Yiya ha sido la última expulsada de Supervivientes 2020. Ayer en Conexión Honduras, como es tradición, la concursante se enfrentó a su cambio físico tras 77 días de concurso, pudo hablar con su familia y también dejó en evidencia a la organización del reality, quizás de forma involuntaria.
En el momento en el que Jordi González conectaba con José Antonio Avilés, Nyno y la propia Yiya, este explicaba a los espectadores que "dejamos un teléfono a todos los concursantes cuando termina su paso por el programa". Yiya respondía a esto con un "a mí no me han dado nada" que dejó en silecio al presentador.
Finalmente Yiya pudo mantener una conversación telefónica con su hermano y su madre. "No me siento perdedora porque he evolucionado mucho pero tengo la sensación desde la primera semana. Conmigo ha sido muy difícil tu trabajo pero gracias", le dijo a su madre.
Sobre su buena relación actual con Rocío Flores ha declarado que "la evolución ha sido por ambas partes, se debe a muchos factores. Por su parte es que ella deja de poner esas caras y yo me relajo. Por mi parte también le habrá venido bien que yo he bajado el perfil y he evolucionado con ese temperamento desmedido. Aparte de eso, creo que es una tía guay".
Además, la concursante pudo ver su cambio físico. La participante de Un príncipe para tres princesas ha perdido 13,5 kilos durante su estancia en la isla y manifestó no estar demasiado contenta con lo que había visto. "Parezco la que se mató en la curva, pero más tostada. No me he mirado la cara porque lo que más me impactado son las piernas. Porque yo tenía patas y ahora son piernas", dijo la aventurera.