Jose Coronado en 'Vivir sin permiso'.

Jose Coronado en 'Vivir sin permiso'.

Televisión

'Vivir sin permiso', la primera gran serie española sobre el alzheimer

BLUPER acude al rodaje de la serie de Alea Media y Mediaset en Galicia.

30 octubre, 2017 13:02

Desde que se supiera que Mediaset España se encontraba preparando una nueva ficción sobre el mundo del narcotráfico en Galicia, muchos fueron los medios que hablaron de ella como la Narcos de Telecinco. Sin embargo, lo cierto es que Vivir sin permiso es la primera gran serie española sobre el alzheimer.

"Vivir sin permiso es una serie sobre cómo a un hombre muy poderoso, con muchas deudas pendientes del pasado, le ataca el Alzheimer y cómo eso desestabiliza a una familia y cómo muchos quieren ocupar su sitio", explica a BLUPER el productor y guionista de la serie, Aitor Gabilondo, durante una visita al rodaje en Galicia.

Con referencias de El rey Lear, de Shakespeare; la saga de El Padrino de Francis Ford Coppola e incluso de la mítica Falcon Crest, Vivir sin permiso está llamada a ser la primera gran incursión de Mediaset España en este género, como ya hizo con éxito La 1 con Gran Reserva o Herederos.

¿Cómo llegó este proyecto a vuestras manos?

Lo que sé es que Mediaset tenía interés en hacer algo sobre el mundo del alzheimer y también del narco. Y cómo Manuel Rivas cubrió la eclosión del narcotráfico en Galicia, empezaron a hablar y llegaron a esta idea del Rey Lear gallego. Con esta historia, sabiendo que Coronado tenía que ser el protagonista y, tras reunirme con Rivas, empezamos a escribir cómo un narcotraficante de los años 80 se había erigido en ‘monarca’ de una comunidad y en el momento en el que está a punto de blanquear su imagen, le ataca el alzheimer.

La consigna era hacer una saga familiar y el referente era muy claro: el Rey Lear

Podemos decir que es más un drama familiar que una serie policiaca…

La consigna era hacer una saga familiar y el referente era muy claro: el Rey Lear. Lo que pasa es que son muchos minutos y hay que darle vidilla. Hay una parte de acción por el tipo de negocio que tienen, pero sin desviarnos nunca de la familia.

Y más una serie sobre alzheimer que sobre el narcotráfico…

Sí, Vivir sin permiso es una serie sobre cómo a un hombre muy poderoso, con muchas deudas pendientes del pasado, le ataca una enfermedad y cómo eso desestabiliza a una familia y como muchos quieren ocupar su sitio.

El alzheimer es una tema que no se ha tratado en nuestra televisión…

Cuando me contaron la idea, me entusiasmó. Normalmente se le aplican enfermedades a personajes buenos. Y aquí es al malo. Él lo quiere ocultar para no mostrarse vulnerable, pero llega un momento en el que no puede. Lo estamos intentando hacer lo más verosímil posible dentro de que es una ficción. Nos hemos documentado lo más que hemos podido y comprobamos que el alzheimer no sólo afecta a la persona sino al entorno. Vimos el documental de Maragall y contaba que el drama grande no es cuando tu padre no se acuerda de ti, sino cuando tu no reconoces a tu padre.

Normalmente se le aplican enfermedades a personajes buenos. Y aquí es al malo.

El hijo de Bandeira es gay y parece que acepta su condición. ¿Por qué no se le hizo más homófobo?

El problema más grande de Carlos no es tanto su condición sexual, sino que es drogadicto. Y en eso sí que su padre tiene más dificultades para aceptarlo porque es un ser inestable y difícil de tratar.

¿Habéis tenido alguna reunión con narcotraficantes gallegos?

No. Pero en los tiempos de preparación, hablando con unos y con otros, en bares o en taxis, todos se arrancaban a contarte historias. No es que tomáramos nota, pero si te da la perspectiva que significaba esa actividad en una comunidad pequeña y cómo estaba naturalizado. Era su realidad.

¿Os fuerza a meter más tramas y personajes las series de 70?

Ya son años de experiencia. No nos hemos forzado. Cuando partes de situaciones que tienen mucho potencial dramático, es más sencillo. Y esta sí que tiene mucha fuerza. Si que intentamos que sea cercano, realista y sobre todo, entretenido.

En los tiempos de preparación, todos se arrancaban a contarte historias y cómo estaba naturalizado

¿Cómo ha sido la experiencia de dar el salto como productor en solitario?

Los años en Plano a plano fueron fascinantes y crecí y aprendí mucho-. Es verdad que cuando te lo montas por tu cuenta, da vértigo; pero me he sentido muy acompañado, muy arropado y no me he sentido en un territorio desconocido porque tenía ayuda y referentes. Ha sido un año intenso, pero al ver el resultado, estoy satisfecho.

Ahora además se abren nuevos caminos gracias a las plataformas de pago…

Es una oportunidad enorme para los que nos dedicamos a contar historias y se abre un campo enorme. Ojala sea bueno para todos. Vamos a transitar por ahí con Patria en HBO y estoy muy contento porque veo que va a ver oportunidades. Llevo 23 años escribiendo y cuando empecé a hacer series, entonces parecían un subproducto televisivo y esta eclosión y prestigio es reconfortante. Esta combinación de hacer series generalistas, que es donde hemos crecido y, además, para estas plataformas, es un reto.