La importancia de la llegada a ‘Barrio Sésamo’ de Lily, una niña sin techo

La importancia de la llegada a ‘Barrio Sésamo’ de Lily, una niña sin techo

Televisión

La importancia de la llegada a ‘Barrio Sésamo’ de Lily, una niña sin techo

Anteriormente ya incluyó niños con VIH o autistas

22 diciembre, 2018 09:03

En las series y los programas infantiles, los niños protagonistas suelen tener vidas fáciles, en la que los problemas suelen ser cómo enfrentarse a un examen, querer ganar un concurso escolar o cómo lograr que los padres no se enteren que un jarrón se ha roto.

Esta semana se ha conocido que Barrio Sésamo, en su versión de Estados Unidos, ha presentado un nuevo personaje, que da voz a esos niños que no lo tienen todo tan fácil en la vida. Se trata de Lily, un títere de color rosa que cuenta cómo es su vida sin tener una vivienda, y cómo va de albergue en albergue o pasando un tiempo con familiares, ya que no cuenta con medios para tener una casa.

Según informan los medios estadounidenses, esta idea de la productora Sesame Workshop (sin ánimo de lucro) es una forma de recordar cómo hasta 2,5 millones de niños de Estados Unidos no tienen una vivienda, según los datos del Centro Nacional sobre Familias Sin Hogar. Especialmente significativo es el caso de Nueva York, donde se graba la serie, pues uno de cada diez estudiantes del pasado año no tenían techo.

Lily ya apareció en 2011

Esta nueva trama de Lily (que apareció de manera tímida en 2011 exponiendo esos mismos problemas) se podrá ver en vídeos de YouTube y en centros educativos, con materiales que permitirán a los docentes sensibilizar sobre la desigualdad social y que los niños puedan ayudar a sus semejantes.

En ese sentido, Sherrie Westin, la presidenta de impacto global y filantropía de Sesame Workshop, ha afirmado cómo siempre se piensa que ser un sin techo se presenta “como un asunto de adultos y no siempre lo vemos a través de la perspectiva de un niño. Barrio Sésamo tiene la capacidad única de hacer esto: ver temas difíciles a través de la mirada de un niño”.

Niños con VIH y autistas

De este modo, el universo de Barrio Sésamo abre de nuevo su abanico a la diversidad, mostrando niños que no tienen fácil su camino. En 2017, por ejemplo, conocimos a Julia, que es autista, como uno de cada 68 niños en edad escolar, y enseñaba a los pequeños de la casa cómo pueden tener compañeros que, al igual que ella, tienen una conducta diferente, y que se deben evitar los prejuicios.

También se ha conocido por a Kami en el Barrio Sésamo de Nigeria, que era portador del VIH después de recibir una transfusión de sangre, y cuya madre murió como consecuencia del sida. O Zari, una chica de Afganistán que promueve los estudios y el trabajo. En una sociedad tan machista, Zari va a la escuela, y hace entrevistas.

¿Habrá algún día un personaje LGBTIQ+?

Esperemos que Barrio Sésamo siga trabajando en la diversidad en el futuro, y que algún día rompa una lanza a favor de los niños LGBTIQ+. Sobre todo, después del revuelo que se montó el pasado septiembre cuando el guionista de las aventuras de los personajes de Epi y Blas relató que escribía sus historias como si fuesen una pareja homosexual.

Pronto, Frank Oz, quien creó este divertido dúo junto a Jim Henson, respondió que para nada era así. “Parece que a Mark Saltzman le preguntaron si Bert y Ernie son gais. Está bien si él cree que lo son. No lo son, por supuesto. Pero, ¿por qué esa pregunta? ¿Importa en realidad? ¿Por qué la necesidad de definir a la gente solo como gais? Hay mucho más en un ser humano que solo heterosexualidad u homosexualidad”.

Sin embargo, lo cierto es que sí hemos visto parejas heterosexuales en el universo de Barrio Sésamo y los Teleñecos, desde la Rana Gustavo y la Cerdita Peggy hasta Matilde y Antonio, los humanos que regentaban la horchatería a la que solía ir Espinete.

Así, estaría bien que algún día nos encontremos una marioneta que refleje la diversidad sexual, sobre todo, teniendo en cuenta que aún muchos niños sufren acoso escolar por este tema, y que en ocasiones, incluso, los hay que acaban por quitarse la vida por no saber cómo lidiar con ello.