Libros nuevos, material escolar, uniformes... La vuelta al cole llega cargada de todo tipo de desembolsos durante los meses de verano por parte de las familias. A partir de septiembre, se suman los gastos en combustible para los que se transportan al colegio en coche o el pago del comedor para los que utilizan este servicio. La actual situación y la inflación no ayudan a reducir estas inversiones, sino todo lo contrario. El próximo curso llega, además, con cambios, tras la aprobación de la nueva Ley de Educación, con alguna asignatura nueva y modificaciones en la edición de los libros de texto, lo que impide a la familia reutilizar los de años anteriores.
Desde la Federación Católica de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos en Valladolid (Fecampa), señalan que "la cuesta de septiembre se nota, y con la inflación se va a notar más, se gasta mucho dinero porque todo se ha encarecido". A esto se añaden los gastos de los comedores escolares, los de las actividades extraescolares, y las pocas ayudas que reciben las familias. "Cada uno lo hace lo más acomodado posible para gastarse menos, pero todo depende del número de hijos o de si se pueden aprovechar los libros de un año para otro".
Algunos padres y madres optan por comprar los libros de texto de segunda mano cuando es posible, a través de plataformas en Internet como Wallapop o a través de familias conocidas que venden o regalan los libros de cursos anteriores una vez que sus hijos ya los han superado. Pero esto no siempre es posible, pues las ediciones cambian a menudo y este año, concretamente, la nueva Ley de Educación ha modificado los contenidos. Esta ley también provoca cierta incertidumbre en las familias, "está todo un poco en el aire y no sabemos a qué nos exponemos". Desde el comienzo de la pandemia, los niños tampoco pueden utilizar flautas para la clase de música, y estos instrumentos se han sustituido por ukeleles o metalófonos, otro gasto añadido.
Ya sea en colegios públicos, privados o concertados, el gasto en libros y material escolar es obligatorio, si bien en los dos últimos se añade el gasto del uniforme, aunque para algunas familias el uso de este supone un ahorro a largo plazo "porque no se gasta en ropa de calle durante el curso", señala una madre vallisoletana.
Para un niño que vaya a acceder a un colegio concertado por primera vez el próximo curso, el gasto en libros puede rondar los 75 euros. En el caso de necesitar uniforme, "el precio es de 190 euros" por cada uno, entre pantalón, chaqueta, polo y zapatos. Mensualmente, el coste del comedor puede ser de unos 300 euros. Esto significa que una familia con un menor de tres años puede gastarse unos 565 euros si solo compra un uniforme, pero con un par de ellos, el coste asciende hasta los 755 euros.
En primaria o secundaria, los libros pueden llegar a costar unos 300 euros si se compran nuevos, y el desembolso total en un colegio concertado puede también llegar a los 700 euros. A esto se añade el coste del material escolar, "no les valen las mismas pinturas del año pasado, se intenta hacer reciclaje, pero no lo cuidan tanto como para que les dure, aunque hay cosas que sí", apunta otra de las madres entrevistadas.
Reutilizar
Algunos colegios ofrecen la posibilidad de dejar el uniforme cuando los niños crecen y es necesario cambiarlo, siempre que las prendas se encuentren en buen estado, para que pueda ser aprovechado por otro niño. Un armario al que las familias pueden recurrir por un precio simbólico y que supone un ahorro importante. Otras veces, las familias optan por comprar los uniformes algo más grandes de la talla de los niños para que puedan utilizarlos en cursos posteriores, pero las prendas no siempre se conservan como los padres desearían.
En familias monoparentales o con niños que necesitan una atención específica, la situación se complica, ya que muy pocos centros cuentan con enfermera fija y las circunstancias obligan a escoger colegios privados o concertados. Esto puede suponer una cuota mensual de unos 50 euros si se opta por estos últimos, un gasto en libros de unos 300 euros y esta misma cantidad para el comedor, pues no siempre es posible conciliar. Si se suman los 40 euros mensuales que pueden costar las actividades extraescolares y el encarecimiento de los precios del gas, de la luz o de la compra, las familias no lo tendrán fácil el próximo curso. Así, una familia monoparental con un menor que necesita atención sanitaria podría gastarse cerca de 450 euros en un centro sin uniforme. El coste se duplica con dos niños a cargo.
Con tres hijos y tratando de reutilizar lo máximo posible, el gasto en libros puede suponer unos 250 euros, cerca de 80 euros en material escolar y 300 en uniformes, lo cual supera los 500 euros. En familias más numerosas, el precio aumenta. "A principio de curso, comprando solo lo imprescindible, puedo gastar entre 300 y 400 euros", indica una madre vallisoletana de ocho hijos, de los que cuatro están en edad escolar. Esta madre ha comprado, otros años, libros de segunda mano o ha podido utilizar los de los niños mayores para los pequeños, pero "este año, las ediciones son nuevas". Además, sus hijos van a un colegio bilingüe y el próximo curso, "en sexto de primaria, la asignatura Science ha pasado a impartirse en castellano y ahora es Ciencias de la Naturaleza", lo que obliga a la familia a comprar en español el mismo libro que ya tenían en inglés.
En una familia tan numerosa, el material se compra en grandes cantidades, "2.500 folios en blanco y otros 1.000 de cuadrícula", aunque eso sí, "vamos a las ofertas y compramos lo que es más barato". Pese a ello, su última compra de material escolar le ha salido por 70 euros, "y no hemos comprado casi nada, tendremos que comprar muchas más cosas".
Las familias tratan de hacer frente a la cuesta de septiembre antes de la vuelta al cole. "Es un mes complicado porque son gastos que no tenemos en verano, cuando no tenemos que llenar tantas veces el depósito del coche para ir al colegio, pero procuramos ir comprando todo a lo largo del verano y dividir el gasto".
Para las familias cuyos hijos todavía no van al colegio, también hay gastos, pues la guardería requiere una serie de utensilios para los pequeños. El baby, una botella para no les falte agua o un babero son algunos de estos útiles. Las familias, en estos casos, pueden llegar a gastarse unos 100 euros en la compra de preparación para la guardería.