El miedo de la ficción española a tratar la política y la corrupción
Movistar + prepara una serie sobre política sin censuras. "No tenemos ningún tema vetado. Nadie me ha llamado diciendo que no pueda tocar algo. Trabajamos con una libertad editorial que negarlo sería engañarnos. Es un tema que queremos abordar, pero hay que hacerlo bien. Ahí está Borgen que es una serie muy grande", explicaba este viernes a Bluper el director de contenidos de la compañía, Domingo Corral.
No obstante, teniendo en cuenta que de las veinte series en fase de desarrollo que prepara Movistar, algunos podrían caerse; que Telefónica es un grupo con grandes relaciones del poder, y que hasta que no veamos el resultado final, no podremos opinar, todavía es pronto para saber si la ficción española le ha perdido el miedo a la política y la corrupción.
La única ficción que se ha atrevido a abordar la corrupción fue Crematorio
Hasta ahora, la única gran ficción que se ha atrevido a abordar el tema de la política, y más concretamente, la corrupción ha sido Crematorio, la sobresaliente serie de Canal Plus, que luego fue emitida por laSexta. No obstante allí no existieron siglas de partido.
“Cuéntame es donde mejor se ha tocado la política”, recordaba Rosa Belmonte, de ABC, en el especial de producción propia de Canal +, Política y ficción, en 2013. En la serie de TVE se ha abordado la política a nivel nacional, pero también a nivel local gracias a que su protagonista Antonio Alcántara se presenta a las elecciones de 1977 como uno de los cabezas de lista de la UCD por la circunscripción de Albacete.
Otras series 'políticas' han sido Señor alcalde y Moncloa, ¿dígame?, las dos emitidas por Telecinco en 1998 y 2001, respectivamente. La primera, protagonizada por Carlos Larrañaga tuvo dos temporadas, mientras que la segunda sólo contó con una.
Sin embargo, estamos lejos de series como Borgen o House of Cards, a pesar de que la política española tiene todos los ingredientes necesarios para una ficción de este tipo.
Por no molestar
“No hay serie sobre política en España como no la hay sobre fútbol o toros: por no molestar”, explicaba en aquel especial el crítico de El Mundo, Alberto Rey. “Desde el momento en el que no se pueden hablar de determinadas cosas en un Telediario, imagínate desde la ficción. Se nos da muy mal reírnos o criticarnos a nosotros mismos”.
“No creo que tengamos la capacidad para coger distancia y aceptar la serie de ficción como es, que a veces refleja unas cosas u otras. Aquí pondríamos el acento en si el presidente es del PP o del PSOE. Sería un condicionante brutal”, explicaba Borja Semper, del PP.
Eso ha llevado a que series como La embajada, una nueva serie de Atresmedia que se centrará en la corrupción existente en una embajada española de Tailandia, se aleje cada vez más de la política para convertirse en un thriller romántico.
"No huimos de la política como no huimos de otras muchas cosas. No es que se diga que no se toque el tema político en esta casa, simplemente, el interés de la serie está en otro lado", explicaba Sonia Martínez en respuesta a las preguntas de la SER.
Velvet, apolítica
No ocurre así en Velvet, donde ni aparece ni se menciona la figura de Francisco Franco, a pesar de estar ambientada en la España de los años 50.
"Velvet es una comedia romántica en la que nos interesaba ver, sobre todo, una historia de amor y un grupo humano que trabajaba en un sitio en concreto", comentaba Martínez en aquella entrevista.