A mediados de mayo de 2019 saltaba la noticia bomba: La que se avecina cerraría un ciclo tras su duodécima temporada ya que tendrían que abandonar los platós hasta donde entonces se estaban rodando sus capítulos por diferencias con su propietario.
"No hemos llegado a un acuerdo con el propietario de los platós. Tenemos ciertas diferencias”, explicaba a BLUPER el creador de La que se avecina, Alberto Caballero, sin mencionar a su tío José Luis Moreno, propietario de los estudios donde se graba la comedia de Telecinco.
Desde entonces se empezó a especular con lo que ocurriría a partir de entonces. ¿Se produciría una mudanza? ¿Destruirían el edificio en un incendio? ¿Se construiría Mirador de Montepinar en otro plató?
"Esta serie nació en una época de sitcom. Manejamos diferentes opciones para que la serie gane en la parte estética y se actualice. Queremos ver si sigue siendo una serie de plató o decorado natural. En este nuevo formato planteamos que la calle sea de verdad", contaba Caballero.
Pues bien, en la primera parte de la duodécima temporada de la comedia, los espectadores ya sabían que los vecinos tendrían que abandonar Montepinar debido a la decisión del Gobierno de expropiar el edificio debido a que se encontraba en medio de la futura carretera de la M-60.
¡ATENCIÓN, SPOILERS!
Sin embargo, no era hasta la segunda parte de la 12ª temporada de la serie, que ha estado disponible en Amazon Prime Video desde enero de 2021 antes de su estreno en abierto en Telecinco, cuando se descubría qué se escondía detrás de esa expropiación y cuál es el destino de los vecinos.
En estos nuevos episodios, que han sido emitidos por Telecinco durante estas semanas y esta noche llegan a su fin, los vecinos deciden atrincherarse a modo de protesta en un búnker construido por Antonio Recio en los trasteros y así evitar que les desalojen de sus viviendas.
A su vez, Enrique Pastor se entera de que esta expropiación es realmente una venganza personal de El Moroso por haberles quitado los 3 millones de euros de la Lotería. Algo de lo que termina enterándose Fina, la hermana del susodicho.
De esta manera, y, tras saber que su hermano le ha estado engañando todo este tiempo haciéndole creer que había perdido el dinero por culpa de los vecinos, la del 2 C acude a verle y le amenaza con contar sus chanchullos inmobiliarios si no hace que paguen un precio justo por la expropiación de Montepinar.
De esta forma, la mujer hace que su hermano reparta los tres millones del premio entre todos los vecinos a razón de 300.000 euros para cada propietario para que así puedan comprarse otro piso en el centro de la ciudad.
Es entonces cuando los vecinos deciden abandonar el búnker y permitir la expropiación del edificio. Sin embargo, la policía decide detener a Antonio Recio por haberle cortado la coleta a Pablo Iglesias. Esto saca la vena más revolucionaria de Amador que dice que si detienen a uno, les detienen a todos... por lo que terminan todos en el calabozo.
Al final del capítulo, los vecinos empiezan a ponerse melancólicos y Menchu propone que busquen un sitio donde haya pisos para todos. "He visto un edificio que se vende en el centro. Lo iban a hacer oficinas, pero con la crisis lo pararon", les dice Coque en una clara referencia a Aquí no hay quien viva, serie en la que los vecinos abandonaban Desengaño 21 por una plaga de termitas y que iba a ser convertido en un edificio de oficinas.
"El espíritu de Montepinar sigue vivo", dice Antonio Recio. "¡Qué follón!", termina diciendo Enrique Pastor en un claro guiño también a una frase mítica de Juan Cuesta, su personaje en ANHQV. Un cierre redondo que abre una nueva etapa en una serie que ha demostrado ser incombustible tras haber cambiado ya de piel hace más de trece años.
Más información: 'La que se avecina': Todo lo que sabemos sobre la temporada 13]