Desde BLUPER siempre hemos sido unos firmes defensores de la radiotelevisión pública. De ahí que hace unos días valoraramos la decisión de Pedro Sánchez de no acudir al debate electoral planteado por la Corporación como un menosprecio a televisión de todos.
Sin embargo, a pesar de que nos alegra que finalmente el Presidente del Gobierno vaya a participar en el debate de RTVE después de la decisión de la Junta Electoral de obligar a Atresmedia a reformular su formato por incluir a VOX, hay que hacer una crítica al modo en el que la Corporación ha gestionado este asunto, así como el formato elegido para el debate ya que el que pierde es el espectador, el votante.
Los espectadores no podrán disfrutar de una ida y una vuelta como así sucedía en los debates bipartidistas
Por un parte, la decisión de RTVE de ofertar su debate para un día antes que el de Atresmedia obligaba a los partidos a tener que decantarse por uno de los dos formatos, privando así a los espectadores de una ida y una vuelta, como así venía sucediendo con los debates bipartidistas.
¿Por qué la Corporación no hizo una propuesta de debate para esta semana? ¿Por qué actuó como una televisión privada en vez de como una televisión pública que vela por el interés de los ciudadanos? ¿No es quizá esto competencia desleal?
No será lo único en lo que perderá el espectador. También lo hará con el formato de debate. Y es que, teniendo en cuenta los antecedentes y, sobre todo, el debate que tuvo lugar este martes en La 1 de TVE entre PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos, PNV y ERC, todo parece indicar que la Corporación apostará por un formato encorsetado y extremadamente cronometrado.
De ahí que al final quien pierda sea el espectador, quien pierda sea el votante. Y para ello sólo hay que echar un vistazo al ritmo y flexibilidad de El Debate Decisivo de Atresmedia en las Elecciones Generales de 2015 y al de la Academia en las Elecciones de 2016.
Y todo ello sin contar que también se privará a los votantes de ver cómo los partidos puedan derruir el discurso de una fuerza de extrema derecha. De hecho, dirigentes de VOX han reconocido que el debate les venía mal.
Así era el debate de Atresmedia
Pero, ¿cómo iba a ser el debate de Atresmedia? El grupo ya había comunicado que El Debate se articularía a través de las preguntas planteadas alternativamente por los dos moderadores, con la intención de que fluyera por sí mismo, lejos de repartos de tiempos y de corsés prestablecidos y con criterios estrictamente periodísticos.
El grupo proponía una cita con intervenciones flexibles y, a la vez, equilibradas. No se trataría de un debate a golpe de cronómetro, sino que se inspiraría en el modelo anglosajón, como ya se hizo en 2015. La propuesta se basa en el documento público que elabora el Parlamento británico en las citas electorales.
Para conseguir un debate ágil y flexible, pero también justo en el reparto de los tiempos, los moderadores se ayudarían de la llamada Sala del Tiempo, en la que un equipo de cinco periodistas, liderado por Marina Monzón, controlarían los periodos de intervención. Cada periodista tendría asignado un candidato, verificando los minutos empleados en intervenciones.
Como gesto de transparencia hacia espectadores y partidos, la Sala del Tiempo formaría parte del despliegue y se realizarían conexiones en directo para mostrar los datos. No se buscaría exactitud matemática, sino equilibrio. Los candidatos no verían un cronómetro de tiempo, ya que serían los moderadores los que les informen del desarrollo de sus intervenciones.
Tres grandes bloques
El Debate, que tendría una duración de dos horas, se articulará en torno a tres grandes bloques temáticos. Vicente Vallés y Ana Pastor abrirán la cita con una ronda rápida en la que formularán una pregunta de actualidad a cada candidato, sin posibilidad de debate.
El orden de estas preguntas quedó establecido en el sorteo celebrado el pasado viernes, siendo Pedro Sánchez (PSOE) el primer en intervenir. Tras esta primera ronda arrancaría el debate que se estructurará en torno a los 3 mencionados bloques, cuya temática será:
Presentación de sus programas electorales: en este bloque, el de mayor duración, los candidatos debatirían y tendrían que responder a preguntas sobre sus propuestas de gobierno.
Modelo territorial/ Cataluña: los cinco candidatos responderían a las preguntas de los moderadores y debatirían sobre su idea de modelo territorial y sobre la situación actual del tema catalán, exponiendo las propuestas para abordarlo.
Pactos: En el último bloque los candidatos tendrían que responder a preguntas sobre la posibilidad de pactos de gobierno con otras formaciones, habida cuenta de que todas las encuestan vaticinan la imposibilidad de formar gobierno en solitario.
El cierre de El Debate finalizaría con un minuto exacto de cierre en el que cada candidato dispondría de sesenta segundos de exposición a cámara, sin interrupción. Pablo Casado (PP) abriría este tramo final, mientras que Pablo Iglesias (Unidas Podemos) sería el encargado de cerrarlo, tal y como determinó el sorteo del pasado viernes.
El uso de aparatos electrónicos estaría prohibido y sólo un asesor de cada partido podría entrar en el plató coincidiendo con las pausas publicitarias.