Pekín Express regresa cargado de novedades. Tres años y medio después de su última edición en Cuatro, Antena 3 ha rescatado el programa con Cristina Pedroche como directora de una carrera que recorre La ruta de los mil templos por Birmania, Malasia y Singapur.
Eva Sanz, directora del formato ya en las ediciones de Cuatro, se ha vuelto a poner al frente. Bluper ha podido hablar con una de las personas que más detalles sabe sobre lo que está por venir en este esperado retorno de Pekín Express.
¿Qué novedades hay preparadas para esta edición?
Hemos introducido las nuevas tecnologías en la carrera. En ediciones anteriores no se metieron, algunas porque no lo consideramos y otras porque no existían o no estaban disponibles en esos países. Hemos hecho juegos, misiones y un montón de partes del programas con tablets, wifi...
Se ha cuidado mucho más la imagen, se han usado drones. La ruta lo merece porque es preciosa. Hay muchos contrastes entre los tres y entre la partes de cada uno. También hemos usado helicópteros. Ya había un equipo dedicado a lo que llamamos "beauties", recursos solo para embellecer el programa, pero lo hemos reforzado.
Antena 3 quería hacer un programa que no fuera tan carrera sino más reality
A nivel de contenido, Antena 3 quería hacer un programa que no fuera tan carrera sino más reality. Pekín tiene mucha convivencia, sobre todo con la gente autóctona, pero hay muy pocos momentos a lo largo de las etapas en los que las parejas pudieran tener relación entre ellas o complicidad para tener alianza.
¿Cómo conseguís que haya más unión entre las parejas?
Hemos creado la asamblea. Es un momento solemne que tiene lugar después de un juego de inmunidad. Cada pareja vota a la que quieren ver fuera de la carrera por varios motivos: porque sean fuertes, por afinidad personal...
¿Cómo has visto a Cristina Pedroche?
Cada presentador es completamente distinto. Cristina tiene un perfil que encaja muy bien con la nueva filosofía de Pekín Express. Ha sido muy obediente, ha estudiado un montón... Venía con muchos miedos por enfrentarse a un programa tan grande a la primera, pero le ha servido para no dormirse en los laureles y apretar. La evolución de Cristina es patente en todo el programa, no tiene que ver cómo es en el primer episodio con el último.
Cristina tiene algo que hasta ahora no habíamos visto en Pekín Express. Es muy emocional y muy emotiva. Hasta el punto en que había juegos de inmunidad que, de la emoción de ver el esfuerzo de la pareja, le cuesta sacar las palabras. El listón lo ha pasado más que de sobra.
Lo difícil de Pekín Express es hacer tuyo el formato, y Cristina lo ha hecho suyo
A Raquel Sánchez Silva también se la criticó mucho antes de verla en Pekín Express y se ha convertido en la mejor presentadora hasta ahora. ¿Le pasará lo mismo a Cristina?
A la gente hay que darle una oportunidad. El espectador que sea objetivo, no los que vayan con "ojos de no", verá que es un formato que le viene bien. Lo difícil de Pekín Express es hacer tuyo el formato, y Cristina lo ha hecho suyo.
Cuando Raquel iba a presentar Pekín Express y se convirtió en el alma del programa. Cristina tiene un perfil totalmente distinto, tiene la frescura de empezar de cero. Todos hasta ahora eran presentadores que ya tenían tablas. Ella tiene mucho más mérito. Ha superado metas no por demostrarle nada a nadie sino para demostrárselo a sí misma.
El encanto que tiene La ruta de los mil templos es que, en general, es muy bella
¿Qué juego da la ruta elegida a Pekín Express?
Birmania (Myanmar) ha estado cerrado al turismo hasta 2011. Para nosotros ha sido una joya porque hemos entrado a un país que es exactamente igual que hace 600 años en costumbres, manera de vestir... Enriquece Pekín Express con una pureza y una visión muy virgen.
Malasia es muy diferente a Birmania, aunque tiene zonas muy rurales y por descubrir. Es un paso intermedio porque lo completamente distinto es Singapur. Es el gran puerto de Asia. Es lujo, turismo, mercantilismo... Es economía pura.
El encanto que tiene La ruta de los mil templos es que, en general, es muy bella, llena de templos maravillosos donde además hay mucho contraste. Te encuentras con la religión budista, la musulmana, el capitalismo... Es una ensalada con muchos ingredientes.
Las parejas tienen la magia de convertirse en una persona excepcional siendo una persona normal en su país
¿Qué tienen de especial las 8 parejas que habéis elegido?
Tienen la magia de convertirse en una persona excepcional siendo una persona normal en su país. Tenemos un casting con una franja de edad entre los 19 y los 60 años. Antena 3 pidió que aumentáramos un poco la edad media al ser más generalista que Cuatro.
Han funcionado muy bien. La gente joven se da por hecho que tiene fuerza, pero los que pasan los 50 años tiene incluso más. Este cambio ha enriquecido al formato porque tienen una manera de vivirlo diferente.
Antena 3 quería hacer una edición más grande. ¿Cómo se ha conseguido?
Creo que sí. Se han incrementado los medios usando drones, nuevas tecnologías, equipos independientes para grabar planos solo para embellecer el programa, hemos ido a localizaciones independientemente de si se tenía que pagar o no... No se ha escatimado en nada.
¿Por qué ha tardado tanto en regresar Pekín Express?
Hay un conjunto de factores que influyeron. Por un lado, la crisis económica pilló de lleno después de la edición de África y dejaron de hacerse proyectos. Los presupuestos bajaron a más de la mitad, y hay programas que no pueden hacerse con menos dinero. Pekín Express no lo puedes hacer con menos dinero porque tienes que trasladarte a otros países. Se puede rebajar algo, pero no demasiado.
Por otro lado nos pilló por medio la fusión de Telecinco y Cuatro. La filosofía de Cuatro al ser absorvida por Mediaset también cambió. Lo achaco a eso, no a la audiencia.