Este miércoles se despide El hormiguero de Antena 3 hasta la próxima temporada. El programa presentado por Pablo Motos echa el cierre con un magnífico resultado de audiencia. De hecho, es la segunda temporada más vista del espacio. Todo un lujo para un programa de televisión que ya lleva 11 temporadas en antena. Pero el éxito tiene un precio: El hormiguero cierra con una de sus temporadas más polémicas después de haber tenido en su programa a las caras más buscadas.
Este año, el programa de access prime time de Antena 3 ha mantenido una media de un 14,8% de cuota de pantalla y 2.708.000 seguidores, siendo uno de los espacios preferidos por los anunciantes. Y es que El hormiguero ha conseguido este año acumular este año un total de 89 minutos de oro. Esto significa que en más de la mitad de sus emisiones ha logrado ser el programa con el minuto más visto del día.
'El hormiguero' ha conseguido este año acumular este año un total de 89 minutos de oro
El ser un programa tan visto hace que tenga demasiados ojos puestos encima. Por eso ha sido la temporada en la que El hormiguero ha ocupado más titulares en los medios de comunicación. Más titulares incluso que cuando Pablo Motos ha tenido que hacer frente a las entrevistas con todos los líderes políticos en su programa.
Tener a los rostros más buscados es un arma de doble filo. Pablo Motos ha conseguido tener entre sus filas a los personajes que menos entrevistas conceden a los medios de comunicación. Lo ha conseguido incluso cuando vivían su peor momento mediático, lo que ha conseguido poner a Motos en todos los titulares. El tratamiento y el enfoque de las entrevistas han sido muy criticadas en numerosas ocasiones.
Motos ha conseguido tener entre sus filas a los personajes más buscados por los medios
Entre los logros anuales de Motos está el haber conseguido tener en su programa a Isabel Pantoja en su primera entrevista en televisión tras salir de la cárcel. Pero también ha contado en su programa con populares nombres como Paula Echevarría, que se sentaba después de que saltara su separación de David Bustamante, con Isabel Preysler o con Shakira. La entrevista a Pantoja logró alcanzar el récord de la temporada con más de 4,7 millones de espectadores.
Pero en pocas ocasiones Motos logró conseguir titulares polémicos en sus entrevistas. Y es que se le ha acusado en numerosas ocasiones de hacer de estos encuentros un acto promocional en televisión que no busca estrujar al invitado en su momento más polémico. De hecho, en la entrevista a Pantoja jamás se preguntó a la cantante por su paso por la cárcel.
Acusaciones de machismo continuadas
Mientras que El hormiguero siempre había sido visto como uno de los programas más blancos y familiares de la televisión, este año se ha tenido que enfrentar a numerosas críticas, siendo acusado en varias ocasiones de machismo por su forma de entrevistar a las invitadas.
Comenzó una oleada de acusaciones contra Motos a las que no ha sabido hacer frente
Fue en el encuentro que Motos organizó con las protagonistas de Las chicas del cable cuando más se atacó al presentador por las preguntas que le hizo a Blanca Suárez. "¿Bailáis reggaeton? Ahora las chicas se dividen entre las que saben perrear y las que no", dijo el presentador. Comenzó una oleda de acusaciones contra Motos a las que difícilmente ha sabido hacer frente. A pesar de no haber afectado a las audiencias, las críticas no pasaron desapercibidas para ninguno.
"¿Crees que los hombres te leen por lo que escribes o porque les atraes?", le preguntó a Mónica Carrillo. "¿En la película hay escenas de cama?", le dijo a Elsa Pataky. Todas estas preguntas acabaron plasmadas en los medios de comunicación como una crítica al tratamiento que Motos hacía de las entrevistas a las mujeres invitadas a su programa.
"No demos alas al machismo. A ninguno, por pequeño que parezca. El machismo mata", llegaba a decir Eneko Ruiz Jiménez en su columna en El País al hablar de los "micromachismos" que se veían en el programa de Antena 3. Parece que el éxito es un arma de doble filo. Y Pablo Motos sabe que, una vez alcanzada la cima, lo complicado es no haber hecho enemigos por el camino.