Jorge Javier Vázquez y Mila Ximénez (Telecinco)

Jorge Javier Vázquez y Mila Ximénez (Telecinco)

Televisión

Siete años de 'Sálvame', el programa que cambió el lenguaje televisivo

8 mayo, 2020 15:31

Sálvame cumple este sábado 19 de marzo siete años. Siete años desde que Jorge Javier Vázquez bajara las escaleres del plató por primera vez y dijera aquello de: "Buenas noches. Tenemos aquí a lo mejor de lo peor". Siete años en los que ha revolucionado la forma de hacer televisión.

El programa tiene tantos detractores como defensores, pero el formato de La Fábrica de la Tele se ha colado en la televisión de todos a través de uno u otro espacio. También de la competencia. De hecho los debates políticos o deportivos no son lo mismo desde que el espacio de Jorge Javier Vázquez crease una nueva forma de discutir ideas.

Sálvame empezó como un simple debate de 'Supervivientes'

Sálvame comenzó en marzo de 2009 como un simple debate de Supervivientes. Sin apenas repercusión mediática, el programa significaba el regreso de Jorge Javier Vázquez a la pequeña pantalla tras el revuelo ocasionado con Aquí hay tomate. De pronto, y sin esperarlo, las audiencias convirtieron este espacio en uno de los más rentables de Telecinco.

Supervivientes ya no era el astro sobre el que giraban los colaboradores. Después de años sin encontrar un programa que soportase el peso de la franja de tarde, la cadena decidió probar suerte con este programa en abril. Y fue entonces cuando Telecinco encontró su bastión. Un pilar que le lleva funcionando siete años.

El verdadero ‘reality’ de Telecinco

Su éxito radica en los colaboradores. Sálvame ha conseguido no necesitar historias externas al plató para poder ocupar las cuatro horas que dura el programa y valerse con sus propios rostros de cadena. Los colaboradores se han convertido en los protagonistas y sus historias son las que realmente importan a los espectadores. De simples mediadores o polemistas, los colaboradores han pasado a convertirse en participantes de reality. El público decide quién se queda y quién se levanta de la silla a través de su mando a distancia. Y los votos se ganan dando juego y creando polémica.

Así como el público ha conocido los éxitos y las miserias de sus participantesSálvame se ha encargado de enseñar a fondo la casa en la que viven los colaboradores. Antes, el que se viese una cámara o un micro era un fallo, ahora es el verdadero espectáculo televisivo. El público ha aprendido cómo son los pasillos de Mediaset España, reconoce dónde se encuentra, sabría decir en qué lugar se cuelga cada cuadro, cada máquina de agua, cada despacho y cada camerino. Sálvame ha convertido Fuencarral en la segunda vivienda de los espectadores. Y a los colaboradores en su segunda familia. El roce hace el cariño.

'Sálvame' ha influido en la forma de hacer televisión de cualquier programa

El público ya no sólo conoce a los que están delante de las cámaras, los que siempre han sido los protagonistas absolutos del showtelevisivo. Ahora también conocen incluso a los directores del programa, puesto por el que han pasado nombres como el de Carlota Corredera, David Valldeperas o Raúl Prieto, quienes se han olvidado de su anonimato para entrar a formar parte del espectáculo.

Aunque han sido muchas las críticas que ha tenido que recibir el programa a lo largo de estos años, Sálvame ha sido influido en la forma de hacer televisión de cualquier programa. El espectador ya no acepta la frialdad y necesita que los que están dentro de la caja negra de su casa se conviertan en personajes familiares. Debates deportivos como El chiringuito han aprendido a convertir a sus tertulianos en los protagonistas de la noticia. El debate político laSexta Noche ha convertido a líderes de periódicos en estrellas de la televisión. Zapeando bebe mucho de Sálvame, paseando entre cámaras después de haber encontrado a los colaboradores más afines con el público.

Cantera de presentadores

A pesar de ser uno de los formatos de más éxito dentro de Telecinco, Sálvame le ha dado la oportunidad a nuevos rostros que tendrían pocas posibilidades de tener un formato de televisión a sus espaldas. Es el caso de Carlota Corredera, antes directora y sustituta de Paz Padilla en algunas ediciones diarias. 

Sálvame tiene casi más presentadores que colaboradores. Además de Jorge Javier Vázquez, Paz Padilla y Carlota Corredera, María Patiño y Terelu se han encargado de la versión Deluxe y Kiko Hernández ha ejercido de cabeza de cartel en algunas ocasiones y le dieron la oportunidad de presentar Las bodas de Sálvame los fines de semana. Una forma de actuar en televisión poco habitual que ha permitido convertir de cada uno de ellos en un personaje único en el que la audiencia se representa. 

Siempre jugando al límite

El éxito a veces se le escapa a uno de las manos. Una de las críticas más comunes que se han realizado contra el programa es el lenguaje grosero que utilizan algunos de sus colaboradores. Algo que rozaría el límite de lo legal y que ha hecho que se encuentren con numerosos problemas jurídicos a los largo de su vida en antena.

La fábrica de la tele ha sabido ingeniárselas para jugar en la línea que separa lo legal de lo ilegal

Pero el equipo de La fábrica de la tele ha sabido ingeniárselas para jugar en la línea entre lo legal y lo ilegal, hablando de temas que no podrían ser emitidos en horario de protección infantil reforzado, pero refiriéndose a ellos con sinónimos no demandables. Por ejemplo, hablar de locales de lucecitas y no de prostíbulos, de sustancia estupefaciente y no de cocaína, de agua con misterio y no de alcohol. Una estrategia que, a veces, no ha sido tenida en cuenta al 100%.

De hecho, hace ahora un año Competencia amenazó a Telecinco si no calificaba adecuadamente Sálvame. El programa decidió entonces cambiar radicalmente su estructura dividiendo el espacio en dos: Sálvame limón, que se emite de 16:00 a 17:00 horas, y Sálvame naranja, de 17:00 a 20:00 horas.

De 16:00 a 17:00 horas todavía no ha comenzado el horario de protección reforzada, por lo que el programa puede seguir manteniendo toda su esencia. A partir de esa hora, el programa tiene que atenerse a las normas que marca la ley, protegiendo al menor de cualquier contenido que le pueda dañar. Eso, si no quiere vérselas con el Gobierno.