Ni ellos mismos pudieron negarlo: la primera gala de Operación triunfo tuvo serios problemas de sonido que no supieron resolver durante toda la noche. Los concursantes tuvieron dificultades para escucharse y ninguno de ellos llegó a cantar sin desafinar. Esto le quitó muchísima calidad al esperado regreso del programa de TVE. Un problema que parece haber desaparecido en esta segunda gala.

Este lunes, TVE emitía la segunda gala del programa musical. Ellos, sin embargo, la denominan Gala 1. Por aquello de que lo que hicieron la semana pasada era empezar de cero. Y tal vez los concursantes no eran los únicos que arrancaron una nueva aventura y el equipo del programa ha tenido que ver sus propios fallos para dar a luz la gala de este lunes.

Operación triunfo ha crecido a pasos agigantados de una semana para otra. La primera gala del programa estuvo falta de ritmo, demasiado monótona, sin sorpresas y con problemas técnicos que ensuciaron y contaminaron todo el programa. Este lunes, sin embargo, el ritmo de la gala ha sido mucho más ameno y los errores técnicos han desaparecido. Por fin hemos visto buenas voces sobre el escenario, no el estropicio que se vivió la semana pasada.

Lo realmente potente de esta segunda gala de Operación triunfo ha sido el jurado. Después de los comentarios que se escucharon la semana pasada, los tres miembros del jurado fijo y David Bustamante, invitado de la noche, han equilibrado el espectáculo con las valoraciones profesionales y técnicas. Han sido serios y duros pero sin faltar, sin caer en el show por el show.

De nuevo, la guerra entre el jurado y el profesorado vuelve a tomar cierto protagonismo. Los dardos de los miembros del jurado hacia los profesores han sido constantes. Cuando llegó el turno de la directora de la Academia, la tensión se palpaba en el ambiente. Una discusión que le quitaba el protagonismo a los alumnos y creaba, aunque sea perjudicial para el formato en sí, un programa de televisión completo.

El escenario sigue dando algunos problemas en Operación triunfo. De una edición de 2017 ya no se espera lo mismo que lo que vimos en 2001. Son 16 años de diferencia y la televisión ha cambiado mucho, apostando mucho más por el escenario, por los complementos. Sin embargo, la puesta en escena de algunas actuaciones quedan vacías, pobres y que no buscan la espectacularidad y la viralidad internacional del contenido.

El punto fuerte de este año sigue siendo su canal 24 horas y su estrategia diaria en redes sociales. El programa está sabiendo explotar a la perfección todo el contenido que se genera desde la Academia, lo que mantiene vivo Operación triunfo en la vida digital en todo momento. Un punto a favor para el programa, que se posiciona como un gran éxito en redes sociales. Ahora sólo falta ver si sus galas son igual de efectivas que lo que pasa en ese día a día.