“La Resistencia consigue punto, set y partido en su primera salida a la calle”, proclamaba esta misma semana Movistar después de que el equipo del programa grabara dos programas especiales en La Caja Mágica al que asistieron más de 1.500 personas en vivo tras agotar las entradas en menos de un minuto.
Dos eventos con Gerard Piqué como gran protagonista que han acaparado las portadas de los medios de comunicación durante varios días y que han tenido una gran acogida en redes sociales con un acumulado para sus vídeos de casi 5 millones de visualizaciones en YouTube.
El segundo programa de La Caja Mágica ni aparece en el ránking de programas más vistos
Sin embargo, si acudimos a los tradicionales datos de audiencia ofrecidos por Kantar, el programa emitido en la madrugada del 13 al 14 de noviembre sólo suma 70.000 espectadores y el del 14 al 15 ni aparecen en el ránking de los programas más visto de la televisión de pago.
Una abismal diferencia que vuelve a poner en duda los sistemas de medición de audiencias actuales y que nos hace preguntarnos qué criterios seguir en la actualidad para poder valorar la popularidad y el éxito de un programa.
Sobre esto escribía hace unos meses en El País Concepción Cascajosa, quién reflexionaba sobre qué es un éxito en la nueva televisión global aportando unos datos bastante reveladores: en un periodo de 30 días entre mayo y junio de este año, La Resistencia fue el contenido nacional más demandado en España, según Parrot Analytics.
Sobre este nuevo tipo de éxito hablaba también la directora de Entretenimiento de TVE, Toñi Prieto, al analizar la diferencia entre la acogida de Operación Triunfo en lineal y en redes. “Hay una cosa muy importante que ha conseguido TVE con OT: acercar a los jóvenes, que no los teníamos. Los jóvenes consumen otro tipo de plataforma, ya no ven una televisión convencional. Y si hemos sido capaces de que se hayan pasado un momento por La 1 o lo consuman de otra forma y se hable del formato, hemos ganado”, comentaba.
Fomentar tu propia identidad
Pero, no sólo eso. En este tiempos en los que se corre el peligro de que las nuevas formas de consumo y las plataformas de streaming terminen comiéndose otras marcas, es de vital importancia fomentar tu propia identidad.
Así se entiende que, aunque Movistar sea una plataforma de pago y sus criterios para valorar el éxito de un programa sean distintos a los de una televisión pública, el triunfo de un programa como La Resistencia -esta misma semana recibía el premio Ondas- sea tan importante para la compañía.
Nunca había visto un cualitativo tan alto en un canal nuevo
Aquí ya no valen los datos tradicionales de audiencia. Tanto La Resistencia como Late Motiv como Ilustres ignorantes hacen un trabajo importantísimo para que el espectador conozca su marca, pero sobre todo para que su cliente se sienta satisfecho con el contenido que se le ofrece. Y es que, al final, ese es uno de los objetivos más importantes de la televisión de pago: la satisfacción de su abonado.
Así lo reconocía de hecho el director de 0#, Fernando Jerez, en una entrevista con BLUPER. "Tenemos tan en cuenta el impacto en prensa como la audiencia. De lo que más orgullosos nos sentimos es que nos habéis hecho caso. Creo que el periodismo especializado nos ha considerado una oferta de televisión como la que más y eso que estamos en pago. Para mí es maravilloso verme en portadas de medios televisivos con un vídeo de Buenafuente a la altura que otras cadenas generalistas. Es uno de los medidores de éxito que más usamos", afirmaba.
"Tenemos estudio de satisfacción del cliente. Tenemos estudios cualitativos que salen cosas muy interesantes. Tenemos una valoración de marca excepcional. Nunca había visto un cualitativo tan alto en un canal nuevo, y he estado involucrado en unos cuantos. Teníamos mucho que jugarnos porque #0 le tomaba el testigo a Canal+, que tiene un recuerdo mítico. El cliente ha entendido el proyecto y lo ha abrazado. No han echado de menos a Canal+. Eso nos ha gustado".
Y los datos, de momento, están ahí. Según datos de la CNMC, Movistar ha pasado de 3,6 millones de abonados en el primer trimestre de 2017, a 4,1 millones en el primero de 2019. Mientras, Vodafone apenas creció unos 20.000 abonados en este mismo periodo.