Lo estuvieron cebando todo el día: aunque no se sabía el número de días que Kiko Rivera estaría en la casa de Gran Hermano, desde este jueves a mediodía, en Sálvame, ya confirmaron que el hijo de Isabel Pantoja abandonaría el programa este jueves durante la gala y se encontraría con Jorge Javier Vázquez.
El morbo era doble: el presentador se encontraba con el DJ después de haber tenido un serio enfrentamiento con su madre y, además, le tenía que contar todo lo que había sucedido fuera de la casa: en Sálvame apuntaban a una nueva infidelidad por parte del hijo de la tonadillera. Nada que tuviera que ver con Gran Hermano.
Desde el principio, este encuentro fue vendido por Gran Hermano. Presentador e invitado se vieron primero las caras a través de un plasma, para ir cebando su encuentro. No sería hasta la mitad de la gala cuando Kiko abandonó la casa y se sentó en el plató con Jorge Javier.
Después de hablar de temas personales, Jorge Javier soltó la bomba: le mostró las imágenes de Sálvame en directo para tener una respuesta de Kiko Rivera en primera persona. Gran Hermano quedó en un segundo plano, olvidado. De hecho, Kiko Rivera no fue ni preguntado por sus favoritos dentro de la casa, por cómo se lo había pasado o por quién querría fuera del concurso. Lo único que importaba era su vida fuera del programa.
El DJ firmó un buen contrato antes de entrar a Gran Hermano. Y es que contó con varios momentos para patrocinar su trabajo y ha sido el primero en salir: tuvo una sesión como DJ dentro de la casa, tuvo su entrevista en solitario y, además, pudo cantar su tema en el plató de Gran Hermano en horario de máxima audiencia. Un premio que dejó los contenidos del reality en varios momentos de la gala muy olvidados.