En la casa de Gran Hermano han entrado varias personas transexuales a lo largo del programa: Nicky, Amor Romeira, Hans, Desi… Y en la actual edición de Gran Hermano Revolution, al parecer, también hay una mujer transexual, Laura Velasco, tal como han contado en el programa Sálvame. Según comentaron, Laura sería novia de un sobrino lejano de Matamoros.
Que hablen de la identidad de género de alguien que ha entrado en un reality no debería ser más importante que si le gustan o no los animales, si es buena en la cocina o si tiene un mal despertar, pues no es más que una circunstancia de su vida que da forma a su manera de ser.
Sin embargo, en Sálvame parece que no saben hablar adecuadamente de las personas transexuales. Y es que en lugar de decir sin mucho misterio “Laura es transexual”, hay que jugar con el morbo y alargar mucho las frases, lo que da resultados no del todo adecuados.
Laura Velasco
“Hay una concursante que entró en la casa que no siempre ha sido una chica, que al principio fue un chico. Y ya está. Y ahora es una chica guapísima”, ha afirmado Kiko Hernández. “La persona que ha sufrido un cambio de género...” continuaba Matamoros, que fue interrumpido por Paz Padilla. “No lo ha sufrido, lo ha decidido…”
Queridos presentadores y colaboradores de Sálvame, por favor, aprended a hablar sobre estos temas. Es evidente que lo que vosotros decís llega a muchos hogares, sois líderes de opinión para muchas personas, y expresiones así no ayudan para nada a aquellas personas que nacieron transexuales. Porque Laura es una mujer transexual, que aunque le asignaron género masculino al nacer ya era una mujer trans, y que lo es porque lo es, no porque lo haya decidido, ni porque haya sufrido un cambio de género.
“Ha borrado todo rastro de cuando era hombre, de cuando era chico. Una persona cercana ha puesto a la venta fotos de cuando era chico”, afirmó Kiko Hernández, mostrando una foto de ese pasado. Y aquí es cuando vuelve a errar Hernández; una vez más, repito que Laura era y es una mujer, no era un hombre, no era un chico. Era una mujer trans, una chica trans. Esa misma información se puede contar pero de manera adecuada, y hasta echando un poco de literatura. Fotos de su pasado cuando aún la trataban con género masculino, imágenes de cuando aún no la conocían como la mujer que es... Hay opciones.
Paz Padilla creyó defender a la gran hermana de Sevilla. “Si toma la decisión de dar ese paso –el de borrar las fotos– es porque se siente una mujer. Hay que entender que esa persona quiere enterrar lo que le duele”. No, Paz. Uno se puede sentir feliz, triste, caritativa, esperanzada, pero no se siente hombre o se siente mujer. Hombre o mujer se es, como se es rubio o diabético.
En el pasado Sálvame ya trató la transexualidad de manera desacertada. El caso más flagrante fue con el fallecimiento de Cristina La Veneno hace casi un año. Para no decir la palabra transexual, o quizá por darle un aire poético, hablaron de la difunta como “una sirena”, un chiste tránsfobo y antiguo que quiere decir que las transexuales, como los personajes mitológicos, son personas con hermosos pechos y con cola de cintura para abajo. Paz, incluso, habló con Mari Pepa, la hermana de La Veneno, y se refirió a la que fuese estrella de Esta noche cruzamos el Mississippi como “hermano” de Mari Pepa.
Sé de sobra que Sálvame no es un programa pedagógico ni divulgativo. Pero si aprenden a tratar la transexualidad de forma adecuada, quizá mañana una señora no hable en masculino a una mujer trans, o un caballero no le pregunte a un chico con disforia de género si “antes era una mujer”. No es tan difícil si se lee un poquito sobre el tema, y el favor que hace a las personas no cisgénero es incuantificable.