A Antena 3 le han hecho una campaña promocional impagable. La de millones que se tendría que haber gastado la cadena para que el título de su nueva serie de televisión apareciera en tantos medios como lo está haciendo. Pero, aquello queun día inventó Barbra Streisand, ahora juega a favor de Fariña y, el intento de hacer callar esta historia, ha puesto la obra en boca de todos. Tanto es así que su historia se ha contado hasta en la competencia. Por eso Antena 3 ha decidido aprovechar el tirón mediático y dar salida este miércoles al primer episodio de la serie que lleva preparando meses.
En BLUPER ya hemos podido ver este episodio con el que se presenta el Narcos español. Todos los creadores odian las comparaciones. Pero, seamos claros, compararse con Narcos es hablar de palabras mayores. Y lo cierto es que, más allá del presupuesto que supone una serie como la de Netflix y que permite jugar localizaciones soñadas, Fariña no tiene nada que envidiar a su oponente.
Este capítulo piloto es una delicia para lo amantes de la ficción. Y más para aquellos que adoran las historias que se basan en historias. Y es que Fariña es una serie con un principio y un final, sin líos intermedios y encaminada a un punto sin vuelta atrás. Y eso es lo que hace de esta serie una producción tan atractiva desde su primera escena.
Esta serie demuestra que contar otra parte de España es posible. Ya estábamos algo cansados de que, cuando la ficción se remonta al pasado sólo sabemos hablar de la época, de los años 20 o de la Guerra Civil. Por eso Fariña demuestra que nuestro pasado es muy rico para contar nuevas historias como para quedarnos encerrados en épocas ya demasiado trilladas.
Fariña habla gallego. Tanto, que en ocasiones cuesta entender algunos diálogos entre los personajes
Si algo atrae de Fariña desde el primer minuto es su localización: Galicia. Y no es una Galicia de mentira, de plató y de lluvia artificial. Fariña habla gallego. Tanto, que en ocasiones cuesta entender algunos diálogos entre los personajes. Pero eso es lo que hace esta historia tan real. Esto es lo que nos hace meternos en las historias de estos personajes desde que les conocemos por primera vez.
Más allá de casos puntuales como el protagonista Javier Rey, si en Fariña se ha tomado una buena decisión, es en cuanto a su casting. Y es que no se tira de grandes nombres conocidos y ya muy utilizados por la televisión española. Las series daban tan poco descanso a algunos de sus actores que en ocasiones costaba verles creíbles en algunos personajes. En esta ocasión, Fariña lanza al estrellato a actores locales que convencen con matrícula de honor y resultan hipnotizantes.
Fariña lanza al estrellato a actores locales que convencen con matrícula de honor y resultan hipnotizantes
Fariña es una artista en eso de los detalles. Y es que narra la historia de una forma sublime visualmente, a la par de arriesgada. Y es que, como viene ocurriendo en los últimos años, Antena 3 no quiere dejar de dar pasos atrevidos para destacar a nivel internacional. No es una serie tradicional para el espectador español. No es una serie fácil, por así decirlo. Y, sin embargo, es envolvente y da a conocer una historia que muchos desconocen.
Otra que demuestra algo con Fariña es la propia Bambú Producciones. La productora que hay detrás de este proyecto da un golpe sobre la mesa y pone a prueba su capacidad para hacer otro tipo de series de televisión. Después de Tiempos de guerra, historias más románticas como Las chicas del cable y Velvet, Bambú se renueva a sí misma y demuestra que no se ha quedado atrás con un estilo limitado.
Puede decirse que Antena 3 ha sido una interesada con esta serie de televisión y que se sube al carro de la polémica para sacar algo de provecho. Pero, para estrenar hoy Fariña, la serie ha tenido que estar en producción durante muchos meses sin saber que, meses después, se montaría la polémica que se ha montado. Sacará provecho de su propio riesgo y de su propio ojo a la hora de ver historias potentes. ¡Jueces de España, secuestren Fariña! Así, seguramente, la serie empiece a dar la vuelta al mundo.