Telecinco siempre anda a la caza y captura de nuevos programas de telerrealidad que puedan plagar su parrilla de contenidos, por lo que me voy a permitir dar un consejo a Paolo Vasile por primera vez en mi vida: compra los derechos que haga falta y trae a España Amor a prueba.

Este reality chileno es un claro ejemplo de cómo conseguir que un formato por el que nadie apuesta se convierta en un auténtico éxito de masas. Lo curioso es que todavía no logra liderar en su país de origen, pero ha traspasado fronteras y ha logrado llegar a todos los países de habla hispana.

Sin ir más lejos, la fama obtenida en España provoca que dos de las concursantes del programa, Nicole ‘Luli’ Moreno y Adriana Barrientos, suenen con fuerza como candidatas para participar en Supervivientes 2015. Pero hoy no vamos a hablar de ellas, nos centraremos en los motivos que han convertido al programa en todo un referente.

Una mecánica estilo "telenovela"

La mecánica del concurso imita a una telenovela. La práctica totalidad de reality shows que se han emitido en Chile se han adaptado del mismo modo. Cada día de la semana se emite un capítulo, evitando las galas semanales y programas especiales tan típicos en España. Cada uno de estos episodios tiene algo que le hace especial, como nominaciones, expulsiones, pruebas de recompensa o de inmunidad.

De este modo han conseguido que el seguimiento sea como el de una telenovela de la que no te puedes perder ningún capítulo, enganchando a un espectador que no tiene la posibilidad de tomar decisiones puesto que la emisión se produce con tres semanas de desfase. El referente más cercano que tendríamos aquí es Fama, ¡a bailar!, aunque en Chile programas como La granja de los famosos, La casa de tu vida o Supervivientes se han emitido con la misma dinámica.

Oriana y Tony de 'Mujeres y hombres y viceversa' participaron en 'Amor a prueba'

El casting es perfecto. Muchos españoles buscaron Amor a prueba por internet al descubrir que Oriana y Tony de Mujeres y hombres y viceversa formarían parte del grupo de concursantes, pero lo mismo ocurrió en otros países, ya que el casting está formado por famosillos de más de diez nacionalidades distintas.

En ningún momento se mintió al público, puesto que las promos del show explicaban que famosos y anónimos habitarían bajo el mismo techo. Lo que no se explicó es que un auténtico desconocido en Chile podía ser muy famoso en otro país. Escoger a gente experimentada en telerrealidad provoca que todos los habitantes sepan cómo dar juego, ellos no van a vivir la experiencia, ellos van a alcanzar la fama, y están dispuestos a casi todo para conseguirlo.

Amor a prueba no se cree lo que no es

Si algo provocó que Hotel Glam o Supervivientes 2011 triunfaran en España fue precisamente que no se tomaron en serio a sí mismos. Todo el mundo era consciente del nivel de los famosos que había en el concurso, y asumieron su identidad como placeres culpables sin intentar engañar al público.

Amor a prueba es igual. No se cree lo que no es, no intenta educar, no quiere hacer historia de la televisión ni aporta nuevos conceptos a la telerrealidad, pero consigue que el público disfrute sin artificios. Es un reality que nace de la mezcla perfecta de las fiestas de Gandía Shore, con las pruebas de Supervivientes, los amoríos de Mujeres y hombres y viceversa y la convivencia de Gran Hermano.

Telecinco nunca podrá emular un éxito como este programa puesto que no deja que sus vídeos se vean en Youtube y su página web está capada fuera de España. Pero es una cadena experta en telerrealidad, y no podrá negar que juntar en una casa a los personajes más polémicos de todos los países de Latinoamérica (y encima expertos en estar frente a las cámaras) es una idea que funcionaría sin lugar a dudas.