Encarna Paso, la primera idea para ser la mítica Juani de 'Médico de Familia'
La oscarizada actriz de 'Volver a empezar' fallecía este domingo a los 88 años.
19 agosto, 2019 10:02Fue Elena, la protagonista de la primera película en español en conseguir un Óscar, Volver a empezar, pero en su dilatada carrera, Encarna Paso, que falleció este domingo en Madrid a los 88 años, también encarnó a Livia de Yo, Claudio o Doña Encarna en Demonios en el jardín, por el que consiguió la medalla a la mejor actriz del Círculo de Escritores Cinematográficos.
En televisión también dejó su huella profesional en series como Ramón y Cajal, Hermanos de leche o Compuesta y sin novio, y en el espacio dedicado al teatro Estudio 1 las obras de Arthur Miller El precio y Panorama desde el puente.
Lo que no saben muchos es que la primera idea del equipo de Médico de Familia es que el personaje de Juani Ureña lo interpretase Paso en vez de Luisa Martín, quién había sido descartada porque querían a alguien andaluz, pero Luisa demostró que era capaz de impostar un acento que la hiciese pasar por una sureña con casta.
Nieta del dramaturgo Antonio Paso y sobrina de los autores Alfonso y Manuel Paso, Encarna nació el 25 de marzo de 1931 en Madrid. A su vez fue madre de Juan Calot, con quien ha trabajado en diversas ocasiones, como en el montaje Próxima parada, Felicidad (1992).
Comenzó muy joven, a los 14 años en la película Botón de Ancla (1948), de Ramón Torrado, aunque fue el teatro el que le brindó su debut profesional, de la mano de la compañía de Milagros Leal y Salvador Soler Mari, pasando después a la de Catalina Barcena, con la que interpretó obras de Bernard Shaw, Martinez Sierra, Julio Alejandro y Carlos Arniches.
Al teatro dedicó buena parte de su actividad profesional, desde las comedias del repertorio español con Ismael Merlo a Las moscas y Los secuestradores de Altona, de Sarte; de La casa de Bernarda Alba y Doña Rosita, la soltera, de Lorca, a Oye patria, mi aflicción, de Arrabal; de Muerte de un viajante, de Miller a El cementerio de los pájaros, de Gala. Ningún registro se le resistió.
Ni el clásico, ya que en 2004 fue una malévola y sobria Livia en Yo, Claudio, bajo la dirección de José Carlos Plaza y con Héctor Alterio como emperador, en el montaje que se estrenó en el Festival de Teatro Clásico de Mérida, basado en la obra homónima de Robert Graves.
La obra, que inauguró la programación de la 50 edición de dicho festival tuvo una gran aceptación de público, con llenos absolutos, y la crítica destacó las magistrales interpretaciones de sus protagonistas, que volverían después a esos papeles girando por distintos festivales de verano y teatros del país.
Antes había sido la criada Isabel en La dama duende de Calderón que José Luis Alonso estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1990, mismo año en el que se metió en la piel de Fabia en la versión de Miguel Narros sobre El caballero de Olmedo, de Lope de Vega.
El gran público la conoció más por sus trabajos en cine y televisión. En la gran pantalla trabajó con algunos de los mejores cineastas del país, dejando títulos para la memoria como La prima Angélica (1973), de Carlos Saura, o la adaptación que en 1976 hizo Antonio Giménez Rico de Mi idolatrado hijo Sisí, de Miguel Delibes.
Fue el director José Luis Garci quien dio el mayor impulso a su carrera gracias a su papel como Elena en Volver a empezar, la primera película española en lograr un Óscar que ambos recogieron en 1983, junto con el protagonista masculino de la cinta, el también desaparecido Antonio Ferrandis.
Curiosamente, Encarna Paso formaba parte también del reparto de Demonios en el jardín, de Manuel Gutiérrez Aragón, que ese año estaba entre las seleccionadas para competir por España en los Óscar, y también del muy coral de La colmena, de Mario Camus, que partía como favorita para optar a la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa.
Por Demonios en el jardín, que se hizo con la Concha de Oro a la mejor película en el Festival Internacional de Cine en San Sebastián y en la que interpretaba a Doña Encarna, ganaría el premio Luis Buñuel a la revelación cinematográfica y una de las dos medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos que consiguió en su carrera; la otra fue por Volver a empezar.