Cómo las series españolas han aprendido a escribir buenos personajes LGBTIQ+

Cómo las series españolas han aprendido a escribir buenos personajes LGBTIQ+

Televisión

Cómo las series españolas han aprendido a escribir buenos personajes LGBTIQ+

El peluquero y el diseñador de moda han dado paso al atracador o la policía

3 julio, 2019 09:33

Hasta hace no demasiados años, los personajes homosexuales o transexuales de una serie de televisión española tenían como objetivo ser el centro de las bromas de los demás, y sus tramas, por lo general, consistían en alardear de su condición con cómico resultado, o bien, simplemente, confesar qué pasa por su cabeza, revelando lo que hasta entonces parecía un secreto.

Así, veíamos salidas del armario en Farmacia de Guardia o Al salir de clase, en Compañeros y en Médico de familia, en Aída, y tantas otras ficciones. La sexualidad y la identidad de género no se trataba con tacto, sino humor grueso. “El tío Rafa se ha hecho maricón”, decían en Pepa y Pepe, a mediado de los 90 cuando el personaje de Ángel de Andrés López contaba a su hermano Pepe (Tito Valverde) que estaba cansado de vivir una farsa con su mujer y sus hijos.

Por suerte, en los últimos años, los guionistas españoles han ido conociendo más la realidad de las personas LGBTIQ+, y creando personajes que no estén encasillados en el diseñador de moda y el peluquero, como solía ser lo habitual en el caso de los hombres.

Atracadores y narcotraficantes con bandera arcoíris

“Cuando veo una película que trata de un chico que sale del armario, o que de pronto tiene un conflicto porque tiene que hacerse una prueba del VIH, o que tiene una pelea con los padres por ser homosexual, pienso que estamos en el año 75” decía a este portal hace un año la actriz y guionista Abril Zamora, una de las creadoras de Señoras del (h)AMPA. “Lo que ayuda a la integración es hacer tramas alejadas de esto. Que el policía llegue a casa y tenga un marido, o que descubramos que la villana tiene una amante, o que la compañera de trabajo del carnicero sea una chica trans que tiene un conflicto porque quiere tener un perro y no puede”, añadía.

Y aunque aún queda mucho por hacer, España va dando buenos pasos en esa dirección, y cada vez nos encontramos personajes LGBTIQ+ que rompen moldes, que tienen profesiones extrañas, que son los malos de la película.

Por ejemplo, en La casa de papel, que en breve regresa con una tercera temporada, descubríamos a mitad de la primera temporada que el atracador Helsinki (Darko Peric) es homosexual, que desde que tuvo experiencias sexuales con hombres no volvió a sentir atracción por las mujeres. Además, Helsinki sentía cierta atracción por Arturo (Enrique Arce), el cual usa ese poder para entretenerle y que los rehenes puedan soltar a sus compañeros.

En Vis a vis el lesbianismo y la bisexualidad se mostraron sin tapujos, como nunca antes se había hecho en una televisión en abierto, y por ejemplo veíamos conflictos vinculados al salir del armario pero con un nuevo prisma. Así, Saray (Alba Flores) era una delincuente lesbiana y no podía decírselo a su familia por una cuestión cultural, ya que era gitana, y además, estaba comprometida a casarse con un hombre porque así lo había acordado su padre.

También en el lado bueno de la ley

También hemos visto, como decía Abril Zamora, policías LGBTIQ+ por ejemplo en Servir y proteger, con el personaje de Nacha Aguirre, interpretado por Silvia Sanabria.

En algunas series ambientadas en el pasado sí que vemos tramas vinculadas a aceptar la homosexualidad de un personaje, pero también hay algunas ficciones que rompen con esa barrera, como El ministerio del tiempo, en el que Cayetana Guillén-Cuervo da vida a una lesbiana que trabaja en una organización gubernamental encargada de preservar el presente salvaguardando el pasado. Incluso intenta besar a una chica en uno de sus primeros episodios, sin justificaciones de ningún tipo.

En Velvet descubrimos que Raúl de la Riva (Asier Etxeandia) era homosexual cuando besó a Humberto (Aitor Luna) para celebrar ¡una victoria de un equipo de fútbol!, y en Vivir sin permiso, Carlos (el personaje de Àlex Monner) es uno de los hijos del narcotraficante Nemo Bandeira (José Coronado), un joven homosexual, inestable y frívolo, muy marcado por la figura de su padre, al que está llamado a suceder en los negocios.

El trabajo que queda por delante

Queda mucho por hacer en las series de televisión en la inclusión de personajes gays, lesbianas, bisexuales, transexuales (y no digamos ya de intersexuales, no binarios y demás). Ojo, que no es que haya que cubrir una cuota de personajes LGBTIQ+, como muchos mencionan; simplemente, se refleja la realidad. Que en el supermercado, en los altos negocios, en los suburbios, en una fábrica, en la cárcel, en todos esos sitios hay personas no cisexuales o heterosexuales.

De los personajes LGBTIQ+ que veremos en la próxima temporada ya podemos ir tomando nota de uno: Asunción Cortés, alias La Tota, que veremos en Malaka. La Tota (Laura Banea) es la jefa del clan de los Cucos, y maneja sus negocios con mano de hierro. Sobre su vida personal, destaca su peculiar gusto por chicas más jóvenes que ella, y a poder ser, rubias y con ojos claros.