¿Es necesario el gasto de RTVE en el Mundial de MotoGP?
RTVE adquiere los derechos de emisión de los grandes premios de Estiria y Aragón tras desvelar un balance de 30 millones de euros en pérdidas
1 agosto, 2020 08:33Malos tiempos para el despilfarro. La inesperada crisis sanitaria provocada por la COVID-19 lo ha trastocado todo. No hay sector profesional que no se haya visto afectado por el impacto económico de la pandemia. Toca apretar el cinturón, contener la respiración y esperar a ver qué sucede los próximos meses ante la inevitable llegada de una segunda ola. Una tónica extendida también a la industria televisiva, donde mientras unos hacen malabarismos con el gasto para paliar la caída estrepitosa de la publicidad, otros, cuyas arcas están bastante debilitadas, invierten en eventos deportivos bajo el paraguas de un interés general inexistente.
La adquisición de los grandes premios de Estiria y Aragón por parte del RTVE está en el ojo del huracán de la polémica no solo por la participación en la compra de un directivo que trabajó para Dazn en el pasado, también por la cuestionable necesidad de destinar dinero público a un negocio poco rentable después de que la corporación registrara pérdidas en 2019.
Mientras unos hacen malabarismos con el gasto, otros, cuyas arcas están bastante debilitadas, invierten en eventos deportivos bajo el paraguas de un interés general inexistente.
Según el último balance, la corporación pasó de obtener un beneficio de dos millones de euros en 2018 a tener un déficit de 29,6 millones de euros un año más tarde, a pesar de que sus ingresos se habían incrementado un 1,1%, hasta los 989 millones, después de la inyección de 6,2 millones por parte de Hacienda. Asimismo, los analistas apuntan a un escenario poco halagüeño de cara al cómputo de este año, ya que se estima que esta cifra de duplique.
Moto GP
Mundial de MotoGP sin interés general ni audiencia
Ahora más que nunca, la corporación que preside Rosa María Mateo, administradora única, debería tener especial vigilancia con la adquisición de contenidos, pero de manera especial con los eventos deportivos relacionados con el motor, habitualmente demasiado costosos y poco rentables, debido a la crisis de audiencia que sufre este deporte desde hace cinco años. Como han podido constatar cadenas privadas y de pago, la inversión realizada no suele recuperarse, sobre todo para una televisión pública sin publicidad y con el patrocinio deportivo muy limitado.
Hoy por hoy, el el Mundial de MotoGP no está declarado de interés general por parte del Gobierno, pese a las peticiones recientes para que así fuera como la iniciativa planteada hace pocos días por el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. No obstante, RTVE decidió llegar a un acuerdo con Dazn para retransmitir en abierto los dos eventos comprometidos por la plataforma deportiva con Dorna Sports, organizadores del Mundial y poseedores de los derechos de explotación.
En cambio, sí ha sido calificado positivamente el Gran Premio de España de Fórmula 1, que se disputará del 14 al 16 de agosto en Barcelona y con las cámaras de TVE como testigo. Esta cita deportiva, por la que se pagaron 700.000 euros en 2016, recibió el visto bueno del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez después de que fuera propuesta por el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez.
La estrategia de la cadena estatal entronca con la austeridad de Atresmedia y Mediaset España, que, pese al complejo escenario económico, obtuvieron beneficios de 118 y 211,7 millones de euros, respectivamente. La cadena presidida por Paolo Vasile, que alcanzó en 2019 un convenio con Dazn para emitir los premios de Argentina y Valencia, descartó la pugna por los derechos de 2020.
Detrás de este mutis por el foro de la mayoría de operadores privados estaría la grave crisis de audiencia que sufre este deporte desde hace cinco años, los mismos desde que se emite en canales de pago. Mientras que en países como Francia e Italia el interés por las competiciones del motor a dos ruedas no para de crecer, en España ha sufrido una caída estrepitosa de casi cuatro millones de espectadores. Una crisis que ha llevado a plataformas como Movistar+, interesadas en contar en su catálogo con todas las disciplinas deportivas, a desinteresarse por un negocio hoy por hoy inútil.