Operación Triunfo vuelve a abrir sus puertas en TVE este miércoles. El talent show regresa a la pequeña pantalla después de unos meses en los que hemos podido ver cómo algunos concursantes de la anterior edición se iban haciendo un hueco en el mundo de la música. Y este año toca intentar mantener el tirón mediático con el reto de tener que hacer frente a un sinfín de comparaciones.

El reto no es fácil. Es la tercera vez que en Gestmusic se enfrentan al reto de hacer una ‘segunda’ edición de Operación triunfo. Ya lo hicieron 2002, en TVE, en 2006, con la segunda edición de su salto a Telecinco, y ahora. Y en los anteriores caso se vio cierto cambio en cuanto a la forma de comportarse de sus concursantes. 

Las primeras ediciones de TVE y Telecinco consiguieron un gran éxito de audiencia y muchas carreras musicales han logrado mantenerse años después. Sin embargo, en los segundos años de estas ediciones se ha fortalecido mucho el reality, pues los participantes ya saben muy bien cómo comportarse para tener seguidores.

El casting, lo más complicado de su regreso

Si algo funcionó de OT 2017 fue la naturalidad con la que trabajaban y funcionaban los concursantes. Parecía una generación completamente nueva que no sabía lo que suponía estar dentro de Operación triunfo. Recordaba mucho a aquella primera edición de TVE, un éxito inesperado y un giro a sus vidas radical. Del casting depende haber buscado en los nuevos concursantes esta inocencia.

Claro está que esta nueva edición los concursantes ya saben dónde se han metido y la fama que tienen los participantes de la anterior edición. Sin embargo, en la Academia deben intentar buscar más que nunca el buen rollo, para huir del reality y las disputas al más puro estilo OT 2. Si se enredan en problemas de convivencia será su fin.

La edad elegida para los participantes de este año es muy parecida a la del año pasado. En las dos ediciones, los concursantes tienen 21 años de media. Sin embargo, en este caso no hay tantos concursantes con 18 años y tampoco hay alumnos más mayores, como era el caso de Ricky (31) y Cepeda (28). La concursante más mayor de este año tiene 26 años.

El plató, la espinita clavada

En Gestmusic han hecho bien en elegir hacer cambias en el plató en vez de remodelar la Academia por completa. El escenario de OT es lo más importante y el año pasado carecía de espectacularidad. Además, este año se deben subsanar los errores de sonido con los que empezaron el año pasado si quieren mantener el furor.

En OT 2018 han dado mucha más importancia a los concursantes y al público que asiste a las galas para que los números musicales brillen más y mejor en pantalla. El escenario se quedaba pequeño en numerosas ocasiones el pasado año y los cambios pueden ayudar la imagen que tiene OT en cuanto a espectáculo musical.

Un reemplazo para Los Javis

La baja de Los Javis en esta segunda edición es un duro golpe para Operación triunfo. Ellos se convirtieron en santo y seña de OT 2017 y sus clases siempre se viralizaban a través de las redes sociales. Por eso en este año, cuando ellos no están, las clases que se impartan en la Academia deben estar muy estudiadas para que tengan mucho impacto. En OT han hecho muy bien contratando a Itziar Castro, una mujer directa que puede enviar mensajes muy positivos al público y que simpatizará con gran parte de la audiencia.

La primera gala

Ya se sabe que a la primera gala acudirán los concursantes de la primera edición. ¿Error o acierto? A muchos espectadores les atrae eso de volver a ver a los 16 juntos. Sin embargo, esto acentuará mucho más el hecho de que esto no es OT 2017. Se vuelve a caer en el clásico error ‘Mercedes Milá’, invitada a la primera gala del Gran Hermano de Jorge Javier Vázquez. 

Si los concursantes de este año ya van a tener dificultades para que los espectadores se olviden de Amaia, Aitana y compañía, ahora demás los tendrán delante para deleitarse con su dolor. Un arma, por lo tanto, de doble filo. Aunque puede servir para atraer a la audiencia esto puede hacer que el público no empatice tanto con los nuevos.

La vida en la Academia

Los directos de la Academia fueron el gran éxito de Operación triunfo 2017. Si bien las galas no tenían tanta audiencia tradicional, el eco que alcanzaba la vida en directo hacía de este talent show una auténtica revolución social. Pues en esta misma Academia se deben encontrar nuevos estilos musicales, alejados de algunos clichés que se usaron el año pasado para dar identidad a los concursantes.

En la pasada edición se acudió en numerosas ocasiones a canciones con mensaje que sirvieron para fortalecer la personalidad individual de los concursantes. Un mismo camino deben tomar este año, pero innovando en cuanto a géneros actuales y abriéndose a nuevos estilos.

Además, TVE debe aprovechar la oportunidad de contar con un programa musical en la televisión pública y con tanto público joven a sus espaldas para enseñar mucha más cultura musical. Si el año pasado ya Guille Milkyway enseñó mucho a los espectadores, en esta nueva edición se debe potenciar el carácter cultural del programa para que los cantantes, productores y compositores apoyen al máximo el proyecto televisivo.