Hace ahora tres semanas, el director de Gestmusic y Operación Triunfo, Tinet Rubira, comentaba en una charla informal con medios que “TVE está llevando a cabo un acto de generosidad con un programa como OT aceptando que parte de su contenido esté en YouTube, pero también de estrategia”.
“Queremos una televisión pública con futuro y si no interesamos a este público que es el futuro, vinculamos el futuro de la televisión a la audiencia que ya es gente mayor, que no estarán. Esto es una apuesta por el futuro es poner la primera piedra para garantizar tu supervivencia. Lo fácil sería hacer programación para un público más adulto. Si nunca apostamos por los jóvenes, el día que quieras encontrarte con este público ya no te va a seguir”, añadía.
Esto es una apuesta por el futuro es poner la primera piedra para garantizar tu supervivencia
No le faltaba razón. Y es que uno de los retos a los que se enfrentan las cadenas públicas europeas es que sus marcas queden sepultadas por las nuevas plataformas de streaming, que terminan ‘agenciándose’ sus mejores productos, como así ha advertido Ofcom, la autoridad reguladora y de competencia de Reino Unido.
Y es que por todos es sabido que compañías como Netflix, después de comprar los derechos internacionales de una ficción, terminan poniendo aquello de que es ‘una serie original de Netflix’. Así ha pasado con The Good Place, The Sinner, Crashing, Scream, Orphan Black o, en el caso español, con series como Tiempos de guerra.
Así, según este organismo, los espectadores más jóvenes tienen el doble de probabilidades de ver programas de la BBC en Netflix que en el propio servicio iPlayer de la BBC, lo que sugiere que tal vez no sepan que programas de éxito como Doctor Who y Peaky Blinders pertenecen a la radiotelevisión pública británica.
Este mismo estudio muestra que los niños en su adolescencia temprana tienen más probabilidades de reconocer las marcas de YouTube o Netflix que la BBC. Asimismo, menos de la mitad de los británicos de entre 16 y 24 años ven un canal de televisión tradicional de la BBC en vivo.
No obstante, este organismo cree la BBC todavía tiene un papel central en la vida de muchos británicos ya que cuenta con la confianza de los espectadores y apoya la producción de programas distintivos de alta calidad que los rivales comerciales no se atreverían a emitir.
¿Y RTVE?
La cosa cambia si trasladamos este problema a nuestro país. Y es que indudablemente la marca de RTVE no cuenta con la fuerza de la BBC debido a la utilización partidista a la que se ha visto sometida durante las últimas décadas.
TVE tiene el listón aún más alto al estar más debilitada su marca por el uso partidista
El reto, por tanto, es mucho mayor. Con una radiotelevisión pública bastante debilitada con audiencias por debajo del 10% de cuota de pantalla, marcas como Operación Triunfo se convierten esenciales para que el público más joven conozca la marca RTVE, como así señalaba Rubira. Eso sí, siempre y cuando, la propia productora no termine igualmente apropiándose de la marca.
En este sentido cobran mucho mayor importancia proyectos originales y propios como Playz, la plataforma de streaming de contenido joven de la radiotelevisión pública española.
“Queremos fidelizar un target que no cubrimos en la oferta generalista de la cadena. Dicho de otra manera, queremos seguir acompañando a todos los adolescentes que abandonan Clan -el canal infantil más visto- en el siguiente paso de su consumo audiovisual”, comentaba en su lanzamiento, la Directora de Estrategia, transformación digital y Marketing de TVE, María José Bultó.
“Playz está ahora muy bien situado. Estamos intentando darle contenido más arriesgado y más potente. Estamos en ese estudio de no hacer departamentos estancos, que la serie de abierto tiene su presupuesto, su contenido, pero que tampoco esté tan alejada que pueda interactuar. Lo intentamos con Cuéntame que se hizo una webserie pequeñita. Ahora queremos que vayan más de la mano”, decía a BLUPER Fernando López Puig, director de Contenidos, Canales y Producción de Programas de TVE.