Este domingo, 22 de mayo, se celebra por primera vez el Día Europeo de la Esofagitis Eosinofílica (EoE), una enfermedad crónica causada por la alergia a algún alimento que provoca la inflamación del esófago, generando dolor y, en algunos casos, que la comida no pueda descender hasta el estómago.
El Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Castilla y León (CodinuCyL) se ha adherido a la conmemoración de este día en colaboración con la Asociación Española de Esofagitis Eosinofílica (Aedeseo) con el fin de visibilizar esta enfermedad y ofrecer información a los pacientes.
En este sentido, CodinuCyL facilitará a esta asociación un listado de dietistas-nutricionistas especialistas en patologías digestivas que atienden pacientes con EoE, para que aquellos socios de Aedeseo que vivan en Castilla y León puedan acudir a un especialista que les guíe en el tratamiento de su dolencia.
Mayor visibilidad para una enfermedad desconocida
El lema elegido para este primer Día Europeo de la Esofagitis Eosinofílica es #Hagamosquepase. Aedeseo, que lidera esta iniciativa, pretende unir a las asociaciones de pacientes y comunidades médicas de diferentes países europeos para actuar en conjunto, colaborar y lograr darle mayor visibilidad a esta enfermedad emergente que actualmente es una gran desconocida.
Para ello, este domingo tendrán lugar diferentes eventos en varios países europeos, incluidas charlas, actuaciones y concentraciones de todo tipo que pretenden poner a este trastorno en el foco de atención. Uno de los actos principales de este día será el III Congreso de Pacientes con Esofagitis Eosinofílica (EoE), que se celebra en Madrid, junto con el I Curso Internacional Online Acreditado EoE, organizado por la European Consortium for Eosinophilic Disesases of the Gastrointestinal Tract (Eureos), en el que participarán como profesores los principales profesionales médicos e investigadores de EoE de Europa y Estados Unidos.
Tratamiento de la Esofagitis Eosinofílica
Se trata de una enfermedad crónica causada principalmente por la alergia a algún alimento, de tal forma que se genera una respuesta del sistema inmunitario que provoca la inflamación del esófago. Como consecuencia, este deja de funcionar como debería y los movimientos para llevar el bolo alimenticio de la boca al estómago no se realizan correctamente. Todo ello deriva en dolor e incluso, en los casos de mayor inflamación, la comida se queda atascada en el esófago, sin poder bajar hasta el estómago.
Existen tratamientos que permiten aliviar los síntomas y disminuir la inflamación y la fibrosis del esófago, para evitar a largo plazo la impactación del bolo. Uno de ellos es el tratamiento dietético, que puede basarse en una dieta elemental, en la que se eliminan todos los alimentos enteros y sólo se consume una fórmula especial constituida por las unidades más sencillas que forman los alimentos (aminoácidos, MCT y monoglicéridos); o bien en una dieta empírica, que excluye aquellos alimentos que se sabe que con mayor frecuencia desencadenan la EoE.
Con cualquiera de estas dietas se contemplan tres fases: en la primera, se eliminan los grupos de alimentos seleccionados durante aproximadamente 6-8 semanas, comprobando la desaparición de los síntomas y de los eosinófilos en el esófago. Una vez demostrada la eficacia de esta medida, en la segunda fase se irían introduciendo secuencialmente los alimentos excluidos con controles de endoscopia para identificar el alimento o los alimentos responsables. Finalmente, en una tercera fase se recomienda excluir de la dieta de forma mantenida el alimento o alimentos desencadenantes de la Esofagitis Eosinofílica.
Ventajas de la dieta
La ventaja principal del tratamiento dietético es la posibilidad de mantener a largo plazo el esófago sin inflamación y sin necesidad de medicación, algo que contribuye a evitar las complicaciones futuras. Es, además, un tratamiento que no pierde eficacia con el tiempo, ya que aquellas personas que identifican el grupo de alimento que le provoca la enfermedad y lo eliminan de la dieta no vuelven a recaer, a no ser que abandonen la dieta de exclusión. De esta forma, se eliminan los síntomas y la inflamación de forma permanente.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta medida cuenta con la desventaja de que es necesario realizar múltiples endoscopias para poder llegar al diagnóstico de cuál o cuáles son los alimentos responsables.