y sólo mira. Es capaz de atravesar e intentar ver lo que hay detrás de lo que alguien está diciendo.
¿Te van a convalidar la carrera de derecho?
Estoy por presentarme. Por lo menos dos o tres años los tengo convalidados. (Risas)
En esta serie hay un interés de conflictos…
Tenemos que pararnos y pensar por un momento. ¿Qué pasaría si tienes una pareja desde hace más de 20 años y un día te dice que se le ha olvidado todo? Ha compartido todo y no la reconoce. Y ella tampoco le reconoce a él porque en el momento en que alguien pierde la memoria deja de ser quien era. No sé quién es.
Rosa Ballester fue una bomba y esta es la versión quintuplicada
¿Cómo crees que se ha tratado a la prensa en esta serie en la que tienen tanto peso los medios de comunicación?
La prensa está muy presente. De hecho hay varios momentos en los que Alicia Castro decide qué se cuenta y qué no. A quién se lo cuento y a quién no se lo cuento. Depende de cómo cuentes una cosa la gente puede llegar a una conclusión o a otra. Y eso es una responsabilidad que tienen los medios de comunicación.
¿Es el papel más complicado que has hecho en tu carrera?
Sin duda. Y en televisión, más. Si para mí Rosa Ballester fue una bomba esta es como la quintuplicada. En esta serie se cruzan las historias.
Todos vamos de buenos por la vida y es una mentira como un templo
No conocéis el final. ¿Cómo te gustaría que terminara toda esta historia?
No es tanto cómo me gustaría a mí, sino cómo debería ser para que la historia cuaje. Me quedo con lo que me molaría para la serie. Mi cabeza pasa por cuatro posibles finales, pero no lo sé. Creo que todos vamos de buenos por la vida y es una mentira como un templo. No me gusta ver una serie de televisión en la que se ve quién es el bueno, el malo o el tonto y el traidor. No me interesa nada. El lado bueno y el lado malo es muy relativo. Lo que para mí es bueno para ti puede ser muy malo. Eso es lo bonito de esta serie.
En una época tan políticamente correcta…
El buenísimo es lo políticamente correcto. Y eso de puertas para dentro de tu casa no existe.
El buenismo es lo políticamente correcto
Eres una actriz que ha estado en series tan diferentes como ‘Acusados’ o ‘Chiringuito de Pepe’. A los actores se les suele relacionar con géneros muy concretos. ¿Te sientes más cómoda en alguno?
Vivo muy feliz en todos. No me cuestan más unos que otros. Entiéndeme, me cuestan un huevo. Hacer comedia es dificilísimo y hacer esto también. Llego hasta la tragedia y si me apuras hasta el sainete. No es una cuestión de géneros, sino de personajes. Eso es lo que me puede echar para detrás.
¿Te ha costado quitarte de encima el papel de ‘Acusados’ o te gusta que te recuerden por ese papel?
Sí, es bonito. Te hablan como actriz por un personaje que se les ha quedado en el imaginario. Todavía hay gente que me llama Carlota. Eso mola. Es bonito. Se convierten en iconos en la mente de alguien.
¿Para apreciar eso tiene que pasar un tiempo? De ‘7 vidas’ te fuiste porque el personaje ya pesaba demasiado.
Me fui cuando creí que debía irme. No he cambiado en ese sentido. Es bonito en la medida de que ya no me estorba. Ya me llaman por mi nombre. Cuando la serie se está emitiendo y era desconocida por completo a mí nadie me llamaba por mi nombre y eso a veces pesa. Pero eso no quita para que me encante que guste.
¿Notaste el cambio en la calle cuando te dejaron de llamar Carlota y te empezaron a llamar Blanca?
Mucho.
¿Pasó tiempo?
Pasó un tiempo. También es verdad que nada más terminar la serie me marché de España. Me fui. Empezaron a salir otras cosas. La televisión es un mundo que se mueve a una velocidad insospechada y devoramos personajes. Hay que seguir currando para que la gente siga viéndote en diferentes cosas. Los personajes son muy efímeros: se engancha a uno y en cuanto apareces en otra cosa se olvidan.
Habría gente que después de ‘7 vidas’ no te imaginaba en un drama…
Eso es. Y de repente sí funciona y lo haces bien. Detrás de eso hay un solo actor.
¿Se trabaja mejor con una serie que sabes cuándo va a terminar y no te van a cambiar de guión en la tercera temporada?
Hay algo de lo cerrado que te gusta. Hay veces que los personajes empieza a virar hacia un lado porque la televisión va exigiendo en el día a día. Al espectador tienes que ir dándole. Cuando algo no tiene fin terminas haciendo cosas que al principio no te imaginabas o creías.
Sería bonito revisar a Carlota
2016 ha sido el año de los reencuentros. ¿Con quién te gustaría reencontrarte de tus trabajos del pasado?
Me encantaría reencontrarme con Gonzalo de Castro. El otro día le vi en el teatro y me encantaría reencontrarnos con lo locos que estábamos en 7 vidas. Hacer una serie o una obra. Me encantaría.
¿Y un papel en el que te gustaría volver a meterte por un especial?
Sería muy mayor para hacer de Carlota. Sería muy distinta. Sería bonito revisar a Carlota. Era muy tierna.