Tardé en descubrir Orphan Black. Tardé en el sentido de que hasta que no tuve Netflix en casa no empecé a verla, aunque había alguna temporada ya estrenada en Estados Unidos (y no antes de manera ilegal, como muchos que yo conozco). Pronto me enamoré de la historia de Sarah Manning, de la oscura señora S, de la desequilibrada de Allyson, del cabra loca de Felix y así con todo el universo de clones, monitores, evolucionistas y cualquiera que tuviera algo que ver con el DYAD.
La trama de la serie a resultado un tanto compleja, demasiado en ocasiones, y llegué a temer que al final aquello resultase ser un sueño de la loca de Helena o que al final todas estuvieran muertas a lo Perdidos. Este verano llegó la última tanda de episodios, y por suerte todo se cerró, quizá de manera un tanto precipitada, pero de manera satisfactoria. Bravo.
Esta noche se celebran la 75 edición de los Globos de Oro, donde los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood otorga sus premios a lo más granado del cine y la televisión, tanto de Estados Unidos como a nivel mundial. Y en las quinielas no ha habido un mísero hueco para Orphan Black en lo que era su última oportunidad de lograr uno de estos galardones. Un año más la vuelven a ignorar.
La única nominación de Orphan Black en los Globos de Oro fue en la ceremonia celebrada en 2014 para Tatiana Maslany como mejor actriz protagonista de drama. Robin Wright fue quien entonces se alzó con la victoria por su papel en House of cards. Y mientras que la Wright volvió a repetir candidatura en años posteriores, a Maslany la guardaron en el cajón del olvido, huérfana de premios.
Dudo que haya muchas actrices que pudiesen interpretar a las numerosas clones tal como lo ha hecho estos años Tatiana, dotando a cada una de una exquisita personalidad. Tanta, que de un vistazo el espectador ya podía diferenciar si estaba viendo a Sarah, a Rachel o a Sarah haciéndose pasar por Rachel, pese a que todas tuviesen la misma cara. Y así con Cosima, la conspiracionista Krystal, M.K, Elizabeth y demás sestras.
La gracia es que, dado el amplio abanico de personajes que desarrolla en la serie, a Tatiana Maslany la podían nominar como actriz protagonista o como actriz de reparto. Y si no es por Sarah, la desequilibrada de Allyson bien se merecía una nominación (y una posterior estatuilla) como broche de oro en los Globos. Pero esto ya nunca sucederá, porque la serie c’est fini. Una injusticia.