Así fue la entrevista de Jordi Évole al exmiembro de ETA Iñaki Rekarte
Jordi Évole conseguí ayer la primera entrevista en una televisión generalista con un exmiembro de la banda terrorista ETA, Iñaki Rekarte. El antiguo jefe del comando Santander hizo algunas confesiones que conmocionaron a los espectadores.
Entre otras cuestiones, Rekarte confesó que no sabía el nombre de las tres personas que murieron en el atentado que cometió en 1992 en Santander o que decidían a quíen le tocaba disparar a cara o cruz.
Évole le recordó que eran Eutimio Gómez y Julia Ríos, un matrimonio, y Antonio Ricondo, un chaval que no tenía ni 30 años. Rekarte aprovechó la aparición en el programa para pedir perdón a las familias de las víctimas.
Rekarte recordó además que 10 días después del atentado salieron de la ciudad, en Carnaval, donde comieron y bebieron porque les daba igual haber matado a personas. “¿Qué te crees, que después de matar a más de una persona no ha habido veces que se ha bebido champán? Lo que sientes es felicidad, no sientes otra cosa”, aseveró.
El exmiembro de ETA explicó también cómo fue su primer atentado en Irún. El exetarra contó que iban a matar a alguien en la plaza Urdanibia, pero sin definir a quién y cuando perdieron una chica que era el objetivo, eligieron a dos hermanos, los Gil Mendoza, al azar..
Rekarte explicó cuádo se dio el cambio definitivo en su postura: "El momento que hago click y digo 'a tomar por culo' es cuando nace mi hijo. Te empiezas a preguntar qué pensara tu hijo de ti. No es fácil salir de esa lógica en la que estás metido. Es como si tuviera que salir de una secta".
Tras su salida, Rekarte reconoce que reaccionaron mal porque "son ovejas y el pastor es el que manda". "La mitad de los etarras que salen de la cárcel no quieren saber nada".
En cuanto a las aspiraciones de la banda terrorista ETA afirmó que "todo es una mentira al final". Tras el anuncio de la banda del cese de su actividad, queda según Rekarte "un andamiaje oxidado que a ver quién acierta a desmontarlo como es debido".
"No han servido de nada tantos años de violencia, de nada positivo al menos. Dejar aquí una, dos o tres generaciones con una mierda para el futuro. Conozco a uno que participó en la muerte de otro que de pequeño le tuvo en brazos".